Qué se lee: Gabriel Boric, comer solo y leyendo
Actualmente estoy leyendo el diario de María Graham en Chile, el diario de una mujer inglesa que recala en nuestro país en 1822 y hace una descripción de la situación política y del tipo de vida que se llevabaen esa época. Es muy descriptiva, lo recomiendo mucho. Además estoy leyendo un libro del autor de apellido Ghigliotto, que se llama El museo de la bruma, que da cuenta de todas las atrocidades que se cometieron en la Patagonia chilena y argentina desde el exterminio planificado con venia del Estado de los pueblos originarios, pero también de los sectores obreros en Argentina y en Chile, que evidencia un tema del que se ha hablado muy poco en la historia regional y nacional.
Me gusta mucho la historia de Chile y de los movimientos sociales. Es importante poder tener una noción de quienes estaban antes que nosotros, saber que no partimos de la nada y que esta tierra que pisamos fue habitada por personas que eran muy diferentes a lo que somos hoy día y que dieron luchas sociales tremendamente importantes. Yo creo que la historia sirve para tener perspectiva y no tener la arrogancia de creer que el mundo es solo de nosotros, sino también de los que van a venir.
Leo siempre antes de dormir, leo en el metro, cuando viajo, en el bus, en el avión, y cuando como, me gusta comer solo, leyendo. Leo mucho poesía chilena y literatura fantástica. He estado leyendo a Joseph Conrad últimamente. Y siempre vuelvo a Gabriela Mistral, el lenguaje de Gabriela Mistral es un fenómeno desgarrador, emocionante, que hace muy bien, calma el espíritu. Trato de estar permanentemente leyendo a poetas nuevos y nuevas, en particular chilenos. Creo que la literatura chilena ha dado muchísimo y siempre trato de estar descubriendo nuevas literaturas.
Paralelamente, estoy escribiendo un libro, es un proceso lento, trabajoso, es un oficio difícil. No es literatura –lo que me gustaría más adelante cuando deje la política de primera línea–, sino un libro de discusiones políticas que se llama Diálogos intergeneracionales, donde busco conversar con gente que estuvo antes que nosotros en la primera línea política, para poder aprender de esa generación con la cual mi generación no ha tenido mayor diálogo. Estoy revisitando la historia de los que lucharon antes del golpe por la democratización de Chile. Ha sido tremendamente interesante y he aprendido muchísimo. Para poder conversar con alguien primero me leo toda su bibliografía. Conversé con Jorge Arrate, y me leí las memorias que tiene publicadas hasta ahora, algunos de los textos políticos que escribió, sus declaraciones en diferentes épocas, y revisé sus campañas. Uno aprende mucho y se da cuenta que nuestra generación no nació de la nada.