Paris, Matthei y sus “cachureos”

Paris, Matthei y sus “cachureos”

Por: Ignacia Saona y Macarena García | 20.08.2020
El Gato Juanito, el Sr. Lápiz y el Epidemia son "cachureos". Cosas viejas y obsoletas que los adultos que nos gobiernan se resisten a desechar porque les despiertan algún recuerdo emotivo, y asumen que al resto del país también y, peor aún, que a los niños y niñas de hoy también los emociona.

En su balance de la pandemia en Chile del domingo 16 de agosto el ministro de Salud, Enrique Paris, habla entre carrasperas. Antes de entregar el reporte diario, se toma un minuto para hablar del “Día del Niño” y homenajear a “personajes o intelectuales chilenos que han dedicado su trabajo o sus obras a la infancia”. Nombra y muestra un libro de Gabriela Mistral, otro de Francisco Coloane, recuerda al grupo Mazapán, a Pin Pon y se tira un chiste: Marcelo y Epidemia (personajes del programa infantil “Cachureos”) se habrían adelantado a la pandemia. ¡Plop!

Esa misma mañana, la alcaldesa de Providencia, Evelyn Matthei, había publicado un video en redes sociales anunciando un “regalito” que les tenía a los niños de su comuna: un programa especial de “Cachureos” para ver por internet. A diferencia de Paris, que le hablaba a periodistas y a la audiencia potencial de adultos que escucharían su reporte sanitario en noticiarios, Matthei le habla a los niños. Alguien le habrá dicho a la alcaldesa que había que hablarle directo a ellos, que es tendencia, que en Canadá y Nueva Zelanda lo hacen.

¿Quién leyó Los conquistadores de la Antártida, de Francisco Coloane?, ¿quién escuchó a Pin Pon y al “tío” Valentín recordando a los niños que se acostaran temprano?, ¿quién vio “Cachureos” en la tele? Al parecer Paris y Matthei sí, quizás sus hijos.

“Cachureos” se transmitió en televisión abierta desde 1981, y por 27 años seguidos –lo que es todo un récord nacional–, por lo que puede constituirse en un buen referente para que un ministro intente establecer un vínculo de cercanía con su audiencia, emocionar con nostalgia a los niños que ya crecieron. Pero no se trata sólo de un programa infantil de televisión que ya no está en circulación (hay que reconocer que Marcelo Hernández hasta el año pasado recorría el país para participar en festivales y presentaciones, con sus 72 años encima). Un personaje ochentero como él podría ser considerado vintage, o hipster (aunque éste no es el caso). Tampoco se trata de que el programa y sus canciones quedaron obsoletas porque todos los personajes son hombres y no haya paridad de género, o de las quejas de maltrato laboral dentro del elenco que hizo públicas CHV en 2019. El Gato Juanito, el Sr. Lápiz y el Epidemia son cachureos, cosas viejas y obsoletas que los adultos que nos gobiernan se resisten a desechar porque les despiertan algún recuerdo emotivo, y asumen que al resto del país también y, peor aún, que a los niños y niñas de hoy también los emociona. La desconexión es evidente: son víctimas de un mal de Diógenes de referentes culturales.

Mientras la Municipalidad de Providencia siga considerando a los niños como “mini vecinos” y no propiamente como “vecinos”, y el Ministerio de Salud publique una Guía de autocuidado en niñas y niños donde todo el texto está dirigido a adultos, asumiendo que son ellos los que luego van a explicarle a los niños el uso de mascarilla, el distanciamiento físico y el lavado frecuente de manos, estamos bien lejos de considerar a los niños y niñas como ciudadanos con derechos y deberes, con una agenda y necesidades propias.

Nos pueden enternecer los repertorios de infancia de Paris y Matthei, pero a los niños y niñas no los estamos considerando.

La clase gobernante está acostumbrada a imponer sus gustos personales como canon cultural sin poner atención en las distancias generacionales. Además de obviar toda la producción cultural reciente, nadie parece interesarse en qué es lo que estos niños y niñas hoy prefieren. Dudamos que sea “Cachureos”.