Se suspende el clásico: El último domingo de Alex Núñez Sandoval

Se suspende el clásico: El último domingo de Alex Núñez Sandoval

Por: Francisca Pérez y Javiera Sepúlveda | 20.10.2020
Pocos son los detalles esclarecidos de la muerte de Alex Núñez tras recibir una golpiza por efectivos de Carabineros en las inmediaciones del metro estación Del Sol. Una investigación detenida por la pandemia se suma a la lista de excusas que no permiten dar con el paradero de sus agresores, mientras su familia no cesa en la búsqueda de justicia. A casi un año del suceso, Núñez sigue presente en la memoria de sus vecinos. Murales, pancartas y hasta una petición para que la estación lleve su nombre encabezan los esfuerzos que tienen un único fin: no olvidar los atropellos a los derechos humanos cometidos durante el estallido social.

Una tarde de fútbol, cerveza y amigos hubiesen bastado para que el 20 de octubre del 2019 Alex Núñez Sandoval (39), padre de familia, maipucino e hincha empedernido de Colo-Colo, tuviese un día ideal. Aquel domingo el cacique se enfrentaría en un clásico contra Universidad Católica, pero, tras dos días de intensas protestas en la región Metropolitana, el presidente de la Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP), Sebastián Moreno, informó de la suspensión del partido debido al estado de emergencia que regía en el país.

Con la desilusión de no ver jugar a su equipo favorito, Alex comenzó su rutina. Ese domingo se dispuso a terminar un encargo de Reparaciones Núñez, el taller que a punta de esfuerzo había inaugurado en julio de ese año. Allí, haciendo gala de sus estudios de electricidad y soldadura, se dedicaba a arreglar todo tipo de herramientas y con ello vio una oportunidad para independizarse laboralmente.

Tras cumplir con la entrega de una herramienta, se dirigió a su casa de villa Volcán Maipo, a metros de la estación Del Sol. Mientras avanzaba no se extrañó al ver presencia policial: durante la semana las inmediaciones del metro se habían convertido en un verdadero campo de batalla entre Carabineros y vecinos descontentos. Él, por su parte, empatizaba con las causas que dieron pie al estallido social, pero no participaba violentamente en las protestas. Al contrario, tenía una estampa de bajo perfil y sus esfuerzos se concentraban en que a sus hijos no les faltara nada, concuerdan sus cercanos.

El destino truncado

Todo cambió cuando Núñez Sandoval llegó a la esquina de Juan José Rivera con Las Vizcachas y fue interceptado por tres agentes de Fuerzas Especiales de Carabineros. “Me pegaron un lumazo en las piernas, me botaron y me patearon. Mi cabeza parecía pelota”, le escuchó decir Natalia Pérez Velasco, su ex esposa y amiga. “Él lo único que intentó fue cubrirse. Nos pusimos a conversar y me contó varios detalles de la golpiza. Me dijo que se cansaron de patearlo y ahí se fueron”, agrega.

A los cinco años, Natalia Pérez (40) llegó a vivir a la villa. Allí conoció a Alex y, cuando ambos tenían 15 años, iniciaron una relación. Fue su esposa por otros 18 y tuvieron tres hijos. A pesar de las diferencias que terminaron con su matrimonio, seguían siendo muy cercanos. Natalia, sentada en el living de su casa, recuerda con rabia y nostalgia los sucesos ocurridos aquel 20 de octubre, porque, además, revivieron miedos profundos de su infancia.

“Alex no tenía una historia con la política, yo sí. Mi papá fue preso político, cayó justo el 11 de septiembre del 73, en el Estadio Nacional junto con mi tía. Nosotros tenemos una marca, por eso yo le tengo miedo a los milicos, más que a los pacos. Ese día domingo no salí para no topármelos, porque verlos con su fusil... me provoca mucho miedo”, resume Natalia.

 —¿Qué recuerdas de ese domingo?

—Alex venía caminando por el fondo del pasaje, desde la otra cuadra. Ahí le pegaron y después se vino caminando como pudo. Había bombas lacrimógenas en esa esquina, por lo que mi hijo mayor se quedó mirando desde la reja y se percató de que venía un hombre a medio morir saltando. Se dio cuenta de que era su papá, lo frenó y le dijo que pasara a la casa, pero Alex fue directo donde sus papás.

