Visibilizando lo invisible: Cuentas satélites y trabajo no remunerado
Han pasado menos de 48 horas desde la conmemoración del día internacional de la mujer, y nos seguimos dando cuenta de todo lo que nos falta por avanzar. A pesar de que varios temas han sido puestos sobre la mesa, como la violencia y el sexismo, hay uno en el que como país estamos atrasados en relación a otros: el trabajo no remunerado. A estos trabajos también se les conoce como trabajos reproductivos -en contraposición a los trabajos productivos más asociados al intercambio en el mercado- los cuales consisten en todas aquellas actividades que se encargan del cuidado, mantención y bienestar que permite que la fuerza laboral pueda rendir el día a día. Dentro de estas actividades se encuentran las labores domésticas y de cuidado -de niños, adultos mayores y/o enfermos- las cuales tradicionalmente han estado a cargo, en su mayoría, de las mujeres. Estas mismas labores, son las que impiden que, en una importante parte de los casos, las mujeres entren al mercado laboral.
El trabajo no remunerado ha estado históricamente invisibilizado, ya que al no existir un valor económico explícito detrás de este y ser asumido como una obligación a llevar por las mujeres- asociado a un estoicismo y amor derivado del rol de madre y esposa tradicional- no se ha tenido en cuenta ni en las políticas públicas, ni en los medios de comunicación, a pesar de ser fundamental para el funcionamiento del engranaje del modelo económico, al permitir la posibilidad de acceder a bienes y servicios.
En las últimas décadas, las Encuestas de Uso del Tiempo (ENUT) han visibilizado a través de sus mediciones las brechas de género existentes entre hombres y mujeres en cuanto a trabajo no remunerado. En la ENUT 2015 realizada por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), se observan datos como que los hombres realizan 2,74 horas de trabajo no remunerado en un día tipo, mientras que las mujeres realizan más del doble, con 5,89 horas. Si desagregamos estos datos de acuerdo a su vínculo con el mercado laboral, es decir, por la condición de ocupados, desocupados e inactivos, se observa que estas brechas se mantienen, y las mujeres realizan aproximadamente el doble del trabajo que sus contrapartes masculinas, en cada una de estas categorías.
El trabajo de cuidados representa una parte importante de la carga diaria de trabajo de las personas que lo realizan. Para las mujeres el cuidado de niños pequeños o de personas postradas, impide la salida de estas al mercado laboral, siendo esta la principal razón por las que las pensiones son tan bajas para las mujeres, en un país donde los aportes son individuales y no existe un sistema de repartos solidario ni un sistema de cuidados integral que apoye a estas personas. Por otro lado, los cuidados que realizan las abuelas con sus nietos, permiten que las mujeres si logren insertarse en el mercado.
No obstante, los avances en visibilizar el trabajo no remunerado y su impacto en la vida de las mujeres, hay importantes desafíos que quedan pendientes: como la realización de una Cuenta Satélite. Esta corresponde a una extensión de la medición tradicional del Producto Interno Bruto del país y se concentra en sectores de la economía que son excluidos, ya sea por razones metodológicas, como la dificultad de medirla, o por razones políticas, como es el caso del trabajo no remunerado. Las cuentas satélites permiten dimensionar el tamaño de un sector de relevancia política, social o económica. En otros términos, una cuenta satélite es complementaria a la contabilidad nacional y permite visibilizar temas históricamente relegados como el trabajo no remunerado o la cultura, ya que los traduce a pesos y se obtiene el peso relativo del sector frente al total de la economía.
Existen numerosas experiencias en la región en cuanto a Cuentas Satélites de Trabajo No Remunerado, países como Argentina, Colombia, Ecuador, México y Perú las han realizado, y todos estos países tienen leyes específicas que regulan y mandatan tanto la visibilización del trabajo no remunerado, como su valorización económica. Incluso Ecuador ha llegado más allá, y ha incorporado en los artículos 325 y 333 de su Constitución un reconocimiento explícito a las labores de trabajo no remunerado.
En Chile, el SERNAM realizó una primera aproximación durante el año 2009, a través de una valorización económica del trabajo doméstico no remunerado, la cual se hizo con datos de la Encuesta Experimental sobre Uso del Tiempo en el Gran Santiago. Sin embargo, este trabajo, además de estar desactualizado y de ser solamente del Gran Santiago, no cumple con toda la rigurosidad metodológica de una Cuenta Satélite, lo que implica que no puede ser utilizada para elaboración de políticas públicas.
Entonces, siendo que el trabajo no remunerado es tan relevante para la economía de un país ¿Por qué no se ha realizado en Chile una Cuenta Satélite de trabajo no remunerado? Son muchas las razones. Entre las más importantes están la falta de una institución específica que sea usuaria de la ENUT, así como el nulo interés por parte del organismo encargado de las Cuentas Nacionales en Chile, es decir, el Banco Central. En definitiva, es necesario levantar la necesidad imperiosa de realizar una Cuenta Satélite sobre trabajo no remunerado en Chile, y en esto solamente falta voluntad política que sea capaz de poner este tema como prioridad, en donde congresistas y/o el gobierno presenten un proyecto de ley que mandate la visibilización del trabajo no remunerado y la realización de una Cuenta Satélite.