Posada del Parque: El lodge que lucha para salvar el Humedal de Mantagua en Quintero Región de Valparaíso
Tal vez uno de los motivos que más destaca a la comuna de Quintero sea su contaminación, provocado por el cordón industrial que asedia la zona. Sin embargo, existe en medio de tanta debacle un pequeño oasis, que podría ser la luz de esperanza en esta zona de sacrificio, el Humedal de Mantagua.
Mónica Gastó Rosselot es la defensora del Humedal de Mantagua, junto a su pareja Osvaldo Pascual Jiménez han comenzado una verdadera odisea de protección ambiental, cual Ulises en su camino a Itaca.
La historia comienza en el año 1998, cuando Mónica llegó a trabajar como Administradora al complejo turístico Sol y Mar de Mantagua (Quintero, región de Valparaíso) es allí donde regresa a su antigua morada familiar, comprada por su abuelo don Alfredo Rosselot. Mónica recordó un concepto que había conocido a través de sus viajes por Sudamérica y Centro América: “posada” algo acogedor y más hogareño, fue entonces cuando al ver el humedal, decidió hacer algo para que las demás personas disfrutaran de esa belleza natural y es así como nace “Posada del Parque”.
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Los inicios de la protección al Humedal
Desde un principio, Mónica y Osvaldo comenzaron a fiscalizar el lugar, era común encontrar hasta 30 carpas en el humedal, entonces dieron una lucha diaria recorriendo cada sector, solicitando a los visitantes que se retiraran, pues ingresaban a bañarse con botes y flotadores a la isla donde se reproducían las aves, por otro lado pescadores que utilizaban mallas y cazadores ilegales.
El trabajo era extenuante, pues debían explicar a cada grupo de personas lo que era ese lugar y cómo lo estaban destruyendo; la pareja explicaba que ellos tampoco se bañaban, pues el objetivo del humedal no es la distracción. Esta acción les trajo como resultado el odio de los visitantes y las represalias de los vecinos, quienes por años habían acostumbrado a dejar libres a sus animales como vacas, ovejas y caballos para que pastaran tranquilamente en el humedal.
Humedal de Mantagua.
El objetivo era aumentar la población de aves y para ello necesitaban que el sector retomara la apacibilidad que en algún momento habría tenido; para ello cercaron gran parte con malla ovejera y eso ya amortiguó bastante el control de ingreso, sobretodo de animales como perros y gatos.
Se propusieron llegar también hasta la playa y para ello recurrieron a un grupo de estudiantes voluntarios, quienes ayudaron a cercar el sector por donde ingresaban los jeeps y cuadrimotos; 50 jóvenes trabajaron en pro de salvar el humedal; crearon señaléticas simbólicas, las que consistían en rollizos puestos a lo largo del humedal, separadas y a una altura de 50 cm de la arena, con letreros que decían “Si amas la naturaleza, obsérvala desde aquí”.
Protegiendo a Güiñas, Orocoipos y Murciélagos en peligro de extinción
Cuando Mónica y Osvaldo obtuvieron el sello S (turismo sustentable otorgado por Sernatur) supieron que todas esas ideas y sueños que se habían propuesto como ideal de vida, se referían al concepto de turismo sustentable, lo que ellos antes llamaban “armonía con la naturaleza”.
Las actividades que ellos realizan en su lodge exigen impostergablemente la educación ambiental, para ello cuentan con profesionales idóneos en el área de conservación como biólogos, geógrafos, naturalistas y botánicos, con quienes han ido aprendiendo y educándose, para así replicar esas enseñanzas a los visitantes del lodge.
“Nuestras actividades requieren de un límite, son 10 personas, todos ordenados y en la cabalgata se va uno atrás del otro, no se corre, y en el birdwatching (avistamiento de aves) también se abre a la observación de la flora del lugar que es endémica y alguna se utiliza en comida fusión; también explicamos la importancia del campo dunar, reconociendo las huellas que deja una lagartija, una culebra o las patas de aves. Empezamos a ampliar este tipo de turismo y que todas sus áreas tengan un fin educativo, para relacionarse de una manera armoniosa y sensible con la naturaleza” explica Mónica.
Una de las fortalezas del Lodge en su lucha por la conservación, ha sido la oportunidad de abrir las puertas a muchos alumnos en práctica de diversas universidades y carreras, como Duoc, Inacap, Universidad Andrés Bello, Universidad de Valparaíso, Universidad Santa María y también Universidad de Chile entre otras, carreras como Ingeniería Forestal, Geografía, Ingeniería ambiental; esta gestión ha logrado vincularse a la investigación con universidades que tienen el interés en conservación, en la restauración de ecosistemas, reconocimiento de especies endémicas, de esa manera, el obtener mayor información científica les ha otorgado el beneficio de resguardar más aún el humedal y blindarlo.
