Valentina Quiroga, ex subsecretaria de Educación, con todo contra Cubillos: "Hace muchos años que no habíamos tenido un periodo tan nefasto para la educación"
El legado de la ex Presidenta Michelle Bachelet está siendo bombardeado (educación y economía al menos) y bien lo sabe Valentina Quiroga, directora de la fundación Horizonte Ciudadano, oficina desde donde buscan defender y preservar lo que hizo la ahora alta comisionada de la ONU para los derechos humanos.
Durante 2019 definieron cuáles iban a ser los tres ejes en los que centrarían sus fuerzas: el primero tiene que ver con la tesis relativa a la desafección que la ciudadanía ha sentido con la política, apuntando al trabajo territorial; el segundo busca la protección de derechos, particularmente –o al menos en este primer año de vida de la organización- los de la infancia; y el último eje se relaciona con el medio ambiente y el desarrollo sostenible.
En el primero de los temas ya tienen avances: están estudiando la interacción y el comportamiento de la población de algunas comunas de la zona norte de Santiago, y con esos resultados pretenden repensar el uso de esos espacios públicos. Sobre protección de derechos de la infancia, adelantan que la ejecución será durante el segundo semestre, y que tendrá una visión de la región (Latinoamérica). En el tercero, la voz la alzarán durante la COP25, que se realizará en Chile a fines de año.
Cuando Valentina Quiroga explica cada uno de estos puntos del trabajo que hoy en día hacen, lo hace sentada en el la recepción de la fundación, una casona en Las Condes, detrás del Estadio Español. Dirá después que la comunicación con la ex Presidenta tiene la fluidez que el cargo internacional le permite, pero que hay confianza en que el grupo que dejó, sabrá preservar y promover lo que hizo.
-El trabajo territorial que están haciendo tiene como antecedente lo que hizo la ex Presidenta en el tema constitucional: es decir, diálogos no vinculantes. ¿Hay garantías que lo que hace la fundación ahora pueda tener resultados tangibles para la población?
-Para nosotros los gobiernos locales son un actor estratégico, y esperamos que a partir de la elección de gobernadores, el tema de la descentralización en Chile se torne estratégico. Ese es un primer paso, porque con eso no vamos a tener resuelta la descentralización en Chile. Pero más allá de eso, es una oportunidad para generar una tensión positiva de ir mejorando el Estado desde lo local. Creemos que el desafío es que para sostener la democracia, se requiere un Estado moderno. Pero no solo moderno en la entrega de servicio. Por lo tanto, eso demanda estructuras de participación y de formas de pensar el Estado distintas a como las hemos estado imaginando.
-¿Han estado en conversaciones con los representantes, parlamentarios, potenciales candidatos a gobernadores? ¿Cuáles son los diálogos?
-Estamos enfocados en potenciar los proyectos.
-¿Les van a pasar estos proyectos a los candidatos?
-La idea de desarrollar estos proyectos es poder sacar ideas para Chile y, por lo tanto, una vez tengamos esos procesos, el plan es darlo a conocer públicamente y conversarlo con los distintos actores. Pero esa es una fase. Hoy en día estamos trabajando en los diseños y la ejecución de los mismos, y vamos a ver, en función de los resultados, las conversaciones que tengamos.
-¿Funcionará la fundación como un punto de encuentro para la oposición? ¿Es este el lugar de la ex Nueva Mayoría, que se deshizo después de haber terminado el gobierno?
-La fundación aspira a contribuir al sector y evidentemente vamos a estar siempre a disposición de esa oposición, que entendemos que es colectiva. El proceso de fortalecimiento de la centroizquierda es un problema, un desafío que comparten muchos actores, y nosotros nos sentimos parte de esos actores. La manera en la que queremos contribuir en ese debate es a través del contenido.
-¿Te gustaría que fuese acá donde se articule la oposición, la Nueva Mayoría sin el nombre?
-Hoy día hay ciertos procesos de construcción de identidad, los partidos son parte de esos procesos, se han hecho esfuerzos por ir generando coalición en torno a ciertas temáticas, y me parece que todos esos esfuerzos son valiosos. Estamos en ese proceso. Es importante que ese proceso decante, termine de madurar, y que aquí tengamos una centroizquierda en donde estén todos, donde todos se sientan convocados, entendiendo que hay diferencias. Nuestra aspiración es que exista una centroizquierda fuerte, potente, con proyecto para ofrecerle a la ciudadanía.
-En tema infancia, ¿qué están desarrollando?
-Estamos armando un proyecto con esta mirada latinoamericana. La invitación es a pensar la infancia no solamente desde las estructuras tradicionales de la infancia, sino que a pensar la sociedad en su conjunto desde la infancia. Si piensas, por ejemplo, en desarrollo urbano, hay ciertos proyectos que nos interesa mucho, que lo hemos visto en otros países, que cuando se hacen la pregunta sobre el diseño urbano, de alguna manera busca responder a la pregunta: cómo se ve la ciudad a 95 centímetros de altura, que es la estatura promedio de un niño. La invitación es a pensar los otros sectores de política pública y cómo se ven desde la infancia, porque de alguna manera piensas en que si el sector de política pública que estés imaginando cumple el estándar para los niños de tres años, entonces te aseguro que cumple el estándar para la ciudadanía en su conjunto.
