Este jueves, tras la conmemoración del Día del Trabajador, el presidente Sebastián Piñera, junto al ministro de Trabajo, Nicolás Monckeberg, firmarán el proyecto de Adaptabilidad Laboral, uno de los pilares del proyecto de reforma laboral que impulsa el Ejecutivo.

La propuesta busca flexibilizar las jornadas laborales para, según dicen, promover el trabajo inclusivo y la conciliación trabajo - familia. La jornada de trabajo en Chile es de 45 horas semanales y no puede distribuirse en más de seis ni menos de cinco días, aunque en algunos sectores productivos, como la minería, se permiten distribuciones distintas. Para revertir eso, el Ejecutivo quiere incorporar al Código del Trabajo una distribución alternativa de las horas de trabajo, con un límite máximo de 180 horas mensuales (manteniendo las 9 diarias) pactadas individualmente, límites máximos de jornada diaria y horas extraordinarias, que permitan acuerdos entre el trabajador y el empleador.

“La jornada de trabajo se reparte en forma muy rígida por la ley [...] en circunstancias que la modernidad, lo que busca precisamente, es hacer más compatible el mundo del trabajo con el mundo de la familia; y de esa forma la flexibilidad laboral, que uno pueda acomodar los horarios […] debiera estar permitido en la medida que se logran acuerdos libres y voluntarios entre las partes, cosa que la actual legislación lo rigidiza en forma extrema”, adelantó Piñera ya en octubre sobre este tema.

Jornadas de 40 horas

El Ejecutivo está convencido de que este tipo de medidas generarán mayor participación laboral, sobre todo en los jóvenes. Sin embargo, el cuarto sondeo “Flexibilidad laboral, NINIS y capacitación” del Instituto Nacional de la Juventud (Injuv), publicado en enero, arrojó que el 72% de las personas entre 18 y 29 años prefiere trabajar con un horario fijo.

El Frente Amplio mostró su rechazo a la iniciativa del gobierno al considerar que no favorece la conciliación, porque algunos trabajadores podrían tener que enfrentar jornadas de 12 horas durante cuatro días para tener otros tres libres. "Tenemos que resguardar el derecho que tienen los trabajadores y trabajadoras a descansar, a tener tiempo para cuidarse, para sus familias y para realizar las labores domésticas cuando llegan a sus casas", dijo este miércoles la diputada Gael Yeomans, integrante de la Comisión de Trabajo de la Cámara.

Para la parlamentaria, las propuestas en materia de adaptabilidad laboral pasan por reducir la jornada laboral de 45 a 40 horas semanales. "Si tenemos trabajadores y trabajadoras más descansados, tendremos más desarrollo", afirmó, para luego recordar que cuando se redujo la jornada laboral de 48 a 45 horas aumentó la productividad del país.

Precisamente, el 24 de abril, parlamentarios de distintos partidos de oposición conformaron la Bancada Transversal por las 40 Horas, comprometiendo su apoyo con el proyecto de ley que rebaja en cinco horas la jornada laboral. La propuesta, impuslada por la diputada Camila Vallejo (PC), está siendo discutida en la Comisión de Trabajo de la Cámara de Diputados.

En el marco de la manifestación del Día del Trabajador, la secretaria general de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), Barbara Figueroa, también criticó el proyecto que este jueves presenta el gobierno y aseguró que esa iniciativa carece de todo diálogo y participación de los trabajadores en su elaboración.

Al proyecto de Adaptabilidad Laboral y de modernización del Sence (que fue presentado en marzo), se sumarán, aunque aún no hay fecha, los proyectos de reforma de la Dirección del Trabajo (DT) y las modificaciones en la sindicalización y contratos colectivos que impulsó el gobierno de Michelle Bachelet. Los anuncios en torno a este último ya han generado mucha polémica en el que podría entenderse como una contrarreforma en materia laboral por parte del oficialismo.