La cuarentena imposible: Personas en situación de calle frente a la pandemia
Este jueves, el país entró en Estado de Catástrofe. Durante la tarde del día anterior, el presidente Sebastián Piñera apareció en cadena nacional dando el anuncio. “Como un país solidario, llamo a todos mis compatriotas a que, en estos tiempos difíciles, nos cuidemos entre todos”, dijo. Mientras tanto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) le pidió a todos los países del mundo que entraran en cuarentena.
Días antes, Izkia Siches, la presidenta del Colegio Médico de Chile, se reunió con todos los partidos políticos a los que les hizo patente la importancia de posponer el plebiscito constitucional del próximo 26 de abril, lo que se materializó, e hizo un llamado al gobierno asegurando que ya es hora de cerrar ciudades, comercio, espacios públicos y que todas las personas se queden en sus casas.
Pero, para miles de personas, su casa está en la calle y los resguardos sanitarios, lejos de sus posibilidades.
"Resguardarse en las casas y lavarse repetidamente las manos, es imposible"
"Las condiciones de sanidad de la gente que vive en la calle y los lugares donde habitan los predisponen a tener más enfermedades que la población general", aseguró el doctor Francisco Idalsoaga, director general de la Fundación Salud Calle.
En el país hay más de 14 mil personas en situación de calle, según los últimos datos del registro social que elabora el Ministerio de Desarrollo Social y Familia. Para este segmento social la expectativa de vida es 20 años menor que para el resto y tienen una mortalidad de entre cinco a diez veces mayor considerando cualquier causa de muerte.
Francisco Román, director ejecutivo de la Fundación Gente de la Calle, está de acuerdo con este diagnóstico: "es una población que tiene un mal estado nutricional, pero también tienen enfermedades que no han sido tratadas o mal tratadas, las que acumulan un daño físico importante. Eso la hace más propensa a contaminarse por el coronavirus", explicó.
Por la realidad material en la que viven, enfrentar la pandemia provocada por el COVID-19 se vuelve un desafío mucho mayor que para el resto. "Las medidas como resguardarse en las casas o lavarse las manos repetidamente, son imposibles. Sus posibilidades de acceder a lugares de higiene son bastante dificultosas", aseguró Román.
[caption id="attachment_352901" align="alignnone" width="593"] FOTO:PABLO OVALLE ISASMENDI /AGENCIAUNO[/caption]
Uno de los factores esenciales es la movilidad, las personas en situación de calle se movilizan por las ciudades de forma mucho más frecuente que el resto de la población. La mayoría de las personas solo se mueve desde su hogar hasta su lugar de trabajo y de vuelta, en un día normal, pero para aquellos que viven en la calle moverse es parte de vivir.
Una columna publicada en la prestigiosa revista médica The Lancet asegura que la alta movilidad es un factor importante y explica que este es un problema al que se han visto enfrentados todos los países del mundo, asegurando que una posible exposición al virus "afecta negativamente la posibilidad de acceder a un hogar y su salud física y mental".
Además, la exclusión social toma vital importancia. Si ya en una situación común mucha gente rehúye a la presencia de las personas en situación de calle, ahora el escenario es mucho más difícil. La discriminación habitual se recrudeció producto de la pandemia y, con ello, sus posibilidades de subsistencia. Las personas no se les acercan a regalarles monedas y, al haber menos personas circulando, tampoco encuentran comida en los basureros.
"La población en calle depende mucho de la acción de otros, de grupos de voluntarios y organizaciones de la sociedad civil que generan soluciones, especialmente de alimento", aseguró Román. A esto se suman los pacientes psiquiátricos y personas en situación de discapacidad que viven en la calle. "Para ellos movilizarse a buscar nuevas alternativas de subsistencia se vuelve muy complejo", puntualizó.
La falta de asistencia en estos contextos la vivieron hace pocos meses, durante el toque de queda en el Estado de Emergencia: "una de las cosas que más manifestaban las personas en situación de calle, junto a la violencia policial y militar, era que pasaron hambre", explicó y agregó que "esa ayuda, que es bastante asistencial y caritativa, no resuelve nada, obviamente, pero para las personas es muy importante".
