La crisis del Partido Socialista

La crisis del Partido Socialista

Por: Gonzalo Guajardo Gavilán y Paz García | 21.06.2019
Como acción concreta se debe establecer una Mesa Interina con un mandato específico: Concretar la auditoría al padrón y convocar a un Congreso Extraordinario que tenga como finalidad discutir la orgánica del Partido y se fije como objetivo político superar de una vez por todas la actual crisis. Si el Partido Socialista no es capaz de demostrar que puede superar su situación actual, entonces, con justa razón, las y los chilenos no verán al PS como una alternativa para liderar al país. Estas medidas son decisiones políticas que envían una señal clara: El PS se hace cargo de su crisis y la afronta con decisión y firmeza para recuperar su credibilidad que hoy está en entredicho.

“La historia ocurre dos veces: la primera vez como una gran tragedia y la segunda como una miserable farsa”. Karl Marx.

En octubre de 2017, a poco más de un mes de las elecciones presidenciales, parlamentarias y de consejeros regionales, un reportaje de Informe Especial golpeaba con fuerza al Partido Socialista con acusaciones de nexos con el narcotráfico y clientelismo. Si bien este reportaje fue antecedido ese mismo año por otro de Ahora Noticias en que hablaba de las inversiones del Partido en determinadas empresas, el reportaje de TVN tuvo mayores consecuencias en la interna de la colectividad, siendo el punto más destacable la suspensión y posterior expulsión del hasta entonces vicepresidente, Miguel Ángel Aguilera. Tras las elecciones, las aguas parecieron aquietarse en el socialismo tras conseguir una bancada numerosa en el Congreso. A pesar de bajar en votación, de no reelegir un tercio de los parlamentarios de la anterior bancada y dejar de ser gobierno, el tener un mejor resultado relativo respecto de otros partidos evitó una crítica y autocrítica mayores en el PS. Sin embargo, lo denunciado en televisión siguió latente de manera incómoda en el seno del socialismo. Dos años después, un nuevo reportaje, esta vez de T13, vuelve a poner al octogenario partido en el centro de la polémica, con nuevas acusaciones de acarreo, afiliados con dirección en un inmueble allanado por narcotráfico, candidato con antecedentes judiciales y la presencia de militantes expulsados en las recientes elecciones del partido.

Si a lo anterior le sumamos las recientes y cuestionadas elecciones internas, con demoras en los resultados que sobrepasan los tiempos razonables, podemos decir que el Partido Socialista hoy atraviesa una grave crisis, la cual debe ser reconocida y al mismo tiempo afrontada con firmeza. No es la primera crisis del PS en su historia ni la única vez en que se ha cuestionado su presente y vigencia histórica, pero no por el hecho de no ser la primera se va a dejar de actuar frente al presente. La situación actual exige estar a la altura del momento y ello se traduce en acciones concretas. El error más grande que podría cometer el Partido Socialista sería dejar las cosas en su estado actual. Dicho de otra forma: la inacción hoy puede ser fatal.

Las acciones concretas, sin embargo, no pueden reducirse al mínimo. Posterior al reportaje, la Mesa Directiva del Partido solicitó al Tribunal Supremo revisar eventuales irregularidades en la comuna de San Ramón durante la elección interna y el presidente del PS, Senador Álvaro Elizalde, anunció que se solicitará al Servel realizar una auditoría al padrón de la colectividad. ¿Son estas medidas las que bastan en el actual momento? Claramente no. Medidas como anular votaciones y auditar el padrón –siendo por cierto medidas necesarias–, no bastan por si solas para el momento que atraviesa el Partido Socialista. La crisis va más allá y por tanto se presenta un punto de inflexión en el cual hay una oportunidad de dar un giro que marque un antes y un después en el socialismo. El momento actual exige decisiones políticas que se hagan cargo del problema de fondo. De esta manera, quienes han tenido la conducción del Partido Socialista son las y los primeros llamados en asumir la responsabilidad de haber llegado al punto actual. La Mesa Directiva, la cual se encuentra en la expiración de su mandato, es la primera llamada en asumir la responsabilidad política por lo realizado y lo omitido. En esta línea, la renuncia de Gonzalo Durán a la vicepresidencia del PS es un paso en la dirección correcta que debe ser replicado por el resto de la Directiva.

Junto con lo anterior, los constantes llamados a la unidad del Partido no deben ser llamados vacíos. El momento de ver cuan reales son esos llamados es ahora. De esta manera, como acción concreta se debe establecer una Mesa Interina con un mandato específico: Concretar la auditoría al padrón y convocar a un Congreso Extraordinario que tenga como finalidad discutir la orgánica del Partido y se fije como objetivo político superar de una vez por todas la actual crisis. Si el Partido Socialista no es capaz de demostrar que puede superar su situación actual, entonces, con justa razón, las y los chilenos no verán al PS como una alternativa para liderar al país. Estas medidas son decisiones políticas que envían una señal clara: El PS se hace cargo de su crisis y la afronta con decisión y firmeza para recuperar su credibilidad que hoy está en entredicho.

Solo con definiciones claras y acciones concretas que contribuyan en superar el estado actual y que permitan que la ciudadanía vuelva a creer en el PS, solo en ese momento el Partido Socialista podrá, con legitimidad, plantearse como una alternativa para liderar a la oposición y eventualmente volver al gobierno. Esta en juego la capacidad del PS de ser una organización transparente que pueda proponer un proyecto transformador, con vigencia histórica y proyección, capaz de ser convocante para presentes y futuras generaciones. Salir de esta crisis es una tarea de difícil concreción, pero imprescindible si el Partido Socialista pretende seguir siendo una herramienta de transformación para las chilenas y chilenos.