El caso de Fabiola Campillai es uno de los dos emblemáticos que ha dejado hasta el momento la represión policial a este estallido social que ya está por cumplir cinco meses. La joven madre y trabajadora salió de su casa un día en la noche y fue brutalmente atacada por Carabineros en San Bernardo.

El pasado 27 de noviembre, ella salió de su casa para dirigirse al turno de noche de la planta Carozzi en Nos. Esperaba el bus de traslado, alejada de una barricada. De la nada, un piquete de Fuerzas Especiales de Carabineros le dispara una bomba lacrimógena al rostro, a muy poca distancia, que la dejó totalmente ciega y con una lesión cerebral que debe ser reparada con una cuarta operación.

A más de tres meses del hecho, Fabiola Campillai habló por primera vez con la televisión y dio su testimonio desgarrador de la noche en que le arrebataron la vista, también el olfato y el gusto. Hecho por el cual aún no hay culpables.

"Los culpables jamás me van a pagar lo que me hicieron. Darlos de baja es un chiste, para mí no es justicia. Para mí, justicia es que me devuelvan mis ojos, eso sería justicia", dijo la mujer a TVN.

"Este es mi sentimiento: aunque él aparezca y esté preso de por vida, jamás me va a pagar lo que me hizo", añadió.

Fabiola, de 36 años, debe ser sometida a una operación para corregir un daño cerebral que le hace perder líquido de él por la nariz. Según confesó su familia a Ciper Chile, ella ya teme por su vida.