Diputado Diego Ibáñez: “Lo mismo que dice Greta Thunberg lo han dicho los pueblos indígenas en Latinoamérica”
Pocas horas antes de que el presidente Sebastián Piñera pidiera disculpas en la Cumbre por la Acción Climática, en Nueva York, por la contaminación en la zona de sacrificio Puchuncaví-Quintero, el diputado Diego Ibáñez (Convergencia Social) recibió un video de los pescadores artesanales que mostraba una gran mancha negra de hidrocarburos en la bahía de esa última comuna.
“Durante décadas ellos han tenido que salir a trabajar bajo esas condiciones. Aquí no se ha solucionado absolutamente nada”, asegura a El Desconcierto el parlamentario por la región, quien además lidera la comisión de medioambiente de la Cámara Baja.
El frenteamplista recuerda las cientos de personas que se vieron afectadas por las intoxicaciones masivas el año pasado y los peaks de dióxido de azufre que se han reiterado durante estos últimos meses. También, enfatiza en la deforestación de bosques nativos para la construcción de edificios exclusivos y el avance de los cultivos de paltos que intensifican la sequía en la región.
Considerando ese contexto que describe, ¿qué le pareció el reconocimiento medioambiental que le entregaron al presidente Piñera?
Es ridículo. Aquí no ha habido verdadera voluntad política. Por ejemplo, las normas que regulan el arsénico que se declaró en el gobierno de Patricio Aylwin, pero que derogó después Eduardo Frei. Y este gobierno no ha tenido la voluntad para dictar una nueva norma al respecto. Ahora bien, hay que considerar ciertos avances porque lamentablemente fue tan poco lo que hicieron los gobiernos de la Concertación y ex Nueva Mayoría en materia ambiental, que tuvo que venir un presidente de derecha para establecer ciertas normativas que antes no existían, como una norma de dióxido de azufre que no se había presentado en los gobiernos anteriores. Claro que en absoluto es suficiente. Actualmente, hay un vacío que permite que las empresas contaminantes caigan en la impunidad. Aquí se trata de que no se vulneren los derechos humanos de las personas en ningún territorio por contaminación.
A su juicio, ¿qué imagen internacional se busca instalar?
Bueno, así como fue el proyecto de Aula Segura, en este caso se está apostando a las encuestas y a la publicidad barata sin un correlato en la política pública del país. Creo que se está promoviendo un tipo de modelo de desarrollo desigual, que se basa en la extracción desmedida de materias primas sin resguardos ambientales. Hay una abierta hipocresía del Presidente y tendremos que ser las nuevas fuerzas, que nos planteemos ser gobierno, las que deberemos revisar la normativa medioambiental porque son iniciativas propuestas exclusivamente por el Ejecutivo, que no pueden ser propuestas por el Parlamento (como las normas de calidad ambiental). Es decir, dependen de su voluntad política.
¿Cómo ha funcionado el Plan de Descontaminación del Gobierno en la zona de sacrificio?
Ese Plan es la manifestación del fracaso de la política ambiental en Chile. El problema de fondo es que la norma ambiental permite, por ejemplo, que Aes Gener -una empresa norteamericana financiada en un 20% por las pensiones de todas y todos los chilenos-, contaminar cinco veces más en Chile que en Estados Unidos. Es decir, un niño norteamericano vale cinco veces más que un niño chileno porque aquí la norma de baja calidad le permite ahorrarse utilidades en vez de invertirlas en tecnología no contaminante.
Junto a otros parlamentarios, presentó una acción en Contraloría por las excavaciones que se autorizaron en la isla Juan Fernández. ¿Es muy flexible la regulación ambiental?
Es que en este caso la ley es clara y eso no se puede hacer. Pero esa ley se está torciendo por el lobby privado porque hay alguien que no está cumpliendo su rol de autoridad, que es ceñirse a lo que dice la Constitución. Por eso, existe el principio de legalidad y las autoridades públicas solo pueden hacer lo que la ley les permite. Acá se está vulnerando ese principio.
En la agenda medioambiental, se viene la COP25. ¿Es un contrasentido que Chile sea anfitrión sin haber firmado el acuerdo de Escazú?
Sin duda. Es una hipocresía hablar de multilateralismo sobre el cambio climático. Pero cuando hablemos de un acuerdo que pretende avanzar en justicia ambiental y en defensa de los luchadores amenazados de muerte en la región, demuestra la indolencia de un país frente al problema y una mirada economicista de la sustentabilidad. Hoy, el discurso verde tiene sentido en la medida que exista una rentabilidad en las cifras corporativas y no para cambiar un modelo de vida. Esto último es como lo que ha instalado Greta Thunberg, que se ha vuelto incómoda para las élites mundiales.
En la Cumbre de Acción Climática hemos visto como sectores de derecha han salido a criticar su activismo. ¿Qué le parece esa actitud?
Hay que tener claro que a la derecha le molesta este discurso por la amenaza de sus negocios. Pero, también, lo que dice Greta no es nuevo. Hoy cobra relevancia en los medios de comunicación porque viene del mundo europeo y cumple con ciertos cánones que son procesables por los medios. Lo que dice Greta es lo que ha dicho también el pueblo mapuche y los pueblos indígenas en Latinoamérica desde hace más de 200 años.