Bajas asistencias y altos gastos: las cifras que dan cuenta del período legislativo de José Antonio Kast
Tasas de asistencia muy bajas, y elevados gastos fiscales que no se corresponden con las mismas, han caracterizado el desempeño parlamentario de José Antonio Kast.
Así lo comprueban cifras como las entregadas por el presidente de la Fundación Iguales, Juan Enrique Pi. Según los datos que Pi publicó luego de que se hiciera trending topic el #PanamaJAK, por los antecedentes que revelaron los dineros de Kast en Panama, la aventura presidencial del gremialista durante el segundo semestre de 2017 le costó al Estado chileno la suma de $81 millones, en un período de cinco meses, en los que Kast asistió en promedio un 18,5% a su trabajo (10 sesiones de un total de 44).
Todo comenzó cuando en el segundo semestre de 2017, Kast ya sabía que sería candidato presidencial, y por tanto, dejó de asistir a la Cámara, o comenzó a hacerlo con muy poca frecuencia.
En agosto, fue a 3 de 8 sesiones (27,3%); en septiembre a 2 de 8 (20%); en octubre a 0 de 11 (0%), en noviembre a 2 de 9 (18,2%) y en diciembre a 3 de 8 (27,3%).
En total, por esos cinco meses, el Estado desembolsó $46 millones solo en su sueldo. Kast luego afirmó que este fue donado, pero lo que no fue donado, porque no puede hacerse, es el dinero que entró en su fondo de pensiones y pagando su salud.
Entre agosto y noviembre de 2017, cuando Kast se encontraba en plena campaña, el equipo de personal de apoyo del ex diputado estuvo compuesto por 8 personas: un conductor, dos administrativos, una secretaria y cuatro asesores parlamentarios. En total, en los cinco meses en los que Kast prácticamente iba de visita a su trabajo, el Estado pagó $26 millones a estos asesores.
Pero aún falta otro gastos más: los gastos operacionales. Durante noviembre y diciembre, meses en que Kast fue a solo 5 de 17 sesiones (29,4% de asistencia), gastó $700 mil en "actividades territoriales" y $240 mil en "caja chica"; cada mes.
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Todo esto suma un total de $81 millones en un período de cinco meses para un diputado que fue a trabajar una vez cada cinco días en promedio.
A esto se suman casos como las vacaciones que el ex diputado se tomó en julio del 2015, cuando se ausentó sin excusa de cargo por 32 días, y a pesar de que él mismo solicitó vía carta que se aplicaran los descuentos a su dieta por las ausencias, el legislador recibió íntegros los $6.580.000 de su dieta en julio y la misma cifra en agosto. No solo eso, en ambos meses también se le cancelaron los gastos correspondientes a traslación -viático, bencina, arriendo de vehículos, amortización, peajes, alojamiento y alimentación-, por $2.352.976 en julio y por $2.368.435 en agosto. Un episodio que dio cuenta no solo de las ausencias de Kast, sino de la deficiencia de la ley que a pesar de su propia petición no retiró la dieta del parlamentario.
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Kast es además el ex diputado que menos justificaciones ha entregado por sus inasistencias, ya que de sus 82 ausencias, en 61 no presentó antecedentes.