Es así como se enteraron que el humedal de Mantagua está definido como sitio AICOM, según la Red latinoamericana y del Caribe para la conservación de los murciélagos, pues ahí se encuentran 6 especies con categoría de conservación, por ejemplo el Myotis atacamensis, especie en peligro de extinción.
La instalación de cámara trampas además ha podido comprobar la presencia de la Güiña, yacas y distintas especies de reptiles. El descubrimiento más asombroso ha sido la presencia de una especie de insecto que sólo se ha registrado en este humedal, se trata de Callisphyris ficheti o “Sierra del orocoipo”, porque sus larvas sólo se desarrollan en esta planta; insecto que se encuentra en peligro crítico.
Una verdadera batalla campal con los vecinos
Convencidos de que este lugar no es sólo un paraje bello y apacible, sino un oasis de biodiversidad, es como Mónica y Osvaldo se han propuesto a proteger el lugar contra viento y marea.
Hace algunos años la lucha fue contra la construcción del hotel Decameron, en las dunas de Ritoque; esta dupla defensora tiene claro que humedal y campo dunar son ecosistemas que están interrelacionados, no se puede proteger sólo el humedal y dejar tanto el borde costero como el campo dunar; esta lucha ha sido en defensa del campo dunar, borde costero y humedal de Mantagua, incluido el bosque esclerófilo.
Mónica tiene plena certeza de que sí se puede generar el turismo sustentable, con las ganas de educarse y la voluntad del compromiso con la naturaleza; por eso hace sus descargos contra otros centros de turismo ubicados en el sector.
“Lo único que le interesa es producir dinero, ellos cobran la entrada de estos vehículos 4x4 y cobran por entrar a una propiedad que no es de ellos, cobran por un ingreso ilegal e ingresan los vehículos al humedal” expresa con indignación Mónica.
En este sentido Mónica agrega que en el sector Punta de Piedra existe una empresa de parapentes, que causa impactos significativos sobre las aves que habitan el humedal.
“En su publicidad aparecía el mensaje “Ven a volar junto a las aves”, él incitaba a una actividad dañina, las aves que estaban descansando por un mes después de volar desde Canadá a Estados Unidos para venir a descansar acá, él propone molestarlas produciendo estrés en las aves…una de las formas de torturar las personas en la guerra es sacándolas del sueño, lo mismo hace este señor”.
Humedal de Mantagua.
A su vez, Mónica acusa también que el dueño del Camping emplazado en el sector Los Coirones, ha arrasado lentamente con el bosque nativo de la zona.
“Ha desviado el curso de aguas, secando un humedal secundario y al humedal de Mantagua le ha sacado agua con moto bomba, reemplazó el suelo vegetal por pasto, hace quemas ilegales, todo esto se puede ver por imágenes satelitales; nos dimos cuenta que el humedal había disminuido, se puso negro, le faltaba oxígeno, entonces descubrimos que había hecho una explanada, deteniendo el curso del agua para que ingresaran camiones; por otro lado Margas (el ex futbolista) también hizo dos o tres pasadas para su jeep y cuadrimotos para que ingresaran a las dunas”.
La administradora del lodge asevera que todas estas irregularidades han sido denunciadas y multadas, sin embargo, no existe el freno definitivo y es una verdadera batalla campal la que vive y no sólo con el turismo, el colegio Mackay también fue denunciado por extraer agua del estero Mantagua (que alimenta el humedal) creando una piscina para regar sus canchas.
Humedal de Mantagua.
Mónica confiesa que han ganado muchos enemigos, incluyendo a su hermano, quien también trabaja en el rubro, pero opuesto y con quien mantiene una constante pugna.
La campaña del 9 de enero
La administradora del lodge advierte además sobre la importancia cultural de este lugar, ha sido testigo de la destrucción de los conchales indígenas, debido a la creación de caminos para que ingresen vehículos y con ello para que destruyan flora autóctona del lugar, en este límite sur del desierto florido.
Proteger el humedal es una labor sin descanso, porque los visitantes más peligrosos son aquellos que sólo buscan el relajo y no la protección; es así como han tenido que batallar con cazadores, pescadores con mallas, visitantes acompañados de perros, vacas, ovejas, campistas, incendios, ingreso de jeeps, buggys, y la amenaza de moda: kitesurf un deporte de deslizamiento, que consiste en el uso de una cometa de tracción que tira del deportista y se desliza sobre el agua mediante una tabla.
Humedal de Mantagua.
