La controversia venía de antes, pero alcanzó ribetes de fuego cruzado el 22 de abril, cuando el alcalde de Puente Alto, Germán Codina, salió al paso de las declaraciones del ministro de Salud, Jaime Mañalich, quien calificó como error la suspensión de clases debido a que habría impedido a los niños vacunarse contra la influenza.

El tira y afloja había tenido episodios previos con varios alcaldes, pero fue Germán Codina el que llamó a sus colegas a desenfundar los correos para dejar en evidencia lo que su a juicio era una clara falta a la verdad por parte del ministro. “Las vacunas de la influenza no llegaron”, dijo. “Le pido a los alcaldes que durante la mañana suban los correos electrónicos y WhatsApp que demuestran lo que estoy diciendo”, agregó.

Mucho antes de esta suerte de funa, a finales de marzo, una circular del Servicio de Salud Metropolitano Central llamaba a "diferir" la vacunación contra la influencia, y privilegiar a Carabineros, transportistas, Fuerzas Armadas, bomberos y Policía de Investigaciones, en desmedro de los niños, ya que estos "siguen en cuarentena".

“Los niños siguen en cuarentena, con el objetivo de evitar la transmisión o riesgo de contagio con coronavirus, por lo tanto, la recomendación es diferir la vacunación, para lograr ese objetivo. No hay riesgo de que los niños se queden sin vacunas, ya que hay 1.8 millones de vacunas que llegan en abril y serán destinadas a los niños”, rezaba la circular del Servicio de Salud Metropolitano Central.

El alcalde de Recoleta Daniel Jadue puso presión al publicar un documento donde el Minsal afirmaba que las vacunas llegarían el 24 de abril. Algo que hasta ahora, coinciden varios alcaldes, aún no ocurre completamente, a pesar de que estamos ya a inicios de mayo.

https://twitter.com/danieljadue/status/1252749411211530241

Los plazos, en rigor, han ido postergándose de manera sucesiva. El 25 de febrero la subsecretaria de Salud Pública, Paula Daza, informó que la población que debía inmunizarse era de 7,5 millones de personas y que el desafío era que las personas pertenecientes a los grupos de riesgo – embarazadas, enfermos crónicos, niños hasta 10 años y personas mayores de 65 años– se vacunaran no más allá del mes de abril. Hoy, ad portas del peak de la pandemia por coronavirus, la promesa mantiene inquietos a varios alcaldes que todavía no completan la vacunación.

Los datos proporcionados por el mismo ministerio de salud son inquietantes: Un 51,3% de las mujeres embarazadas, un 30% de la población escolar y un 18% de personas mayores de 65 años aún no han sido vacunados.

Municipios

A cuentagotas, así han descrito los alcaldes de diversas comunas el proceso de entrega de las vacunas a sus respectivos municipios. Un procedimiento que ha acarreado múltiples dificultades para los equipos de salud en cuanto a planificación.

“Eso ha implicado un desgaste tremendo porque tenemos que mandar a nuestros equipos a buscarlas, con cadenas de frío que hay que mantener, más la presión de la comunidad por vacunarse. Eso nos ha impedido en el fondo generar un sistema de planificación eficiente”, cuenta Claudio Castro, alcalde de Renca, quien asegura que cada vez que el ministro de salud asegura en los medios de comunicación que las vacunas están disponibles, llega gente a los consultorios exigiéndolas. “Es algo bien complejo porque los equipos salud primaria son los que tienen que poner la cara para decir que aunque el ministro lo dijera, en realidad no había vacuna”, agrega. En Renca hasta la fecha, asegura su edil, faltan por vacunar a alrededor de 8.500 personas.

Hasta la semana pasada en Puente Alto, por ejemplo, el déficit era de 40 mil vacunas. “Se le solicitó al ministerio de Salud reponer las pendientes y gracias a esta gestión nos entregaron 11 mil vacunas más. Se suponía que las vacunas estaban comprometidas  para la segunda semana de abril, pero se han entregando por goteo. En el caso nuestro están pendientes un porcentaje de estudiantes y  jardines infantiles. Todavía falta por entregar 29 mil vacunas”, cuenta Daniela Torres, Secretaria General de la Corporación Municipal de Educación, Salud y atención de Menores de Puente Alto.

