Joe Vasconcellos: "Los inmigrantes que recibimos viven lo mismo que los chilenos que huían de la dictadura"
En esta entrevista exclusiva, el músico chileno con raíces brasileñas describe lo que pasó en aquel viaje, habla de su presente y de su futuro. Cuenta por qué la migración ha sido uno de los temas más recurrentes de sus canciones más recientes – su éxito más reciente, la canción El Vuelo, hace el llamado de “bienvenidas a las personas de otros países” – y aprovecha de comentar sobre las cuestiones sociales y políticas que se viven hoy en Chile y en Brasil. “Me preocupa pensar que las cosas que pasan en Brasil ahora suelen tener reflejos en América Latina en un par de años”, afirma el músico.
El accidente
– Estabas despierto cuando ocurrió.
– Algunos estábamos despiertos. Habíamos recién salido de Pucatrihue, que es un lugar sagrado del pueblo huilliche, donde participamos de una ceremonia bellísima. Era de noche, había una niebla muy densa y una carretera monótona. Habíamos realizado una parada un par de horas antes, en un puesto de servicio.
– ¿Cómo se vivió el momento del accidente? ¿Qué recuerdos tienes de lo que pasó?
– Siempre que habló de esa parte lo primero que pasa por la cabeza es también nos toca agradecer, porque nosotros salimos… no lo diría bien en el sentido de que salimos sonriendo pero nos tocó lo menos duro posible. Estamos todos vivos, eso es lo fundamental. Muy golpeados, eso sí. Yo mismo me quedé muy mal, no conseguía respirar. Uno de nuestros choferes también quedó con lesiones en las vértebras, los músicos todos sufrieron, uno se rompió el pié, otro quedó con el ojo casi como una manzana, porque cuando el bus se dio vuelta las cosas volaron para todos lados, imagínate un montón de instrumentos lanzados con fuerza, algunos aparatos chiquitos que se volvieron proyectiles, y a él se le vino la computadora en la cara.
– Podrías haber sido algo peor.
– Sí, podría haber sido algo más chico y afilado. Por eso digo que nos salió barato. Además considerando que este fue un años accidentado para toda la música chilena. Hubo una tragedia en febrero con Los Ramblers, que terminó con dos fallecidos. Lo pasó hace poco a Inti Illimani. Nosotros no tuvimos una pérdida, y eso es lo primero que rescato, porque fue como una señal de que habría que tomarlo como una responsabilidad de dejarme caer en el hoyo, no dejarme tragar por la pena o la depresión, y pujar pá delante. Aunque sea difícil, y por supuesto requiere conversarlo con el psicólogo. A veces uno está manejando y viene de repente el recuerdo de lo que pasó. Trato lidiar con ello poco a poco, y me ha resultado. También hay una enorme gratitud con todos los cuidaron de nosotros, los músicos, los choferes, nos dieron tanto cariño, tanta buena onda, y por ellos sé que no tengo derecho a hundirme.
– Usted ha hablado de otros accidentes con músicos chilenos. ¿Cree que es algo que se podría evitar?
– Bueno, siempre se puede mejorar. Nosotros después que pasó lo peor reunimos todo el equipo y conversamos sobre lo que pasó. Decidimos que no haremos más viajes en la madrugada. Será siempre de día, aunque eso nos lleva a perder algunos trabajos. Lo lamentaremos, pero la seguridad tiene que venir primero. Habrá nuevas normas para guardar instrumentos y equipos durante los viajes. Todo eso se aprende. También hay que entender que ciertas cosas son parte de la vida que uno ha elegido, y eso lo demuestra la historia de la música, en todo el mundo. En países como los Estados Unidos hubo músicos que sufrieron accidentes carreteros, como Gloria Estefan, BB King, si hacemos memoria recordaremos muchos otros. Chile no es grande como Estados Unidos pero la complejidad geográfica hace con que las distancias sean muy largas e igualmente obliga a los músicos a vivir en la carretera si queremos ir a regiones, y por supuesto lo queremos. El más seguro sería ir de avión, pero hay comunas más chiquitas pero muy acogedoras donde hay que ir de bus, no solo porque es más barato sino porque te permite ir a dos, tres, varias ciudades que no son las capitales, a las cuales tenemos el mismo cariño.
– Se podría decir que el músico chileno está acostumbrando a convivir con el riesgo de estar permanentemente en viaje.
