Hombres honrados y sin vicios: Los otros obreros del "Corazones"
Durante la era Corazones, diversos profesionales tuvieron roles claves para que tanto el disco como su promoción mediática y luego su gira de presentación alcanzaran el éxito. A las ya conversaciones que pudimos tener con Jorge González, Gustavo Santaolalla, Cristián Galaz y Cecilia Aguayo, quisimos ampliar nuestro radar e ir tras otras voces protagonistas de esta historia.
Vicente Vargas: "(Corazones) Sonaba mejor que todo lo anterior y, con esa idea, «brotó la sangre» en la imagen”
El diseñador gráfico de la EMI –discográfica por donde se editó el disco– fue quien estuvo a cargo de crear la portada de Corazones. Vargas, quien también diseñó el arte del debut de la banda, La Voz de los ’80, esta vez da un giro estético e idea que la imagen que debe retratar a estas canciones, es la de una camisa blanca con una mancha de sangre –mezcla de tinta china y témpera rojas– a la altura del pecho. “La concepción visual y diseño gráfico del álbum fue un encargo realizado por Carlos Fonseca, manager de la banda. Cuando lo escuché quedé atónito, parecía no quedar nada de lo anterior. Me sorprendió el cambio, sobre todo la exageración después de discos difíciles, duros”, nos cuenta.
Teniendo como modelo al mismo Jorge González, la imagen con la que trabajó Vargas es obra del fotógrafo Alejandro Barruel, quien señaló recientemente a radio ADN que “algo que tratamos de proyectar en la foto fue este nuevo estilo que tenían Los Prisioneros. Con más romanticismo y algo de onda disco. Y eso se ve en la camisa. Es una camisa delicada que tiene una especie de bordado, unos detalles. Al mismo tiempo, con la sangre íbamos a estar expresando el desgarro y la furia del rock. Está ahí Salvatore Adamo, Camilo Sesto, Sandro, pero también está The Clash”.
“Trabajando en la imagen del álbum buscaba un concepto, una idea y recordé una palabra que dije cuando escuché el álbum: «se aflamencó, se lanzó, se soltó». Lo encontré lo más exagerado, mostrando todo ese dolor del corazón. Sonaba mejor que todo lo anterior y, con esa idea, «brotó la sangre» en la imagen”, detalla Vargas sobre el trabajo conceptual de la hoy icónica imagen.
Sin embargo, el diseñador recuerda que no fue fácil convencer tanto a la banda como al sello de la portada final: “en esa época, los sellos discográficos, los managers y los artistas creían burdamente que en la portada del disco el nombre de la banda debía ser lo más grande posible, según ellos, para ganar visibilidad en las vitrinas, ganarle al del lado por tamaño. De este patinazo recurrente nos salvamos en esa ocasión y logramos que la imagen fuera lo más limpia posible”.
Robert Rodríguez: "Jorge me confesó haberse un poco influenciado en algo de mi estilo para 'Estrechez de corazón'"
Otro de los nombres que aparece en la historia del Corazones es el de Robert Rodríguez, músico de origen peruano (Arequipa, 1965) y que integró las filas de Banda 69 a mediados de los ochenta. Su historia junto a Los Prisioneros comienza en 1990, con el famoso disco ya editado, shows en vivo ya anunciados y “gracias” a un percance que tuvo González. “La verdad, llegué al grupo cuando Jorge se accidentó una mano haciendo deporte, entonces se le ocurrió llamarme para reemplazarlo en la guitarra por cuatro actuaciones que tenían agendadas”, cuenta. Ante la oportunidad de volver a los escenarios (Banda 69 ya se había disuelto), Rodríguez es enfático: “¡no lo dudé un segundo!”, agregando que durante esas presentaciones “di mi mejor esfuerzo, lo que me valió seguir tocando con ellos. Luego pasé al bajo y teclados hasta llegar incluso al Festival de Viña”.
– ¿Qué recuerdos tienes de esas presentaciones en vivo?
