Desconfinamiento, plebiscito y movimiento social: Los flancos de tensión que enfrentará el nuevo gabinete de Piñera
Por quinta vez el presidente Sebastián Piñera hizo un cambio de gabinete en lo que va de su segundo gobierno, posicionándose, a la vez, como la administración que más cambios de ministros ha hecho desde los 90´. Esta vez, rearmó el cuadro de forma tal que ninguna mujer quedó en el comité político y reaparecieron figuras ya conocidas por el mandatario provenientes del núcleo más duro de la derecha.
La configuración de este nuevo equipo de confianza quedó integrada por los ahora ex senadores Víctor Pérez (UDI), al Ministerio del Interior, Andrés Allamand (RN) que pasó al Ministerio de Relaciones Exteriores, Mario Desbordes (RN) a Defensa, Cristián Monckeberg (RN) a la Secretaría General de la Presidencia y Jaime Bellolio (UDI) como vocero de La Moneda. El enroque en este último caso fue dejar a Karla Rubilar en una cartera sectorial como lo es Desarrollo Social y Familia.
Así, el círculo que acompañará al Presidente por los próximos meses deberá enfrentar procesos que se vislumbran en el horizonte cercano: la etapa postpandemia, con una importante crisis económica y la transición hacia el desconfinamiento; el plebiscito; y, el rearme del movimiento social. Esto último considerando que octubre es un mes clave luego de las manifestaciones que tuvieron lugar el año pasado en la misma fecha y que se retomaría como venía desarrollándose previo a la pandemia.
El cambio de gabinete, que se rumoreaba hace días, generó reacciones transversales por el giro conservador que dio el gobierno, a días de haber promulgado la ley que permitirá efectuar el retiro del 10% de los fondos previsionales anotando una dura derrota para el gobierno y las AFP.
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“Orden para llegar al plebiscito”
La carta escogida por Piñera para asumir el Ministerio del Interior, y quién también lidera el equipo político, fue el senador por la región del Bío Bío, Víctor Pérez. Es militante histórico de la UDI y comparte su gestión parlamentaria por la región con Jacqueline Van Rysselberghe, la presidenta de ese partido. Pérez ha pisado los pasillos del Congreso desde el último año del régimen militar: fue electo diputado en 1989 y luego reelecto en 1993, 1997 y 2002. Tres años después fue electo senador por región del Bío Bío y nuevamente escogido para el periodo siguiente. Además, ha tenido distintos cargos al interior del partido gremialista como jefe de comité de senadores y secretario general.
El sucesor del ex ministro Gonzalo Blumel, a diferencia de este, tiene un perfil más cercano al anterior secretario de estado, Andrés Chadwick, por su militancia y los vínculos en el gremialismo.
Desde ahí, el historiador y doctor en Ciencias Políticas, Máximo Quitral, ve que es un retorno de un gabinete más político para intentar ordenar al oficialismo y retomar la agenda perdida del gobierno. En cuanto a los procesos políticos que se vienen, sostiene que es una jugada estratégica para controlar la agenda política del plebiscito. “Busca recuperar y llegar más robustos a la campaña plebiscitaria que ya está en carrera. Por ejemplo, incorporar a Desbordes es una señal clara de tener más conexión con la gente y evitar más división dentro de la coalición de gobierno”, asegura. Y agrega que sería un suicidio político para Piñera que el oficialismo llegue dividido al plebiscito.
Mireya Dávila Avendaño, académica del Instituto de Asuntos Públicos (INAP) de la Universidad de Chile, también concuerda en que es una apuesta hacia el orden interno y la gobernabilidad, donde en esta pasada resulta fortalecida la UDI, probablemente siguiendo una línea más cercana a lo que fue el primer gobierno de Piñera. Ve que la estrategia de cara al proceso plebiscitario es algo interno hacia la opción por el rechazo. “La jugada es para salvar a la coalición y la capacidad de llevar adelante las elecciones, enfocarse en que no sea un desastre electoral”, sostiene.
Previo a esto, explica, también habrá que ir dilucidando cómo se gestiona la fase del desconfinamiento, aunque ve que el manejo estará enfocado en la crisis económica, dado los altos índices de cesantía, y cómo se irá haciendo frente a posibles rebrotes de la pandemia, como expertos en salud lo han advertido.
