Entrevista a un bot: Engaño y operaciones políticas en las redes sociales
Este fin de semana, el diario El País de España logró lo que varios intentaban desde hace algún tiempo: entrevistar a un "bot".
Esta nueva presencia de las redes sociales, se personificó en este caso en un ex trabajador de distintas agencias de operaciones políticas en redes sociales. En Twitter es conocido como @thebotruso, cuenta que creó de manera anónima para desenmascarar estas prácticas. Asimismo, el ex empleado guarda el anonimato porque un contrato de confidencialidad le impide precisar el contenido específico y los clientes de su antigua labor.
Según relata, la agencia para la que trabajaba creó un sistema para programar bots y humanizarlos para que parezcan reales, "los bots no harán retuit a todo lo que se menea. Si realizan acciones con, por ejemplo, un trol concreto, generas un patrón, con lo que un analista de datos de la competencia sería capaz de levantar la liebre", dice.
Por lo mismo, tampoco siguen la cuenta del cliente que les paga, y se vigilan las cuentas por si hay usuarios reales interactuando con algún bot. En ese caso, un empleado entra a responder.
El funcionamiento
En Twitter la agencia para la que trabajaba el entrevistado tiene dos tipos de trolls, los Alfa y los Beta:
Las cuentas alfa, son quienes difunden el mensaje. "Empezaban con una estrategia de sígueme y te sigo para ganar peso, sus tuits iniciales eran hinchados por los bots y luego interactuaban con cuentas importantes para llamar la atención", explica al medio al respecto.
Los trolls beta son los denominados 'guerrilleros', y se dedican a criticar y responder a tuits de famosos con insultos o amenazas. “Los afectados por el ataque de los beta ven las respuestas a sus tuits y muchas veces se cortan un poco a la hora de tuitear sobre según qué temas. Se sienten incómodos y pasan a querer tener un perfil más bajo. El sistema es eficaz. Por eso se sigue contratando y perfeccionando. A los usuarios nos la siguen colando”, explicó @thebotruso a El País.
Entre los objetivos de esta metodología, se encuentra el generar Trending Topics de manera artificial para posicionar sus temas en la red social, engañar a periodistas para que sus ideas entren en las pautas de los medios de comunicación, amedrentar a líderes políticos para que se queden callados o falsear encuestas en Twitter. Todos en el fondo dedicados a influir en la opinión pública.
Con respecto a los valores de una campaña de este tipo, @thebotruso sostuvo “una campaña puede llegar a costar un millón de euros. El cliente espera resultados concretos y demostrables. Una campaña media puede requerir entre 1.500 y 2.000 bots y trolls.”
Trending topic
El entrevistado explicó además los pasos específicos para lograr instalar un Trending Topic de forma artificial.
"Lo primero es escoger un día y una hora. Se procura no coincidir con eventos como un partido de fútbol o Gran Hermano, se elige un hashtag, es importante que no haya sido utilizado dado que son más difíciles de posicionar. Se pone en marcha al equipo de redactores que escriben miles de tuits durante varios días para que sean publicados por la red de bots”, comenzó.
Luego, se avisa a usuarios reales por si les interesa. "Se envían comunicaciones a personas afines para avisar de la acción: tal día a tal hora saldremos con tal hashtag para quejarnos, te invitamos a la acción para ver si logramos ser tendencia y hacer que nos escuchen”, explicó.
Finalmente, llegado el día y la hora: “los analistas miran cuántos tuits hacen falta para colarse en tendencias. Se cargan los tuits en la plataforma de bots. El cliente saca el primer tuit. Rápido se pone en marcha la red de bots. Es crucial que haya muchos tuits en un espacio corto de tiempo. Los trolls alfa salen con tuits de impacto. Los analistas de datos monitorean para saber si hace falta salir con más tuits, si hay que frenar la red de bots. Los trolls beta apoyan la acción, responden a los críticos, animan a otros usuarios con la misma ideología”.
Así, empresas de este tipo logran posicionar temas en la agenda pública sin tener apoyo de ciudadanos reales, y sin que el resto de la sociedad se entere.