Carta abierta para Gabriel Boric: ¿Qué te pasó?
Ey, Gabriel, paisano
Así lo veo yo.
2006: hubo una irrupción social preeminentemente estudiantil [se cun da ria, por si no les han contado, amigos (in)Justamente Admitidos (¡avívense!)], cuya ebullición aconteció el 2011, sazonada ya por otros cuestionamientos adormecidos. El conjunto -con razón- se transformó en un plato mayor: sistémico.
Del burbujeo de este movimiento social (diverso, horizontal, nacional) explotó el FA, queriendo dar una articulación a esta fuerza social expresada que -no hay asombro- con rapidez ingenieril acaba dominando-se por una élite que replica los vicios de las glamorosas élites chilenas: centralistas y apellidadas.
Esta nova-élite piensa&actúa como si todo naciera a partir de su incorporación y posterior control, a un nivel discursivo, de la fuerza colectiva de origen; sustentándose en, válgame: El Triunfo Electoral.
Oh, Gabriel. Hasta ahora parecías llevar un devenir consiente del proceso histórico del que tú, como millones, eres parte. No intentabas ejercer ese [bienintencionado] dominio elitista y déspota. Intentabas remover al sujeto político en pausa que tenemos dentro.
Luego de 1 ½ periodos ahí dentro nos dices: Ah, cresta. Efectivamente el poder está más arriba en la pirámide-demoburocrática.
¡No!
El poder está atomizado allí, pero no deja de venir de donde siempre ha venido: de la soberanía popular (póngale individual, si le gusta oler a nuevo, desocupado lector).
Tu experiencia, inteligencia y alta capacidad de confrontación crítica deben regresar a resolver el vicio del control de la fuerza social (aquella que sustenta -hasta ahora- al FA).
¡Dedícale dos periodos también a esto, hermano! Sino que todo se llame RD y con cariño acabaremos mirándolos por TV de vez en vez.
Atentamente, D.R.Suazo.