– Siempre ha sido así. Pero eso también nos ha traído cosas buenas porque recibes diferentes cosas de cada público. Por supuesto que los conciertos que tenemos más gente son los de Santiago. En regiones, aunque tengamos casa llena es menos gente, pero hay un calor humano, hay unos gestos particulares en cada lugar, que vale la pena y es por lo que me gusta de mi pega. Lo lindo de ir en regiones es que la gente nunca se olvida que tu fuiste ahí e hizo un concierto cuando había un problema de luces, o luego de un temblor, y lo retribuye de una forma muy especial.
– Para concluir el tema del accidente con la pregunta lugar común: ¿uno sale diferente de un accidente como este?
– Por supuesto. Pero no creo que me cabe la metáfora del ave fénix, porque no salgo desde las cenizas. No nos destruimos en el accidente, y como dije antes, tampoco nos hundimos emocionalmente, entonces es otra onda. Pero salimos distintos, y ahí te dejo con otro lugar común pero que inevitablemente se siente cuando pasas por algo así, que es que hay que valorar nuevamente las cosas para vivirlas mejor. Besar a tu hijo cuando sales a trabajar, recuperar las promesas que estaban olvidadas, decir “te quiero” a la persona que quieres, y decirlo en serio, poniendo el corazón en las palabras.
Joe en 2019
– Sales distinto pero también con el mismo ritmo de trabajo, al parecer. Seguirán las giras, hay proyectos nuevos por delante. ¿Qué se puede contar de lo que se viene?
– Volvimos a lo nuestro. Aprovechamos el tiempo de descanso para trabajar en los proyectos para el 2019, cuya prioridad va a ser los 20 años del álbum Vivo – y vaya la casualidad, que gran momento para celebrar esa palabra “vivo”. Hace poco lanzamos el Cancionero del Álbum, o songbook como prefieran llamar. Lo hicimos en un evento en la Feria Pulsar, a fines de noviembre. Este es un aperitivo, la primera entrada del banquete que será el concierto de 24 de noviembre de 2019, que es un evento que estamos preparando para que sea hermoso, con invitados especiales, nacionales y extranjeros. Y durante el año habrá otras que lanzaremos durante el año: un documental de aquella gira, que pensé que sería algo menor pero que está quedando hermoso, calidad Deutsche Welle, el mismo el mismo disco llegará a las tiendas reeditado y con versiones en CD y en vinilo.
– ¿Qué significa el álbum Vivo en tu carrera?
– Fue uno de esos marcos en mi carrera. Tuvo un éxito impresionante, con 185 mil copias vendidas en Chile, y fue un agrado especial porque generó una venta que los discos en estudio no tenían, y siempre estaba la crítica de que nosotros llenábamos los shows pero no vendíamos en la misma proporción. Incluso la grabadora se resistió a hacer el álbum en vivo con esa misma excusa, y nosotros insistimos porque había que registrar lo que fueron los diez años de shows que hicimos en todo Chile. Tuvimos la felicidad de trabajar con Guido Nisenson, que hizo el disco en vivo de Los Pericos, que fue uno de los más potentes que yo conozco a nivel de América Latina, y que nos enseñó los trucos para dar la calidad de sonido que estábamos buscando.
– ¿Te acuerdas de cómo fue el lanzamiento del Vivo, en 1999? ¿Cómo el álbum llegó a ser tener este éxito?
– Antes de todo, me acuerdo de como lo fuimos haciendo de a poquito, primero con el visto bueno de la grabadora, después gravando las canciones, juntando una cosita aquí, otra idea allí, with a little help from my friends como decía el de Liverpool… y fue quedando hermoso. Luego, Gaspar Domínguez me pidió que incluyera una canción especial, y sugirió hacer una versión de La Joya del Pacífico, y sin pensar lo acepté. Después me di cuenta de la responsabilidad y me dio algo de vértigo, porque es una canción que tiene una historia y un significado inmensos. Es casi un himno nacional de Valparaíso, entonces había que tratarla con ese respeto. Aceptamos el reto y la probamos con varios ritmos, como salsa, como milonga, y en todas quedaba hermosa, porque es una gran canción, pero igual sentíamos que faltaba algo más de color. En eso encontramos unos tambores que dieron un sabor y un color diferente a la canción que a la gente le gustó, y eso fue increíble. Al final terminó en la banda sonora de (la teleserie) Cerro Alegre y al final Valparaíso se volvió la capital del tambor en Chile. Luego, cuando lo lanzamos, me acuerdo que nos invitaron para un evento en Estación Mapocho para presentarlo, y estaba el Dalai Lama. Nos encontramos, le conté sobre el disco y él nos dio su bendición, al estilo Dalai Lama. Quizás sea una de las razones por la que tuvo tanto éxito.