– Aún son recuerdos maravillosos tocar con estadios llenos, tomar por primera vez un avión, ver la conmoción que la banda causaba en sus fans, las giras, las entrevistas, las presentaciones televisivas, todo el ajetreo y además ser pagado correctamente. Lo disfruté como lo haría cualquier rockstar. Un verdadero sueño, siempre con un éxito rotundo por donde pasabamos, sin contar con el haber pisado el escenario más célebre de Chile.
[caption id="attachment_370538" align="aligncenter" width="1024"] Alejandro Barruel[/caption]
– ¿Te gustó el disco la primera vez que lo escuchaste?
– La verdad, el primer tema que escuché fue ‘Estrechez de corazón’, que Jorge me mostró en su casa cuando aún no lo había grabado pero que en definitiva era la grabación que luego terminaría de arreglar y producir en EE.UU. Incluso, me confesó haberse un poco influenciado en algo de mi estilo para ese tema en especial. Por supuesto, después el disco entero me encantó y era un verdadero placer tocar esas canciones en vivo cada noche durante todo lo que duró mi aventura con Los Prisioneros.
– ¿Cómo recuerdas esa época y cuál crees que es el legado de Corazones?
– El legado es indiscutible, ha influenciado a muchos músicos y sigue haciéndolo hasta el día hoy. Es un disco redondo con canciones increíbles, muy sentidas, interpretadas, producidas y, además, suena increíble. Fue, sin duda, una época maravillosa musicalmente hablando y toda la experiencia de tocar, de hacer giras y enloquecer a ese público que adoraba las canciones. Resumiendo, fue un honor y un privilegio el ser solicitado por la banda nacional más importante de la época y aportar lo más posible a la puesta en escena del disco Corazones y los temas ya más clásicos de Los Prisioneros que seguían haciendo furor.
Manuel Peña: "El video (de 'Estrechez de corazón') tiene cierta relevancia. La gente cuando sabe que soy yo no lo pueden creer”
Tres fueron los singles que tuvo Corazones: ‘Tren al sur’, ‘Estrechez de corazón’ y ‘Corazones rojos’, todos acompañados por videoclips dirigidos por Cristián Galaz y que eran protagonizados por Jorge González y, en menor medida, Miguel Tapia y Cecilia Aguayo. Sin embargo, en ‘Estrechez de corazón’ la historia es interpretada por dos jóvenes actores, Lorena Ríos y Manuel Peña, quienes encarnan el espíritu de la atormentada canción.
El clip grabado en formato cine 16mm y con Gastón Roca como fotógrafo y camarógrafo, tuvo locaciones en Santo Domingo, y, según recuerda Peña, estuvieron tres días filmando. “Fue muy entretenido”, cuenta, a la vez que deja en claro una de las escenas que en nuestros días no pasaría desapercibida: “para que quede claro, los golpes son de mentira, es un truco de posición de cámara. Hoy este video es impresentable. Toda esa onda machista ya no da”, sentencia refiriéndose a la secuencia donde su personaje golpea al de Ríos. Al respecto, también hace una reflexión: “los tiempos cambiaron en buena hora y me sumo al cambio con convicción. La violencia contra la mujer es inaceptable”.
[caption id="attachment_370648" align="aligncenter" width="625"] Lorena Ríos y Manuel Peña en el video de 'Estrechez de corazón'[/caption]
El actor también recuerda el cómo llegó a protagonizar el clip: “fui a una prueba de cámara y (Cristián) Galaz me pidió que bailara. Le dije «yo no bailo», pero ya me estaba grabando. Insistí, fui bien parco y me fui. Luego, me llamaron para decirme que había quedado”.
Sin alcanzar a conocer a la banda –“ellos filmaron otros días, no fueron a Santo Domingo”–, Peña recuerda esa grabación como “una linda experiencia de trabajo, inesperada. El video tiene cierta relevancia, fue un buen trabajo. La gente cuando sabe que soy yo no lo pueden creer”.