En una nueva y cuestionable decisión, Donald Trump decidió suspender el financiamiento de Estados Unidos a la Organización Mundial de la Salud en medio de la pandemia del COVID-19 que mantiene a todo el planeta en ascuas y a la espera de una cura para esta peligrosa y mortal infección.

El mandatario del país norteamericano acusó a la OMS de encubrir a China con respecto a la expansión del coronavirus en todo el mundo y de proteger a este país en torno a sus errores y sus falsas informaciones.

"Instruyo a mi gobierno a detener la financiación mientras se realiza una investigación sobre el papel de la OMS en la mala gestión y el encubrimiento de la expansión del coronavirus. Ellos fallaron en su principal deber y debe rendir cuentas. Muchos países dijeron que iban a escuchar a la OMS y ahora tienen problemas que no pueden creer", justificó Trump su decisión.

Esto provocó una lluvia de críticas desde todo el mundo ante la inentendible decisión. “Una vez hayamos pasado la página de esta epidemia, debe haber un momento para mirar hacia atrás y comprender cómo surgió esta enfermedad y cómo propagó su devastación tan rápidamente en todo el mundo, y cómo todos los involucrados reaccionaron a la crisis”, declaró el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres.

China tampoco esperó por condenar a Trump. “Esta decisión debilitará las capacidades de la OMS y socavará la cooperación internacional contra la epidemia”, indicó la diplomacia en un comunicado.

Vladimir Putin y Rusia tampoco quedaron ajenos a lo que anunció Trump y la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova, declaró que “los políticos de EE.UU. siempre encuentran culpables: de la pandemia, China y la OMS; de la derrota de Hillary Clinton, Rusia; de los problemas del sistema sanitario estadounidense, (Vladímir) Putin, en persona”.

Por último, el ministro de Asuntos Exteriores alemán, Heiko Maas, precisó que “esto no ayuda durante la pandemia. Tenemos que trabajar estrechamente contra la Covid-19. Una de las mejores inversiones es fortalecer a las Naciones Unidas, en particular a la OMS, que no cuenta con fondos suficientes, por ejemplo, para el desarrollo y la distribución de pruebas y vacunas”.