El presidente brasileño Jair Bolsonaro firmó este viernes (23/8) un decreto para autorizar la actuación de las Fuerzas Armadas en la Floresta Amazónica, que ya lleva  19 días de enormes incendios.

Según el documento, los militares podrán actuar en “áreas de frontera, tierras indígenas, unidades de conservación ambiental y otras áreas de la Amazonía Legal”. La intervención respaldada por el mandatario pasa a tener validez desde este sábado 24 de agosto, y tendrá vigencia hasta el 24 de septiembre, aunque podría ser postergada si el Ejecutivo así lo evalúa.

El decreto fue oficializado esta tarde y posteriormente anunciado por el propio Bolsonaro en cadena nacional. En la transmisión, el mandatario ultraderechista brasileño afirmó que tiene “profundo amor y respeto por la Amazonía, y la protección de la floresta es mi deber, por eso estamos actuando para combatir las acciones ilegales y cualquiera actividad criminal que ponga en riesgo a nuestra floresta”.

Vídeo del mensaje de Jair Bolsonaro en cadena nacional:

https://youtu.be/YqW3DZ9eQnk

Esas palabras chocan con al menos dos meses de gestos y declaraciones suyas, en las que alentó a terratenientes del Norte de Brasil a hacer incendios (los mismos que después crearían el Día del Fuego, responsable en gran parte de los actuales incendios).

Luego, trató de mentirosos a los que empezaron a denunciar  el desastre ambiental, a punto de desmentir el científico Ricardo Galvão, director del INPE (Instituto Nacional de Pesquisas Espaciales de Brasil) por dar a conocer a la prensa las cifras del daño ambiental en este 2019. Finalmente, esta semana, cuando ya no pudo disimular la situación caótica en la región, acusó a las organizaciones ambientales de prender fuego a la floresta con el objetivo de dañar su imagen.

Pero el mensaje no quedó ahí. Fiel a su estilo, Bolsonaro no pasó sin apuntar dardos a sus detractores, que vinieron en la segunda parte de su declaración, donde criticó a la prensa: “hay que tener serenidad al tratar de este tema. Difundir datos y mensajes infundados dentro o fuera de Brasil no contribuye en resolver el problema y se prestan solamente al uso político y a la desinformación”.

Luego, el presidente brasileño aseguró que Brasil “es un ejemplo mundial de sostenibilidad y que posee una legislación ambiental moderna y un código forestal que debiera servir de modelo para el mundo”.

Otra parte controversial del mensaje fueron sus dardos internacionales. El más irónico de ellos fue cuando dijo que “diversos países desarrollado todavía no han cumplido con sus compromisos en el ámbito del Acuerdo de Paris”.

Lo contradictorio de esa declaración es que durante la campaña presidencial Bolsonaro fue muy crítico de ese acuerdo, y también es conocida su postura negacionista con relación al cambio climático. Además, diversas veces amenazó con abandonar el Acuerdo de París, y la última fue justamente en el día anterior (jueves 22/8), cuando dijo que “si el acuerdo fuera bueno Estados Unidos no habría salido”.

En el tramo final del mensaje, Jair Bolsonaro denotó su temor a acciones de países extranjeros en represalia a su forma de actuar con respecto a los incendios en la Amazonía: “incendios forestales existen en todo el mundo, pero eso no justifica posibles sanciones internacionales”. Esas palabras parecen destinadas a los mandatorios Angela Merkel (Alemania), Emmanuel Macron (Francia) y Justin Trudeau (Canadá), que han coincidido recientemente en la necesidad de una reacción global a la actual tragedia ambiental en Brasil.