– Entre los otros proyectos está Llamadas.
– Claro. Llamadas ha sido el repertorio que ha impulsado nuestros últimos shows, seguirá siendo así en 2019, junto con las de Vivo, por supuesto. Canciones como El Vuelo por ejemplo, que trata de migración y nos permite decir “bienvenidas a las personas de otros países”, por supuesto que seguiremos trabajando en ellas. Este volumen tres de Llamadas fue un disco hermoso, que lo hicimos para celebrar la banda y tuvo cosas buenísimas, como las participaciones especiales de las chicas de Newen de Afro Beat y los chicos de Moral Distraída. El primero volumen de Llamadas tenía un espíritu invitar a un nuevo respiro ante tanta noticia mala, recuperar lo bueno de la vida. El segundo volumen fue una onda más nostálgica, lo compuse mientras revivía algunos momentos especiales de mi niñez en Río de Janeiro, entre recuerdos y reencuentros. Al final vamos a tratar de juntar las 12 canciones de los tres volúmenes en un solo disco, pero eso será más adelante, porque habrá un momento en 2019 donde daremos más prioridad al aniversario de Vivo.
– Has hecho una gran parte del trabajo de difusión de esos nuevos trabajos a través de internet.
– Bueno, las plataformas que tenemos ahora nos permiten llegar al público de una forma distinta. Antes tenías tus discos y los conciertos para promocionarlos, o los videos de algunas de tus canciones, pero ahora puedes promocionar todo por las nuevas plataformas y dar un cuidado especial a cada canción, lo que es estupendo. Y ver cosas que antes no se veían. Por ejemplo, mirando nuestros resultados en Spotify descubrimos que una de las canciones de Llamadas 2, llegó a estar entre las cinco más ejecutadas durante un periodo, y luego nos contaron que ella cautivó al público LGBT en habla hispana, especialmente en España, porque es una canción de amor que no habla de género. Y eso me encantó. Esas sorpresas que uno tiene son hermosas porque yo no tenía idea, y es una respuesta del público a la que antes no podrías acceder. O como que El Vuelo ya superó un millón de reproducciones, en pocas semanas, los que nos ayuda a analizar mejor el éxito que ha tenido, porque las demás canciones de Llamadas tuvieron hasta 900 o 800 mil, pero esta es la primera vez que superamos el millón con una canción.
– Además de las nuevas plataformas en internet, ¿las redes sociales son un aliado para el artista en ese sentido?
– Es complejo hablar de redes sociales, porque uno sabe que puede ser usadas para bien, como lo estamos haciendo. También sirven para que puedas hablar más directamente con tu público, eso para el artista es maravilloso, tienes un feedback de tu gente que es muy importante. Pero también puede ser usada para mal, y el corte que se da a los hechos es clave para entender eso. Si yo hago un show hermoso acá en Santiago, y la gente lo disfruta, la casa está llena, todo fue un éxito y al final viene un loco y me tira un vaso de orina encima, lo graba y lo sube a una red social queda marcado que el show fue un desastre por el vaso de orina, y todo lo demás no sirve de nada. Es un ejemplo, hay mil situaciones más donde no es solo una cuestión de fake news, no es solo noticia falsa, es la manera como uno puede recortar la realidad y quedar solo con lo bueno o solo con lo malo. Eso es lo preocupante.
– Estas plataformas también ayudan al artista a llegar de otras formas al público en el país, porque uno a veces siente que muchos músicos chilenos no tienen el mismo reconocimiento que en otros países, o al menos no desde los medios tradicionales.
– Hay problemas para los músicos en todas partes. En el caso de Chile hay situaciones particulares que hacen con que muchos artistas, sobretodo artistas jóvenes, encuentren caminos más despejados para empezar a crecer en México o en Colombia. Y seguirá siendo igual sin importar las plataformas que hayan o los espacios en los medios. Mira el fenómeno de Mon Laferte, que no surgió de la nada, ella trabajó harto para ganar su lugar y de repente Chile la descubre ya como una artista de renombre internacional. Y al mismo tiempo su éxito abre el espacio para que otros músicos chilenos de su generación puedan seguir por su camino. Algo parecido le pasó a Anita Tijoux, aunque hay que cuidarse al compararlo, porque es otro estilo musical y porque ella empezó por Europa, que es un mercado mucho más arriesgado para los chilenos. Me acuerdo del querido Lucho Gatica, que lo perdimos recientemente, él decía que México es el lugar adonde deben llegar los músicos latinos que pretenden conquistar el mundo, y de allí a proyectarse a todas partes.