Esta actividad, cuenta, hizo que todas las aves migratorias que deberían haber estado en el estuario y albúfera ya no estén; los cisnes Coscoroba estuvieron aproximadamente 4 meses, justo en esa época fuerte de la pandemia, donde la gente no salía, estuvieron en el humedal tranquilamente. Mónica tuvo esperanzas de que se reprodujeran, pero justo llegaron estos deportistas.
“Les expliqué que había visto la publicidad donde aparecen haciendo actividades en el estuario y albuferas, pero ellos me desmintieron diciendo que no eran ellos y lo que hacían era windsurf, pero que no hace ruido; a lo cual yo expliqué que no es un problema de ruido, el estrés que ustedes le causan a las aves al pasar volando sobre el agua ellas se sienten amenazadas y no vuelven más; entonces ustedes en su página promueven este tipo de actividades y empezaron a hacer clases aquí , y esos alumnos ahora creen que pueden hacer su deporte acá; No se laven las manos y ayúdennos promoviendo este mensaje y comprométanse a no ingresar más”.
A pesar del acercamiento de Mónica y Osvaldo, del tiempo que invierten caminando hacia el humedal, explicando de los daños evidentes, no han logrado resultados positivos; existen registros y grabaciones con drone, donde las aves se alejan del lugar cuando aparecen estos deportistas en masa. Es por este motivo que el próximo sábado 9 de enero han convocado a una campaña simbólica del cierre del paso, para detener el tránsito de estos individuos.
Humedal de Mantagua.
Es una manera de solidarizar con el dolor y malestar de la naturaleza, por el daño que ejerce el ser humano hacia ella. La comunidad quiere manifestarse contra la arrogancia de personas que no respetan la autoridad, la propiedad privada, menos la fauna, y pese a la cuarentena y a los meses de encierro, no han sabido valorar la importancia de la naturaleza.
“Personas que siguen poniéndole el pie encima a la naturaleza, en lo único que piensan es en su satisfacción” enfatiza Mónica.
La campaña se hará en la playa, con todas las medidas de protección correspondientes, con distanciamiento social y uso de mascarillas.
Una historia de lucha sin descanso
La administradora del lodge también creía que vacas, caballos y aves eran parte de un lindo paisaje de campo; sin embargo, al participar de un Seminario para la conservación de humedales, aprendió la importancia de estos ecosistemas y del daño que provocan los animales introducidos.
Y desde el año 2008 se propuso a restaurar el humedal, que estaba en pésimas condiciones debido a un mal uso del turismo por parte de Ritoque expediciones, quienes habían dejado erosionado el lugar, aparte de la instalación de cañerías por donde eliminaban aguas grises y desperdicios biológicos directamente hacia el humedal. Mónica, ahora junto a su pareja Osvaldo, plantaron juncos y totoras y con el proyecto Sercotec, aparte del resguardo de las aves, también incluyeron el ordenamiento del lugar, pusieron malla ovejera con la ayuda de alumnos en práctica, quienes además colaboraron en la restauración.
Humedal de Mantagua.
Iniciaron un fuerte trabajo de educación con las comunidades aledañas que siempre utilizaron el humedal como un objeto de entretención para cazar y pescar con redes; entonces comenzaron a ordenar y fiscalizar; dejaron un área dura donde después de un tiempo se produjo un repoblamiento de flora, volvieron especies y luego lo hicieron desde el embarcadero al puente y vieron maravillados los resultados “empezó a aparecer flora que jamás habíamos visto o al menos no se veía en los últimos 20 años, aumentó la población de coipos llegamos a tener 9 coipos, aparecieron zorros y quiques … cuando nosotros partimos habían 95 aves según la aplicación eBird, actualmente son 167 especies de aves, entre migratorias de invierno verano y residentes casuales” cuenta con alegría Mónica.
En el año 2009 Mónica conoce a Osvaldo, administrador hotelero que también venía buscando un enfoque armonioso con la naturaleza y ambos potenciaron este proyecto de La posada del parque; buscaban hacer un turismo diferente y respetuoso y también involucrar a la comunidad; para ello, junto con Osvaldo, comenzaron a entregar la beca María Angélica Rosselot a las escuelitas en riesgo social y debido a sus imparables gestiones en el 2011, obtuvieron por parte de Sernatur el sello de calidad turística Q y más adelante participaron del plan piloto para obtener el sello S, entregado a quienes realizan un turismo sustentable.
En la actualidad el humedal está en trámite para ser declarado Santuario de la Naturaleza, hecho que pone muy contentos a los dueños de Posada del parque, quienes además trabajan para que sea declarado no sólo el humedal, sino las dunas.
“Queremos un santuario completo, por eso nos opusimos a Decameron, si permitimos una construcción, una sola instalación no se podrá declarar Santuario, esto es un todo, no debemos dejar cabida para proyectos destructivos” sentencian Mónica y Osvaldo.