Emiliano Aguayo y su nuevo libro de conversaciones con Jorge González: “Un tremendo compositor, y sin embargo, para la prensa era un maldito”
Maldito Sudaca fue un gran aporte en su momento, sobre todo por ser el primer texto donde pudimos leer en primera persona al autor de himnos nacionales como ‘Quieren dinero’, ‘Muevan las industrias’ o ‘Por qué no se van’ y conocer su opinión en diferentes aristas de vida, política y música. En Independencia Cultural, a través de entrevistas inéditas de años anteriores y del 2020 posestallido, el periodista logra mostrar la visión del padre del rock chileno sobre la actualidad nacional.
-¿Qué te motivó a hacer un nuevo libro de conversaciones con Jorge González?
-Desde el año siguiente a la aparición de Maldito Sudaca fui nuevamente entrevistando a Jorge González para el diario La Nación o la revista Rolling Stone. Entonces, el material se fue acumulando. A eso, sumemos que tenía guardadas dos entrevistas inéditas, entonces siempre creí que tenía material para hacer un “Maldito Sudaca 2”, pero faltaba una entrevista contingente, y el estallido social de fines de 2019 fue el mejor pretexto para tenerla.
¿Qué temas se abordan en este nuevo libro distintos a los de Maldito Sudaca?
-Es un libro que repasa los siguientes 15 años, entonces es absolutamente una segunda parte, donde hablamos de México, Los Updates, Alemania, España, de los discos Libro, Naked Tunes y Trenes, de su ACV y posterior recuperación, del estallido social del 2019, ‘Corazones’ en el Primavera Fauna, los premios que ha recibido en el último tiempo. Todo es nuevo.
Jorge González en el movimiento social
-En Maldito Sudaca Jorge González está desencontrado con los medios, con el circuito y con el público chileno. El Jorge de este libro, en cambio, ya recompuso su vínculo con el país y ha recibido incluso homenajes de colegas e instituciones chilenas, ¿qué pasó en el período de tiempo entre uno y otro libro, más allá de su ACV?
-Es el mismo Jorge González, siempre existió esa distancia y yo creo que hasta hoy. Si él quiere habla, si no quiere no hay caso; no se mueve por conveniencias marketeras.
-La canción ‘El baile de los que sobran’ se convirtió en uno de los temas icono durante el estallido social y el rostro de Jorge estuvo muy presente durante esos meses de conmoción social, junto a Víctor Jara, en afiches y flyers.
-Jorge se sorprende mucho y se pone muy feliz de todo esto, pero también está esa parte triste que una canción que habla de desigualdad aún siga vigente. Y sí, conversamos mucho de esta revolución en ciernes, incluso notamos que era bien pop, con figuras como Pareman, el Negro Matapacos o el Sensual Spiderman. Con Mon Laferte como una protagonista también. Una revolución colorida, alegre, transversal. Y, lo que tú dices, esto de estar en las calles se refleja justamente en algunas fotografías del libro, que retratan esa figura de Jorge en murales ciudadanos.
-En esos días otra canción que se tomó las calles y cánticos del estallido fue ‘El Derecho de vivir en paz’ de Víctor Jara ¿de qué manera estas canciones representan el discurso de un pueblo en estallido?
-‘El derecho de vivir en paz’ apareció cuando la cosa se puso fea y la represión fue muy alta. Y, aunque es una canción que nos habla de otra realidad, es universal. ‘El baile de los que sobran’ se escuchó no solo en Chile y no solo ahora; hace rato se ha hecho parte de la calle.
La revolución ya llegó
-Pese a su retiro de los escenarios, Jorge dio entrevistas potentes esos días, fue un actor en el estallido. Háblanos de la importancia de su discurso actual.
-Primero, hay una conexión fuerte de Jorge González con las nuevas generaciones. No es de esos artistas que envejece con su público. Es un artista que cada vez es más entendido por los más jóvenes, mientras los de su generación van quedando como rezagados, como que no lo logran alcanzar.
La generación de músicos chilenos del 2000, por ejemplo, es completamente influenciada por la obra de González. Cuando tú ibas a un concierto suyo veías mucha lolería. No necesariamente el tipo cuarentón, que se quedó escuchando música de su época. González siempre se reinventó, nunca se autoplagió y eso se conectó siempre con los jóvenes, desde los escolares. Esa misma conexión es la que hace que LasTesis hagan, hace muy poco, una versión de ‘Corazones Rojos’. Y su discurso siempre es escuchado y seguido. Fíjate que en una entrevista en un diario en noviembre 2019 dice la frase: “La revolución ya llegó y no hay marcha atrás”, y se convirtió de inmediato en el afiche que invitaba a la ciudadanía a manifestarse en Plaza de la Dignidad.
¿Cómo fue elaborar un nuevo libro con él?
-Hay una parte que me demandó mucho tiempo, que es la revisión discográfica, donde se acumulan cerca de 200 producciones en que figura el nombre de Jorge González, sección que estoy seguro sorprenderá hasta al más fanático. Descubrirán nuevos discos. Todo eso me pone contento, porque se logra estar a la altura.
-¿Es posible que en unos años más podamos leer un tercer libro de conversaciones entre ustedes? ¿Te gustaría?
-No sé. Tuvieron que pasar 15 años para hacer un nuevo libro entre ambos, así que difícil. Ahora bien, por supuesto conversar con Jorge González siempre será un aprendizaje. Si tengo su visto bueno, genial. También debo agradecer el apoyo siempre de su familia.
-¿Cómo ves al Jorge de hoy, humanamente, comparado al que conociste el 2004?
-Lo vi feliz, tranquilo, descansando, sin la presión del escenario, del nuevo disco, la prensa, los viajes; escuchando mucha música, leyendo, tomando mate.
-Prologaste el libro Latinoamérica es grande de Cristóbal González, que acaba de ganar el Premio Pulsar como mejor publicación literaria musical. Este libro habla del recorrido que hicieron Los Prisioneros en Latinoamérica y de la relevancia de la obra fuera de Chile, ¿qué te parece que haya ganado?
-Cristóbal encontró una veta nueva a un tema viejo y ese es el gran valor de su texto. Yo soy jurado Pulsar y no pude votar por él, porque justamente hice el prólogo, pero estaba súper contento que él y otro libro de la historia de punk local, de Jorge Canales, estuvieran entre los cinco finalistas. Me sentía parte de esos textos, no solo por el prólogo que hice a ambos, sino porque estuve en sus lanzamientos oficiales y son amigos.
El 2019 estuve presente en esos libros de Jorge Canales y Cristóbal González, y este 2020, hice yo uno con Jorge González. Coincidencias lindas de este camino de letras y música. Y justamente Cristóbal es uno de mis acompañantes en el lanzamiento el 4 de agosto, junto al alcalde de Recoleta Daniel Jadue.
-¿Por qué decidiste pasar de Maldito Sudaca a Independencia Cultural?
-Si bien es absolutamente una segunda parte, era muy fome ponerle “Maldito Sudaca 2”. En el primer libro quizás quería reflejar al artista que teníamos: un tremendo compositor, y sin embargo, para la prensa era un maldito. Era el premio limón, el dictador de la banda, el polémico. No era el genio musical, adjetivo tan usado para los artistas de otros países, incluso a veces con menor legado. Y en este último libro intento reflejar la independencia con la que siempre se manejó Jorge González. Por eso la portada. Solo él y su público, solo él y sus canciones con su gente. Los demás, a darle la espalda.