El 9 de diciembre las y los profesores de Chile, afiliados al Colegio de Profesores y Profesoras, definirán sus nuevas directivas a nivel nacional, regional, territorial y comunal. El magisterio se convoca una vez más, pero esta vez a la que quizás es la elección más relevante de los últimos 10 años, esto por cuestiones internas del gremio y por el momento histórico que hoy atraviesa el país.

El año 2019 las y los profesores vivieron su último gran proceso de movilización. El Colegio de Profesores condujo un proceso que fue y ha ido mucho más allá de él. En los últimos años el gremio ha avanzado por sus cursos tradicionales, pero al mismo tiempo ha sido testigo de su forzosa renovación programática, ideológica y generacional. También, las profesoras se han organizado sin esperar al Colegio de Profes. Las colectivas, círculos, redes de docentes, han avanzado en la construcción de una sólida perspectiva feminista desde las trabajadoras de la educación, sin obligadamente ser parte del Colegio. Las agrupaciones pedagógicas, que han colocado sobre la mesa la necesidad de propuestas educativas y pedagógicas transformadoras, han emergido sin necesariamente entrar en diálogo con la organización. Si bien se han ido consolidando puentes y experiencias de trabajo en diferentes niveles, esta perspectiva de trabajo no ha tenido el protagonismo esperado. Las organizaciones de trabajadores del sector particular subvencionado y privado, sindicatos y federaciones, han encontrado espacios de vinculación, pero aún el Colegio no ha dado los giros necesarios para articular las fuerzas requeridas para avanzar en un proyecto y una organización común.

Es decir, el movimiento docente avanza, se diversifica, profundiza su perspectiva crítica, pero todavía no encuentra en el Colegio de Profesores y Profesoras el interlocutor válido y necesario para pasar de ser experiencias a constituirse en movimiento.

El Colegio de Profesores y Profesoras enfrenta esta elección con un proceso de Reforma Estatutaria que implicó la imposibilidad de reelección a nivel nacional de una serie de dirigentes históricos del gremio. Este hecho ha generado un escenario inédito en donde existe la oportunidad de renovar dichas dirigencias, pero, sobre todo, de discutir proyectos antes que personas o personajes. El Colegio requiere de este debate, necesita de un reposicionamiento de los territorios de base en las discusiones nacionales; requiere, como lo anunciábamos, re-comprenderse como una organización que puede dar un giro histórico y reconfigurar la organización docente y constituir un movimiento que sea capaz de expresar la diversidad del profesorado y las profundas demandas de transformación que grita Chile desde octubre de 2019.

El año 2020 ha sido un año muy complejo para las y los docentes del país. La pandemia modificó completamente nuestras condiciones de trabajo y nos puso contra la pared por medio de una encrucijada clásica del profesorado: condiciones de trabajo y aprendizaje y cuidado de nuestros estudiantes. Una vez más, miles de docentes a lo largo del país, sacrificaron sus condiciones de trabajo en pos de intentar, por todos los medios, desarrollar vínculos pedagógicos con nuestros estudiantes. Este mismo año fuimos parte del proceso histórico del Plebiscito Nacional y del triunfo del Apruebo. Y ahora será el momento en que definiremos cómo seguir y hacia dónde orientar la organización de mayor número de afiliados a nivel nacional (que es el Colegio de Profesores y Profesoras): definiremos si queremos una organización que avance a la construcción de un movimiento que coloque en el centro la dignidad docente y la construcción de una propuesta educativa transformadora, que responda al desafío de los tiempos. En algunos momentos de la historia, la velocidad del tiempo cambia y en un día o un mes puede cambiarse lo que antes demoró años o tal vez nunca ocurrió. Hoy el Colegio de Profesores y Profesoras tiene esta oportunidad. Somos muchos y muchas quienes estamos en ese camino. Esperamos que el 9 de diciembre lo reafirmemos.