Amor y estallido: Karla Rubilar confiesa que Dios le puso a Christian Pino en su camino

Amor y estallido: Karla Rubilar confiesa que Dios le puso a Christian Pino en su camino

Por: El Desconcierto | 28.02.2020
La vocera de gobierno habló de la importancia del periodista en su vida, del rol del titular de Salud y padrino de uno de sus hijos, Jaime Mañalich, y de las jornadas de trabajo con infructíferos resultados en las encuestas: "Prefiero mirar hacia adelante, seguir mi camino con convicción, más allá de si eso reditúa en una buena evaluación en las encuestas", señaló.

La ex intendenta de la Región Metropolitana y ministra vocera de gobierno, Karla Rubilar, abrió su corazón y desclasificó historias de su vida: su relación con el periodista Christian Pino en tiempos de estallido, la relación incluso vital con el ministro de Salud Jaime Mañalich, además de algunas experiencias religiosas que la llevaron a ser la persona que es hoy.

En la descriptiva entrevista con el vespertino La Segunda, la vocera declaró con los "ojos brillosos" sobre su pololeo: "Nuestra relación partió en julio de 2019, tres meses antes del estallido, en un escenario muy distinto al que vino después, que ha sido lejos el más complejo de mi vida... Por eso he llegado a la convicción que Dios puso a Christian en mi camino, sabiendo que iba a necesitar mucho apoyo y contención emocional".

Rubilar confesó que desde el inicio del estallido ha sido muy duro para ella y sobre todo cuando ve los números cada vez menos favorables en las encuestas: "Pucha, por qué si me levanto muy temprano y me acuesto muy tarde, al igual que muchos en este gobierno, después de tantos sacrificios... Afecta cuando sientes que todo tu empeño y trabajo no se entiende, tampoco se valora", dijo. No obstante, esto no la desanima del todo: "Prefiero mirar hacia adelante, seguir mi camino con convicción, más allá de si eso reditúa en una buena evaluación en las encuestas", señaló.

Diametralmente alejada de la conversación política, la ministra habló de sus experiencias con la muerte, que la llevaron finalmente a una férrea convicción de la existencia de Dios. La primera de ellas en 1988, cuando tenía 11 años y se vio afectada por un sarampión sumado a una bronconeumonía: "Hay gente que dice que vio un túnel, en mi caso fue un resplandor que lo inundó todo, junto con una música de violines. Luego claramente oí la voz de un hombre decir: no, todavía no... Entonces se apagó la luz, terminó la melodía, y vi a mi mamá y a mi abuela junto a mi cama. Te aseguro que nunca he vuelto a sentir esa paz. Al día siguiente no tenía fiebre y volví a comer luego de haber bajado 10 kilos. Los médicos no entendían nada. Mi papá quedó endeudado hasta el infinito con la Virgen de Lourdes", confesó.

La segunda vez espantó a la muerte gracias al ministro de Salud, Jaime Mañalich. Ella lo considera su "angelito de la guarda": "Los médicos no sabían que tenía, llevaba varios días con fiebre alta, y cuando él se enteró (a través de la TV) que me iban a trasladar a la UCI, fue e instruyó una serie de exámenes que permitieron diagnosticar una infección, producto de una pequeña herida tras instalarme una banda gástrica. Pidió el traslado a la Clínica Las Condes y llamó a un cirujano, brazo derecho suyo, para que se devolviera de sus vacaciones y me operara. Movió cielo, mar y tierra".