Nuevo secretario técnico del Consejo de Monumentos fue denunciado por plagio y daño patrimonial
El Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio anunció durante el pasado martes la nominación de dos nuevos cargos: Macarena Ponce de León fue nombrada como directora del Museo Histórico Nacional y Nicolás Cañas, como secretario técnico del Consejo de Monumentos Nacionales.
La presentación destacó los estudios de Caña como arquitecto de la Universidad Central de Chile y magíster en arquitectura de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Entre 2009 y 2012, se desempeñó como secretario ejecutivo del Centro de Estudios del Patrimonio y luego como profesor de la cátedra de Urbanismo, Paisaje y Territorio en UNIACC.
Sin embargo, según informó Radio U. de Chile, el nuevo secretario técnico había sido sancionado por el Colegio de Arquitectos por liderar la restauración de un inmueble patrimonial en el Barrio Yungay que culminó de mala forma. Un testigo de la intervención de Canas señaló al medio que "la casa quedó absolutamente inhabitable. La casa se llovió y entre vecinos tuvieron que poner plásticos para que no se deteriorara. Hubo algunas reuniones a las cuales, él no llegó y teléfonos que nunca contestó para hacerse cargo del problema".
El fallo señaló que el arquitecto fue sancionado con la imposibilidad de ejercer un cargo directivo en el Colegio por los próximos diez años y la suspensión de su calidad de Colegiado por dos años. A la vez, se le aplicó una multa correspondiente a "la totalidad de los honorarios recibidos por los trabajos contratados, para cada uno de los demandantes".
El Tribunal de Ética del Colegio de Arquitectos resolvió que que Cañas transgredió diferentes disposiciones de la Carta de Ética del organismo, como el respeto a la Ley, el uso honorable y legítimo del título de arquitecto, y la rigurosidad en el desarrollo del ejercicio profesional.
Además, en 2013, Nicolás Cañas contactó a un arquitecto para invitarlo a colaborar en una publicación de la Municipalidad de Providencia. Al momento de reunirse, le solicitó su tesis sobre el barrio Santa Isabel, argumentando que estaba elaborando un libro al respecto.
"Entonces, le cedí voluntariamente la información de mi tesis de arquitectura, para que la incluyeran en el libro. Sin embargo, cuando editaron el libro, el año 2015, copiaron todo mi texto. No me citaron formalmente. Entonces, finalmente se robaron mi investigación y la publicaron como propia. Tuve que querellarme, porque en el fondo se robaron mi tesis”, señaló el denunciante. La investigación sigue en curso.
Ante este escenario, la Asociación Nacional de Trabajadores y Trabajadoras del Patrimonio anunciaron que pedirán que se investigue cada una de las denuncias.