Las ferias libres, focos de contagio en un Santiago asfixiado por la pandemia
Olaya rocía con alcohol las monedas que acaba de darle un cliente y luego se enjabona bien las manos. Ha leído que el coronavirus puede permanecer varias horas en el dinero en efectivo y sabe que trabaja en uno de los lugares con mayor riesgo de contagio ahora mismo: las ferias libres de Santiago.
"Aquí estamos todo el rato tocando monedas y billetes. Yo me he salvado hasta ahora porque tomo muchas precauciones. En cuanto llego a casa, me desvisto y me meto corriendo a la ducha", asegura a la Agencia EFE mientras atiende un puesto de frutas y verduras en Peñalolén.
"Soy madre soltera de dos niñas y no puedo permitirme caer enferma", agrega.
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Las ferias libres están en la mira de las autoridades sanitarias y muchos municipios han tenido que decretar su cierre tras detectar importantes brotes.
Caldo de cultivo para el COVID-19
La gran afluencia de gente que acude a comprar, el poco espacio que existe entre los puestos y el constante trajín de mercancías y dinero en efectivo las convierte en un caldo de cultivo para la propagación del coronavirus en nuestro país.
"Los supermercados han subido los precios y cada vez viene más gente a la feria, sobre todo los días en que se cobran las ayudas (gubernamentales)", dice a Efe Raúl Delgado, otro feriante que lleva más de 30 años vendiendo encurtidos en las calles de la ciudad.
La última feria en cerrar ha sido la de Lo Espejo, una comuna muy azotada por la pandemia y que ya acumula más de 3.600 contagios. Su alcalde informó el martes que 20 comerciantes habían muerto por COVID-19 en las últimas semanas y que esta se encontrará cerrada al menos durante 14 días.
"Muchos de los 'coleros' llegaron cuando las otras comunas decidieron cerrar sus ferias libres. Se acumularon muchas personas y el nivel de contagio se elevó", dijo a CHV Noticias el edil, Miguel Ángel Bruna.
El Gobierno elaboró un protocolo para las ferias, que incluye medidas como la separación entre puestos, la obligatoriedad de tener desinfectante en cada comercio, la instalación de entradas y salidas específicas para los clientes, la promoción del pago con tarjetas bancarias o el pre empaque de productos para evitar el contacto, pero no todos los municipios lo cumplen.
Top 6 entre los países más afectados del mundo
Con sólo 19 millones de habitantes, Chile es el sexto país con más contagios del mundo, por delante de España, Francia o Reino Unido, según la Universidad John Hopkins.
Pese a que la pandemia da signos de ir remitiendo, sobre todo en Santiago, donde la red hospitalaria estuvo a punto de colapsar en junio, a nivel nacional se registran más de 300.000 infectados y 10.000 muertos entre sospechosos y probables.
Un grupo de enfermeros de un centro de salud municipal, ataviados con Equipos de Protección Individual (EPI), viseras y máscaras antigas, recoge unas cajas y se despide de algunos feriantes tras realizar un centenar de test PCR durante toda la mañana.
"Nos vamos a apresurar para tener los exámenes en solo dos días", explica a Efe la enfermera Katia Pesoa, quien asegura que ha sido una jornada difícil porque "hay muchos trabajadores que no quieren hacerse el examen, por miedo a salir positivo y perder la 'pega'".
La pandemia, que aún no puede darse por controlada, está causando estragos en la economía, que se contrajo un histórico 15,3 % en mayo. Desde marzo, se han destruido más de 1,5 millones de empleos y miles de personas se han quedado sin ningún tipo de ingreso.
El Banco Central de Chile estima una recesión de hasta el 7,5 % para 2020, mientras que la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) calcula que la pobreza podría llegar al 13,7 %.
"Si nos cierran la feria de Peñalolén, no sé qué vamos a hacer", se lamenta por su parte a Efe, el comerciante Víctor Saavedra.