A esto Mario Álvarez, doctor en comunicación política y profesor del Departamento de Periodismo de la Universidad Alberto Hurtado, suma que se está capitalizando el rechazo sumando a sensibilidades que había perdido cuando salió el ministro de Salud, Jaime Mañalich. Y aquí plantea los costos de su apuesta: “El problema es que se pone la camiseta del rechazo y en caso de haber plebiscito y pierde abrumadoramente es complejo, porque una cosa es perder en el Senado, en la calle, que es duro, pero otra cosa es en las urnas”.
[caption id="attachment_346735" align="alignnone" width="1280"] Foto: Agencia Uno[/caption]
Rearme del movimiento social
Por otro lado, el proceso del movimiento social será uno de los focos que tendrá que manejar este nuevo gabinete. “Ese es el tema relevante en Chile, pues el movimiento social ha crecido mucho en los últimos años y es un actor clave en los cambios políticos que se han visto actualmente”, sostiene Quitral.
Pese a que en un momento se escogió a Blumel en Interior por su sello más dialogante en medio de la crisis social, Quitral asegura que no tenía la experiencia para liderar ese proceso. “Blumel no supo construir lazos con los partidos, además de contar con poca sensibilidad social”, indica.
Lo mismo plantea Dávila: “Una cosa es ser dialogante y otra es la capacidad política, que se necesita ahora. Blumel pudo haber sido eficaz en el manejo de la agenda del presidente, pero cuando lo escuchabas no tenía poder, daba la sensación que no necesariamente lo que decía se iba a hacer, y eso en política es muy complejo. Le tocó duro, administrar un país muy complejo y a un presidente. En un sistema presidencial como el chileno administrar toda la coalición con el presidente es muy complejo. Para eso es necesario que se empoderen los otros políticos y no está muy claro que eso se logre hacer”, analiza.
Marco Moreno, Director Escuela de Gobierno y Comunicaciones en Universidad Central y PhD en Ciencias Políticas, plantea que este reordenamiento interno busca cohesionarse ante lo que podría ser una nueva crisis social, como la que se observó en octubre pasado. Sin embargo, ve en esto un “grave error de lectura” que podría profundizar la distancia entre el gobierno y la ciudadanía. “Tiene que ver con la desesperación en que está el Presidente por querer tener a lo menos una base de apoyo que es la que perdió en la tramitación del proyecto del 10% en el Congreso. Sabemos que él tiene una personalidad de riesgo, siempre está jugando en el corto plazo, en la pasada, así ha sido su vida empresarial y política, y vuelve a jugar en el corto plazo. Sin leer que esto puede ser una profundización entre el gobierno y los ciudadanos”, opina.
[caption id="attachment_354568" align="alignnone" width="3026"] Foto: Agencia Uno[/caption]
Gabinete de hombres
Otro de los aspectos que fue cuestionado en este cambio fue el exclusivo nombramiento de hombres en el comité que asesora directamente al mandatario. Más aun cuando se ha dado un importante debate de género por la paridad en los cargos públicos.
La senadora socialista Isabel Allende hizo mención sobre esta situación. “No puedo dejar de decir que una vez más se nota la total despreocupación de Piñera y su gobierno por el tema de género. Claramente este es un gabinete donde no vemos la presencia de las mujeres. Es lamentable”, expresó la parlamentaria.
También remarcó la posición de Víctor Pérez frente a temas con enfoque social y derechos humanos. “Todos sabemos que es un gran defensor de Pinochet, tiene unas posiciones bastantes duras, que fue muy contrario al retiro del 10% y muchos otros temas”, apuntó.
Desde el Frente Amplio, el diputado Giorgio Jackson de Revolución Democrática, también reparó en la falta de mujeres en la composición del comité político. “Lo principal ha sido hablarle a Chile Vamos y sus tensiones y no al dolor que tiene Chile. En ese sentido, una de las cosas también más preocupantes es que van a quedar solo hombres lo que pareciera que esta materia para el gobierno es de una mínima preocupación”, concluyó.