Desde pequeña el sueño de Natalia era seguir los pasos de su abuela materna y convertirse en enfermera. “Era mi idea inicial, pero me gradué de mamá primero, entonces no podía”, dice entre risas. “Siempre tuve esa tendencia, así que opté por ser Técnico en Enfermería”.

 Por ello, apenas su hijo mayor le contó de lo sucedido, Natalia se dirigió lo más rápido posible donde sus ex suegros para ayudar y evaluar las condiciones de salud de Alex. “Lo vi sentado, lleno de chichones y empezamos a conversar sobre lo que había pasado”, cuenta.

Recuerda que ella ofreció llevarlo a la posta, pero él le dijo que no se preocupara, que no era para tanto. Nunca se imaginó que esto podía pasar a más. “Cuando conversamos él estaba súper conectado. No había nada que me indicara que estaba fuera de sí. Le pregunté si había perdido la conciencia en el momento de la golpiza, si había vomitado o tenía ganas de vomitar y él solo me decía que le dolía en los costados y la cabeza y claro, sí tenía un chichón enorme, pero nada más”, relaciona Natalia. “Lo que es la vida, porque me despido de él y lo abrazo, le doy un beso en la frente y me dice ‘Cuídame a mis cabros’ y yo le dije, bromeando, ‘Ay, si siempre los cuido’”.

#JusticiaparaAlex

Núñez falleció a las 3:15 horas del 22 de octubre en el Hospital de Asistencia Pública (ex Posta Central). Su cuerpo fue trasladado al día siguiente al Servicio Médico Legal para la autopsia. En dicho informe, con fecha 24 de octubre, se lee: “La causa de muerte de Alex Núñez Sandoval corresponde a un Traumatismo Encéfalo Craneano (hematoma subdural agudo), politraumatismo en tronco y extremidades y contusión pulmonar bilateral”. Cinco días después del 18-O, el ministerio del Interior confirmó que la causa de su muerte había sido por golpizas propinadas por funcionarios de Carabineros.

A través de la reja de la ex Posta Central, Natalia dio su testimonio a funcionarios del Instituto de Derechos Humanos (INDH). Según la querella que interpuso la institución, Alex habría estado en el lugar de los hechos una hora después del horario de toque de queda, es decir, alrededor de las ocho de la noche.

El Consejo de Defensa del Estado (CDE) presentó el pasado 31 de enero una querella por el caso de Alex Núñez contra quienes resulten responsables del delito de apremios ilegítimos con resultado de muerte. Fue declarada admisible por el 9° Juzgado de Garantía de Santiago y, según publicó La Tercera, se trata de la primera querella presentada por el Fisco por violencia institucional que termina con una persona fallecida en el marco del estallido social. En el texto el organismo acusa que existe un “concierto” por parte de los uniformados que realizaron el ataque para ocultar los hechos.

De acuerdo con el documento del CDE, los funcionarios lo persiguieron “omitiendo realizar cualquier procedimiento al amparo de la ley”, es decir, ni siquiera se le hizo un control de identidad y le pegaron “de manera alevosa y violenta, propinándole repetidamente golpes de puntapié en la zona media del cuerpo, especialmente en la cabeza, dejándolo abandonado en estado de extrema gravedad en la vía pública”.

En febrero de este año, desde el Ministerio Público, se esgrimía  que entre las principales dificultades para el progreso de la investigación del caso de Alex Núñez se contaba el hecho de que no existían cámaras de seguridad que hayan grabado el suceso.

¿Cómo ha avanzado la investigación, Natalia?

 La investigación ha sido muy lenta. Hace casi un mes se hizo la reconstitución de escena. Participamos yo con mi hijo mayor, el fiscal Pablo Sabaj, una jefa de la Policía de Investigaciones, un comisario y los inspectores. También se ubicó y habló un testigo, pero el asunto quedó dormido por la pandemia...

