El senador Alejandro Navarro (PRO) fue dado de alta, tras haber evolucionado satisfactoriamente durante los últimos días, logrando una adecuada mejoría cardiovascular.

De esta forma, el parlamentario continuará con el proceso de rehabilitación de forma ambulatoria, manteniendo los controles y seguimientos pertinentes, según la planificación del equipo tratante.

El senador por la Región del Biobío había sido sometido a una cirugía cardíaca el pasado miércoles 11 de noviembre, manteniéndose durante todo este tiempo en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Las Higueras de Talcahuano.

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“Su familia y equipo agradecen las masivas muestras de cariño de dirigentes, autoridades, vecinos y vecinas y la ciudadanía en general, que han permitido la hasta ahora positiva recuperación del histórico defensor de los Derechos Humanos”, indicó un comunicado de prensa.

¿Qué es el síndrome coronario agudo?

Según la web de Medline Plus, se le llama a cualquier anomalía que de forma súbita reduzca de forma peligrosa o, sencillamente, detenga el flujo de sangre al corazón. Si esta detención se prolonga, el músculo cardiaco sufre un daño, a veces irreparable, llevando a un ataque o angina, que pueden producir la muerte.

¿Por qué se produce?

La grasa comienza a acumularse en las arterias, provocando un bloqueo del flujo sanguíneo. Esta grasa se llama ‘placa’ y está compuesta por colesterol, grasa y células. También, esta placa puede desprenderse de golpe y provocar un coágulo de sangre que provoque otros bloqueos.

¿Cuáles son sus síntomas?

Los síntomas del síndrome coronario agudo son claros y deben llevar a la consulta médica inmediata:

• Dolor en el hombro, brazo, cuello, mandíbula, espalda o la zona del vientre
• Molestia que se siente como opresión, constricción, aplastado, ardor, ahogamiento o dolor sordo
• Molestia que se presenta en reposo y no desaparece fácilmente cuando toma medicamentos
• Falta de aire
• Ansiedad
• Náuseas
• Sudoración
• Sensación de mareo o aturdimiento
• Latido cardíaco acelerado o irregular.

La sobrevivencia del síndrome coronario agudo depende de la prontitud con la que se detecte este problema y la cirugía posterior para corregirla.