Ampliemos el horizonte: Por un 17M en contra de la violencia integral de la comunidad LGBTI

Ampliemos el horizonte: Por un 17M en contra de la violencia integral de la comunidad LGBTI

Por: Constanza Valdés | 17.05.2019
En el informe de la Comisión Interamericana del año 2015 sobre violencia contra personas LGBTI se realiza un análisis sobre los distintos espacios en los cuales se da la violencia, como por ejemplo en ámbitos de la educación, de la salud, por parte de las policías y también con un énfasis en el acceso a la justicia. En este sentido, no debemos analizar esta reciente ola de violencia bajo un contexto aislado y colocar la mirada de manera transversal en todas las formas de violencia en contra de las personas LGBTIQ que diariamente se dan, pero son invisibilizadas en razón de numerosos factores.

Hoy 17 de mayo se conmemora nuevamente otro día internacional contra la lesbofobia, homofobia, bifobia y transfobia a nivel mundial. En el marco de esta actividad, distintas instituciones públicas izarán la bandera de la diversidad y/o iluminarán su frontis con los colores de ésta.  Lamentablemente, en lo que vamos del 2019, nos hemos encontrado con más de 15 ataques de odio en contras de personas gay, lesbianas, bisexuales y trans en distintas ciudades de nuestro país, generando un clima de inseguridad y temor al interior de nuestra comunidad.

En el contexto de este día se hace indispensable reflexionar sobre esta ola de violencia y la forma en la que el Estado ha reaccionado ante ésta. Ante esta situación, se ha levantado la demanda de modificar la ley 20.609 para regular con fuerza la prevención de la violencia y discriminación. Por parte del gobierno, la Subsecretaría de Prevención del Delito levantó una mesa para analizar esta ola de violencia y el Ministerio Público se encuentra iniciando un observatorio sobre la violencia en contra de personas LGBTI.

Si bien estas iniciativas constituyen un avance en esta materia, la historia de las mesas de trabajo en torno a temáticas LGBTIQ no auguran un pronostico favorable para la elaboración y ejecución de los cambios estructurales requeridos. En este sentido, sería preferible un accionar directo por parte del gobierno en materia de la prevención de la violencia y discriminación en contra de la población LGBTIQ. Se hace urgente, en primer punto, mejoras legislativas a la ley 20.609 y a normativas sobre violencia de género para incorporar a mujeres lesbianas, bisexuales y trans. En segundo punto, que la investigación de estos delitos por parte del Ministerio Público y de las policías, por una parte, y el tratamiento por parte del Poder Judicial, por la otra, incorpore una perspectiva de género y de diversidad. Tercero, que el análisis sobre esta ola de violencia no se enfoque exclusivamente en cómo prevenir otros ataques sino ampliar la mirada hacia otras situaciones de violencia invisibilizadas.

En el informe de la Comisión Interamericana del año 2015 sobre violencia contra personas LGBTI se realiza un análisis sobre los distintos espacios en los cuales se da la violencia, como por ejemplo en ámbitos de la educación, de la salud, por parte de las policías y también con un énfasis en el acceso a la justicia. En este sentido, no debemos analizar esta reciente ola de violencia bajo un contexto aislado y colocar la mirada de manera transversal en todas las formas de violencia en contra de las personas LGBTIQ que diariamente se dan, pero son invisibilizadas en razón de numerosos factores.

Este último enfoque es el que ha carecido los distintos gobiernos en nuestro país y esto se ha evidencia en la respuesta, generalmente, reactiva que han tenido estos antes las coyunturas de hechos de violencia. Ante esto, incluso los esfuerzos por mantener una política de mediano a largo plazo como lo es el Plan Nacional de Derechos Humanos, también fallan al enfocarse muy sectorialmente en torno a las personas LGBTI. En este sentido, el Plan solo hace referencia a las modificaciones de la ley 20.609 y algunas capacitaciones a instituciones públicas para prevenir la discriminación.

¿Qué hay de la violencia de género en contra de mujeres lesbianas, bisexuales y trans? ¿qué sucede con la seguridad social de gran parte de la población trans? ¿cómo el Estado protege a la población LGBTI de las terapias reparativas y las internaciones involuntarias? Son muchas las interrogantes que se generan en torno a la violencia que recibimos las personas de la comunidad LGBTI. Mientras siga primando un enfoque reactivo en torno a la violencia y continuemos pensando de manera aislada estas olas de violencia, difícilmente podremos avanzar en materia de prevención, sanción y reparación. Es por esto que este 17 de mayo, más allá de izar banderas e iluminar instituciones, nos debe llamar a repensar las políticas públicas y leyes para incorporar un enfoque de género y de diversidad en todos los ámbitos. Si bien todas las personas somos iguales, muchas sufrimos y tenemos particularidades que no pueden dejar de ser analizadas, y por lo mismo, debemos avanzar en equidad y no solo en igualdad.