"Lafwa": Exponen investigación fotográfica sobre la fe de los haitianos
Cuando la fotógrafa Loreto Vergara comenzó a ver cómo el flujo migratorio transformaba el barrio en Independencia en el que ha vivido toda su vida, tomó su cámara y comenzó a inmiscuirse en el mundo de sus nuevos vecinos haitianos. Poco a poco se abrieron las puertas a su comunidad y comenzó a percibir cómo la fe configuraba sus vivencias en Chile y era parte de su vida cotidiana.
“Pude ver que estar situados en un contexto completamente desconocido e incierto, sin compañía familiar y sin dominar el español, eran razones fundamentales para unirse y profesar una religión, en este caso la evangélica. La religión es para ellos un refugio emocional que les permite adaptarse social y culturalmente en este territorio”, reflexiona Loreto Vergara.
En los últimos tres años, en la Región Metropolitana los haitianos han duplicado su adhesión a distintas religiones y hoy más del 70 por ciento de ellos son evangélicos, situación que no sucede en ninguna otra nacionalidad. La mayoría participa activamente en las iglesias cercanas a sus casas y asisten a los ritos organizados por la misma comunidad, que siempre son en créole y que pueden durar hasta 5 horas. En ellos el pastor parece casi desaparecer: el baile, el canto y la euforia se toman el espacio. “Estos encuentros son instancias de desahogo muy importantes porque pueden compartir sus distintos procesos de adaptación, sus experiencias, generar lazos de amistad y lograr redes de apoyo y compañía”, comenta la fotógrafa.
Existen tres temáticas fundamentales que se abarcan en este trabajo: migración, religiosidad y discriminación. Más allá de evidenciar la experiencia vivencial con la cultura haitiana por medio de la imagen, ellos son los que toman el rol de protagonistas en el proyecto y una forma de manifestar su opinión es por medio de frases y testimonios.
“Comprendí que la religión es un escape a esta cotidianidad, algo caótica, que viven como migrantes. El tema es la discriminación. Chile es un país individualista, clasista y racista; he escuchado situaciones desde “ándate a tu país negro c…” hasta “pobrecito el haitiano”. Hay una coalición entre pena y antipatía. Cerca del 14% de los migrantes en Chile corresponden a la población haitiana, hay un evidente aumento en la cifra durante los últimos años, a pesar de las pocas visas que se entregan. La gran mayoría se encuentran vulnerados en la totalidad de sus derechos, hay precariedad laboral, desprotección y aprovechamiento habitacional, marginación del idioma, les exigen una extensa documentación para adaptarse, y peor aún, una sociedad con nula solidaridad”, aclara Loreto.
El proyecto estará en exhibición hasta el 16 de mayo en el Centro Cultural de Estación Mapocho y luego se trasladará a Puerto Montt, a la Sala de Arte Diego Rivera. Se compone de 25 fotografías y una cápsula audiovisual que evidencia parte del desarrollo de un culto religioso haitiano.
“Pretendo que los chilenos podamos conocer de cerca este mundo y que dejemos de lado la brecha de comunicación, que nos acerquemos a la comunidad. Debemos cambiar nuestro comportamiento y vincularnos, hay que avanzar en la integración y exigir una política pública que sea menos restrictiva y más exhaustiva para los migrantes. Las nuevas generaciones traemos un nuevo pensamiento y nos concierne valorar y ser parte de esta multiculturalidad”, dice Loreto Vergara.