"En general todas las medidas de salud pública que instaura el gobierno, nunca llegan a las personas en situación de calle"
En este escenario, las medidas que comúnmente se toman para el resguardo de la salud de las personas en situación de calle ahora no son las más indicadas. La utilización de albergues y centros de hospedaje produce acumulación de gente, lo que se convierte en un foco de riesgo importante de contagio. "Tienen mucho riesgo de contagiarse porque son lugares donde se congregan muchas personas", afirmó Idalsoaga.
Al respecto, el subsecretario de Servicios Sociales, Sebastián Villarreal, dependiente del Ministerio de Desarrollo Social y Familia, consultado por El Desconcierto, aseguró que comenzaron a tomar medidas el 11 de marzo. "Establecimos un protocolo de prevención de monitoreo y actuación en temas de COVID-19, como medidas generales para todos nuestros centros y dispositivos del programa Noche Digna", el que se ha ido actualizando según se desenvuelve la emergencia, aseguró.
De momento, el ministerio presentó un protocolo para las personas en situación de calle respecto a la pandemia, que incluye algunas medidas y el subsecretario aseguró que se irá revisando de acuerdo a las determinaciones que tome el Presidente ante la emergencia sanitaria:
Pero, el problema sanitario no es el único riesgo que este segmento social podría afrontar. Fueron muchos los testimonios en redes sociales sobre malos tratos y golpizas recibidas por gente que vive en la calle, por parte de Carabineros y Fuerzas Armadas, durante el Estado de Emergencia del año pasado. "Durante el toque de queda, un número importante de la población en calle fueron violentados", afirmó Román.
[caption id="attachment_352931" align="alignnone" width="565"] Carabineros inspecciona un "ruco" en octubre de 2019. FOTO:MARIO DAVILA/AGENCIAUNO[/caption]
A pesar de esto, Villarreal sostuvo que "no recibimos ninguna denuncia de algún ciudadano particular registrado en calle" y agregó que "desde el primer minuto, en el mes de octubre, establecimos un protocolo especial" de forma que "frente al control de identidad, haya una consideración", lo que también estaría siendo contemplado y coordinado con el Ministerio de Defensa ante un eventual nuevo toque de queda.
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El director de Salud Calle es crítico con la respuesta del gobierno. Aseguró que "nuestras expectativas no son muy altas dentro de las medidas que se puedan tomar ahora. Ya de base, nosotros sabemos que en general todas las medidas de salud pública que instaura el gobierno, nunca llegan a las personas en situación de calle".
Las razones son variadas. Entre ellas está la dificultad de acceso a la información, ya que, por lo general, no están en las redes sociales y no consumen televisión o radio. Muchos, tampoco se acercan a los centros que la autoridad dispone para ellos. Villarreal afirmó que ante esto, está contemplada la implementación de rutas sociales para informar a la población en calle.
Sin embargo, para algunas organizaciones de la sociedad civil, esto no es suficiente. "Creemos que es vital iniciar ahora una campaña de vacunación orientada a la gente en situación de calle, para poder prevenir que tengamos el brote de influenza y el coronavirus", sostuvo Idalsoaga. Además, "medidas muy simples como poder ir a facilitarles alcohol gel, acceso al agua y jabón, para el lavado frecuente de manos, son recursos vitales para poder prevenir a la gente que vive en la calle".
Sobre esto, Villarreal aseguró que "son medidas que ya están en evaluación, sobre todo ante un eventual toque de queda", afirmando que por el momento será la red de centros día los lugares donde las personas puedan ir y tener acceso a higiene y alimentación. Pero que, de darse el contexto de encierro, desplegarán un trabajo territorial que contempla kits sanitarios y comida. Consultado acerca de si ese tipo de medidas se implementarán antes de que se decrete un posible toque de queda, la autoridad respondió negativamente.
"Hay que dejar de apuntar al asistencialismo y a la solidaridad, lo que se necesita son medidas reales, financiadas y gestionadas por el Estado. No podemos apelar a la buena voluntad para resolver los problemas de las personas", reflexionó Román.
Por ahora, el escenario es incierto para las personas en situación de calle y el riesgo de contraer la enfermedad es muy alto.