[caption id="attachment_361405" align="alignnone" width="640"] Fotografía de Agencia Uno[/caption]

Para el alcalde de Cerro Navia, Mauro Tamayo, en el proceso de entrega de vacunas no sólo ha existido secretismo sino, derechamente, “información falsa”. “Se  nos dijo que el 15  de abril llegaban las vacunas, nosotros fuimos a buscarlas y no  había ninguna. Eso fue lo que dijo la subsecretaria (Paula Daza), entonces cuando las autoridades de primer nivel jerárquico te engañan, uno no tiene como planificar”, sostiene, señalando que aún les falta vacunar a alrededor de 8 mil niños.

https://twitter.com/mtamayor/status/1240967077902585859?s=20

Algunos municipios incluso montaron recintos especiales para vacunar, evitando así aglomeraciones en plena etapa de pandemia.  “Una situación que pretendía sacar la vacunación de los consultorios, instalando infraestructura, reclutando personal, pero después te encuentras con que está todo parado por falta de vacunas, eso efectivamente es una irracionalidad enorme considerando todo el esfuerzo de los municipios”, asegura Jonas Chnaiderman, virólogo de la Universidad de Chile.

Ricardo Celis (PPD), Presidente Comisión Salud de la Cámara de Diputados, coincide en que el nivel de descoordinación ha generado muchas dificultades operativas. “Pasa que van a un sector, se acaban las vacunas, pasa una semana, les llegan las remezas y luego parten a otro sector. En el fondo no ha sido  continuo y eso ha generado un desconcierto”, dice.

En Valparaíso también han pasado por la misma dinámica. Alejandro Escobar, director del área de salud del municipio, asegura que necesitan “un nivel básico de regularidad para poder administrar y planificar de manera adecuada la entrega de vacunas para la población”. Así como están las cosas las cifras de cobertura se empinan casi al 80% en la población de riesgo y un 62% de la población escolar. Lo mismo que en Quillota donde este último segmento, según datos proporcionados por el alcalde Luis Mella, alcanzó una cobertura de casi el 70%. En Quilicura, en tanto, los grupos de riesgo con menos cobertura son los escolares de 1º a 5º básico (58%) y embarazadas (47,5%).

Pese a que en La Pintana se entregaron en la última semana 3.600 nuevas dosis, el déficit para completar el 100% de niños vacunados es de 14 mil vacunas, una cifra que a le preocupa a la alcaldesa Claudia Pizarro. “Nos falta un porcentaje importante de alumnos de colegios particulares subvencionados, un 10% de adultos mayores y un grupo no menor de mujeres embarazadas”, asegura. “Es preocupante, porque si nos hubieran dado las vacunas, a esta altura ya hubiésemos terminado la campaña y ahora estaríamos sólo preocupados del coronavirus”, se lamenta.

El temor es llegar al peak de enfermedades respiratorias de invierno y que el sistema asistencial colapse. De ahí que se procura, asegura Chnaiderman, que “a comienzos de junio ojalá la curva de coronavirus empiece derechamente a bajar, para que la demanda del sistema asistencial pudiera ser dirigida a las epidemias típicas de invierno”.

En la municipalidad de Recoleta, el alcalde Daniel Jadue sostiene que les falta al menos un 20% de la población de los segmentos de riesgo y que en el caso de los niños apenas alcanzaron a vacunar a un 30% del total. “Esto tiene que ver con esa mentira que se mandó (el ministro) de que nosotros habíamos suspendido la vacunación de los niños, cuando las vacunas que debían llegar el 15 de abril todavía no llegan. Estamos a la espera, pero al parecer el ministro Mañalich todavía no las manda a comprar, como ahora es estrella de cine”, ironiza.

A Jadue le complica el discurso “medio esquizofrénico” del retorno de a la normalidad, cuando por un lado se viene el peak del coronavirus y la media de contagios comunal ha crecido en un 600%, asegura, a diferencia de las comunas que si estuvieron en cuarentena. “Esto nos preocupa porque van a empezar a circular enfermedades de esta época del año como la influenza y esto va a hacer colapsar el sistema de salud”, agrega.

El colapso del sistema público de salud, coinciden los alcaldes, se da todos los años en invierno sin contemplar incluso el actual fenómeno de pandemia. Una situación que preocupa a los distintos jefes comunales, debido a que la sobrecarga podría ser mucho peor. “Es una situación realmente grave, porque las personas que realmente se han contagiado de COVID-19 están en una etapa de mucha debilidad para enfrentar la influenza. Una persona que pase por ambas enfermedades tiene muchas probabilidades de morir. Esa es la realidad”, dice Felipe Delpin, alcalde de La Granja y encargado de la comisión de salud de la Asociación Chilena de Municipalidades.

No haber anticipado el escenario que se avecindaba respecto a un quiebre de stock y hacer promesas que no pudieron cumplir, asegura el Diputado Juan Luis Castro, miembro de la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados, “es una falta seria a la probidad pública, sobre todo en tiempos de pandemia”. “Va a favorecer el contagio doble, que es justamente lo que no queremos que suceda… pocas veces había visto una campaña tan improvisada, tan irregular como la que estamos teniendo hoy día en materia de vacunación contra la influenza”, concluye.

El Desconcierto se comunicó con el Ministerio de Salud para contrastar algunas inquietudes planteadas por los alcaldes, pero no obtuvo respuestas satisfactorias.