Cuando  identificaron al carabinero que mató a Norma Vásquez (funcionaria de la misma institución y asesinada, presumiblemente, por Gary Valenzuela en septiembre último), se dan cuenta de que es el mismo que estaba metido en el caso de Alex. Hubo revuelo porque él sabe quienes participaron. Él estuvo ahí y lo digo con mucha responsabilidad. Debe existir información sobre quiénes fueron, pero ellos ocultan todo. Hay un documento en que salen las declaraciones de los pacos de la 25º Comisaría de Maipú.

¿Les ha prestado ayuda el Gobierno?

—El gobierno aquí no ha puesto nada. Recibí ayuda psicológica para mis hijos, para sus abuelos y para mí por parte de la Fiscalía. Eso fue todo, ninguna otra institución se ha acercado. A nuestro abogado, Cristián Cruz, me lo contactó una compañera de trabajo y el otro abogado es del INDH, con ellos hemos trabajado el caso, no tengo a nadie más. Aquí el gobierno jamás se ha acercado a mí, al contrario, siento que se han burlado de nosotros porque con (Gonzalo) Blumel hicimos una audiencia y después nos mandó un correo para cambiar el día y lugar. (Mario) Rozas jamás ha dado la cara y Piñera para qué decir. Quien me ayudó fue la diputada Carmen Hertz, ella me llevó al Congreso y me hizo declarar cuando estaban hablando de los caídos en el estallido social. Diputados de todos los sectores políticos hicieron un oficio y presentaron una demanda al Estado por lo que había pasado con Alex.

¿Cuáles han sido las dificultades que has tenido que enfrentar tras la muerte de Alex?

—El dolor de mis hijos —Contesta con la voz quebrada. En ese momento se saca sus lentes rojos adornados con pequeñas flores blancas, baja la mirada y con ayuda de sus manos seca sus lágrimas—.

Eso es lo más terrible que uno como mamá tiene que pasar, ni te imaginas el sufrimiento. Yo siempre les digo a mis hijos que cuando tú te caes, te lavas y te pones un parche curita, pero cómo me meto yo en sus corazones, en sus almas. El daño que le hicieron a mis hijos es irreversible, es una cosa que yo no le doy a nadie. La psicóloga fue muy certera, me enseñó herramientas para poder sacar a mis chiquillos adelante, pero en 10 sesiones logras nada, ellos deberían estar con terapia. Pero, como te digo, vamos a cumplir un año y ni siquiera he tenido condolencias del gobierno, con eso te digo todo.

Estación de metro Alex Núñez

El pasado 21 de septiembre la Agrupación de Derechos Humanos de Maipú envió una carta a Metro S.A., en la que solicitaron que la estación de Metro Del Sol sea rebautizada como Álex Núñez Sandoval. La iniciativa cuenta con las firmas de las diputadas Carmen Hertz, Claudia Mix, el diputado Pablo Vidal, y el patrocinio de la Consejera Regional, Jazmín Aguilar, y los concejales Pedro Delgadillo, Ariel Ramos, Marcela Silva y Gonzalo Ponce.

“Cuando me contaron, pensé ‘Este jamás se hubiera imaginado la revuelta que hizo’. Después me hizo mucho sentido, porque Del Sol no tiene nada significativo, en cambio el Ale a nosotros nos representa. Representa al obrero que tuvo que salir de su casa  por lucas y por tener que responder como papá. Es la imagen del obrero, es la imagen del chileno común, aquí no hay ABC1, somos todos piojentos”.

 

¿Crees que la comunidad apoyaría la iniciativa?

—Sí, cuando pasó lo del Ale la gente que lo conocía quedó para adentro. Podrían haber esperado que fuera cualquiera menos él, porque era un tipo muy bajo perfil, muy amigo de sus amigos y buen papá. Tú no lo ibas a ver metido en pleitos. Desde ahí lo que he visto en la villa ha sido apoyo.

¿Ha cambiado tu perspectiva sobre el estallido social después de lo ocurrido?

 No, yo creo que tenemos que continuar. No nos pueden seguir viendo la cara de idiotas, nos suben los precios como quieren y nuestra calidad de vida sigue siendo mala, nos siguen basureando. Hay que seguir y que se vean los resultados, no palabras al vientos ni enfrentamientos con los pacos en vano.

* Esta entrevista fue realizada en el curso de Crónicas y Entrevistas de la Escuela de Periodismo de la Universidad Alberto Hurtado.