Congreso: Con canciones en los labios

Congreso: Con canciones en los labios

Por: César Tudela | 27.12.2019
Finalmente, la pasada noche Congreso realizó el segundo show celebratorio de su disco “Para los Arqueólogos del Futuro” a 30 años de su lanzamiento. Un show que cierra un importante 2019, con la banda festejando su 50° aniversario y que debió esperar dos meses para su su realización a causa del estallido social.

Un año después de la victoria del No en el plebiscito de 1988, Congreso edita “Para los arqueólogos del futuro”, el disco que se convirtió en el más exitoso de su carrera, no solo por la maduración de su propuesta estética de fusión latinoamericana con cierta orientación a la canción pop rock tradicional (ya probado antes en su disco "Estoy que me Muero…"), sino porque además representó simbólicamente al país que dejaba atrás la dictadura para abrir las puertas de la democracia. 30 años más tarde, la banda programó dos shows conmemorativos en Matucana 100, los que debieron se reagendados producto del estallido social.

El primer show se movió una semana en el calendario, pero el segundo, tardó un poco más en realizarse. La tarde del jueves 26 de diciembre de 2019 alcanzó 31° de temperatura en Santiago y dentro del recinto el calor se elevaba aún más. Problemas con el aire acondicionado retardaron el inicio del show, no sin antes las excusas de la administración del teatro quienes ofrecieron al público la opción de retirarse y pedir devolución debido al desperfecto. Como era de esperar, la sala repleta ni siquiera lo pensó: iban a resistir, pues habían esperado mucho tiempo. Algunos, incluso 30 años.

Congreso ingresó al escenario para iniciar un show recargado de símbolos debido a los factores que engrosaban su realización. 30 años de aniversario del disco más exitoso de su carrera, el mismo año en que la banda cumple su aniversario 50 y, obviamente, en un trimestre marcado por el estallido social, que además obligó a reagendar la celebración. La canción escogida para partir fue ‘Chatarras y cacerolas’, un track que capturó los sonidos urbanos de las protestas contra Pinochet a fines de los 80 y que hoy resignifica su impronta con los cacerolazos que han sido el telón de la primavera chilena. Así iba a ser el show, cargado de recuerdo y contingencia, como si el disco demostrara que su afán memorístico y atemporal era incuestionable tres décadas más tarde.

“Hicimos este disco porque tal vez creíamos que no íbamos a durar tanto. Hoy solo queremos agradecer la esperanza por la dignidad, la justicia y la ternura”, fueron las primeras palabras de Pancho Sazo antes de interpretar la canción cuyo nombre bautiza al álbum. Este tono entre pasado y presente fue percibido más explícitamente en las instrumentales ‘Cumbia’, donde Sazo afirmó que, al momento de componerla, estaban esperando a los inmigrantes caribeños que han llegado a Chile, y ‘Ese día…’, con imágenes de la campaña de las celebraciones del triunfo del No en 1988. Un poco más triste fue el mensaje de amor y solidaridad a Valparaíso en ocasión de los recientes incendios, antes de interpretar ‘Canción por encargo’, cuyas primeras líneas dicen “acaso el rey detuvo el tiempo en esos cerros, acaso el mar también enmudeció”.

‘El trapecista’, ‘Hasta en los techos’, ‘Un sueño perdido’, ‘Cacharpaya’, ‘En la matiné’ y el cierre con ‘En todas las esquinas’, su hit inmortal de 1989, completaron el primer bloque de un show impecable, como es costumbre. La institución activa más importante de la música chilena, regresó con un bis que confirma la premisa, interpretando seis canciones de las cuales cuatro pertenecen a su aplaudido último álbum “La Canción que te Debía” (2017) y que desde hace tres años son piezas estables del repertorio en vivo de la banda, aprendidas por los fanáticos e interpretadas tan sólidas como las clásicas de su repertorio: ‘Canción por la paz’ (con Pancho aclarando que “no estamos en guerra”), ‘El rey Midas’, ‘La canción que te debía’ y ‘Premio de consuelo’, completadas con ‘En horario estelar/El derecho de vivir en paz’ e ‘Hijo del diluvio’.

Un show contingente y esperado, merecidamente celebratorio y simbólico en su contexto, tanto biográfico como nacional. No es casual que la última canción del concierto haya sido interpretada por el público cuando las luces se encendieron dando a entender que la banda no regresaría a escena: “Oh, Chile despertó…”.

FOTOS: @NICOLASROMEROMORENO