-¿Cómo evalúas hasta ahora el tratamiento que ha hecho el gobierno en infancia?
-Es una agenda en la que afortunadamente se han ido logrando ciertos consensos. Son temas altamente complejos, donde además hay que hacer muchos esfuerzos intersectoriales. Veo que hay preocupación genuina por el tema, sin embargo, creo que hay que lograr que esa motivación y ese relato se materialicen y se traduzca en acciones, y eso no siempre es trivial. Pienso que todavía es una agenda en desarrollo y espero que al final de este gobierno se logre avanzar.
-¿Haz visto algo concreto?
-El gobierno partió desarrollando una agenda que no necesariamente iba a problemas estructurales. Uno esperaría, de alguna manera, que la agenda se haga cargo de esos temas de fondo. Pero creo que es muy temprano para juzgarlo. Mis expectativas es que se pudiera desarrollar esa agenda, que es integral, y que esa agenda sea con acuerdo social, porque sí o sí es una agenda que va a trascender de esta administración. Por lo tanto, para que sea sostenible en el tiempo, es importante que esos acuerdos se construyan.
-Pienso en las medidas que se han tomado, por ejemplo, en tema Sename y el Cread de Playa Ancha. Las propuestas de Gobierno siguen en la línea de perpetuar este sistema y eso no parece una medida estructural.
-Esto tiene una área que es importante, que es la de prevención y alerta temprana, y después de protección, cuando la infancia se ha visto vulnerada. Si uno no aborda esto integralmente con todas esas aristas, es tapar el sol con un dedo.
-Hablemos de educación. Terminó el paro de profesores. Estuviste en la cartera de educación. A la luz de los hechos, ¿cómo evalúas la demanda de los profesores y el tratamiento del conflicto?
-Chile hizo una tremenda reforma educacional durante el gobierno de la Presidenta. Ha sido la reforma más grande, después de la de Frei Montalva. Yo diría que fue “la” reforma de ese nivel de envergadura. A pesar de ese tremendo esfuerzo, Chile no terminó la tarea: hay temas pendientes, que son importantes, no solamente en la implementación de la reforma, sino que hubo temas que no se alcanzaron a conversar y que quedaron pendientes en la agenda y que debiesen haberse abordado. Nos parece lamentable que ninguno de esos temas esté en el centro de la agenda. Lograr poner nuestro sistema educativo a la altura de lo que nuestro país necesita, a partir de la experiencia de lo que son hoy los países desarrollado, fue el centro de la motivación que nosotros tuvimos en la reforma educacional, y es la conversación que esperábamos, pudiésemos continuar durante este gobierno. Hemos estado enfrascados en una agenda que no conduce a ninguna parte. Y es difícil mirar cuál es el valor que esta agenda le está agregando al sistema educativo.
-¿No es eso criticar, por ejemplo, la agenda de los profesores, quienes fueron los últimos en poner su debate sobre la mesa?
-En vez de desarrollar una agenda con los pasos que venían y de proponer una agenda de futuro, lamentablemente hemos tenido un gobierno que se ha dedicado a polarizar la conversación. Estamos en política de trincheras, y eso es nefasto para el país. No estoy diciendo con esto que el gobierno no tenga derecho a que si hay temas que no le gustan de la reforma, trate de cambiarlos. Tienen derecho a plantear eso. Pero hacer que eso sea el centro de la agenda, con lenguaje, de una manera agresiva y con una política de trinchera, eso es realmente malo. Hace muchos años, desde el 90 en adelante, que no habíamos tenido un periodo tan nefasto para la educación de Chile, con un ambiente tan polarizado, donde prácticamente no estamos logrando avanzar en los temas pendientes.
-¿Lo viste con el ministro anterior y la titular actual esa agresividad?
-El ministro anterior planteó los temas que no le gustaban de la reforma y que genuinamente dijo 'ok, esto no me gusta', y ahí entró al debate democrático. Al mismo tiempo, propuso una agenda de cosas. Habló de que iban a enviar una carrera directiva, de seguir aumentando cobertura en educación parvularia. Esa fue su presentación en el Congreso. Hoy día todo eso no está en el debate. Lamentablemente con el cambio de ministro se agudizó mucho más. Todo el foco se ha ido en pelear. Creo que, habiendo yo estado en la cartera, las formas y el fondo son igual de importantes. Aquí se desarrolló una animosidad y un clima que finalmente ha gatillado una movilización que fue tremendamente larga y que no fue adecuadamente gestionada. Los profesores, las demandas que estaban levantando, eran justas, atendibles, podían ser parte de una conversación. Pero siento que este clima de agresividad finalmente termina transformando el conflicto en algo de proporciones.