Migración y política
– El Vuelo no es la única canción sobre migración que hay en Llamadas.
– Es la única en Llamadas 3, pero en el volumen uno está María, que es sobre las comunidades que ya están en Chile y como convivimos con ellas. Luego viene CHE, en el segundo volumen, sobre la persecución que sufren. Ahora El Vuelo, en el tercero, que es para celebrar esas culturas que estamos recibiendo. Yo creo que es tan retrógrado cuando veo que algunas personas están en contra de eso. Yo veo como eso nos hace mejores, caminando por Santiago uno siente que finalmente somos la ciudad cosmopolita que algunos veían en nosotros pero que quizás no éramos tanto, pero ahora sí, porque tenemos más acentos, más colores, más ritmos, podemos encontrar cosas fantásticas no solo de los colombianos o los sirios, pero también de los que llegaron antes, aquel palestino que trajo otro sazón a tu comida, aquel italiano que trajo otra forma de expresarse.
– ¿Crees que Chile ha sabido lidiar con ese tema?
– Fíjate que yo creo que la mayoría de los chilenos celebra la migración al igual que yo. Siempre va a haber los más xenofóbicos y lamentablemente esos a veces son más casos más conocidos que los de la mayoría que si los acepta. Al final todo pasa por un proceso de aprender y de saber integrar lo nuevo. Educación e integración creo que son la base para encarar esa cuestión. Y empatía, que quizás sea por donde uno puede ver que a veces el mesero venezolano del restaurante es formado en ingeniería, o que el entregador haitiano era abogado en su país, y que esa realidad la vivieron los chilenos en dictadura. ¿Cuántos profesionales nuestros huyeron para sobrevivir limpiando baños o haciendo cualquier cosa en Suecia o en Canadá? Algunos incluso en Venezuela, porque entonces el problema se daba al revés. Al final hay que disfrutar esa mezcla que se produce con los que llegan y como ella hace mejor a Chile. Imagina que en ocho años más habrá un Mundial de Fútbol en México y Estados Unidos, y allá tendremos una Selección muy distinta, con diferentes colores de piel, un fútbol con más swing, y lo mismo puede pasar en todos los ámbitos de la sociedad.
– Brasil, sin embargo ha vivido un creciente del pensamiento conservador y de extrema derecha, a punto de elegir a Bolsonaro como el nuevo presidente.
– Brasil siempre ha convivido con eso. El periodismo brasileño por ejemplo, hay esos telediarios policiales donde el reportero carga con el sensacionalismo, el tipo al lado de la madre del que murió en la balacera y preguntándole: “¿qué se siente señora?”, y eso es todos los días. La violencia en Brasil siempre ha sido caldo de cultivo para cierto autoritarismo, y eso ahora ha llegado al nivel de elegir un representante de eso. Porque el brasileño está choreado con tanta corrupción y criminalidad, en todos los niveles, a punto de que a veces uno se ve involucrado aún cuando no quiere. Un trabajador común va a un taller mecánico a arreglar su auto y al día siguiente descubre que el precio de la pieza que necesita es hacer un favor a una pandilla criminal, y si te niegas es peor. Ese tipo está harto de esa situación y muchas otras, como la del vecino al que el hijo no volvió a casa porque por donde andaba hubo una balacera y una bala perdida lo alcanzó. Eso condiciona las prioridades que tiene la gente a la hora de pensar en lo que quiere para el país.
– Y Bolsonaro se presenta en el momento justo para aprovechar ese clima.
– Sí, pero hay que decir una cosa: Bolsonaro representa a un personaje que siempre estuvo presente en Brasil. El sujeto machista, que reclama “eso es cosa de maricones”, el que promete solucionar todo a balazos, esa figura no es una novedad. La noticia es que ahora llega al poder, porque nunca se había visto un presidente brasileño que hiciera odas a la dictadura chilena, o que dijera, en contradicción a lo anterior, que “no sabemos lo que es una dictadura de verdad”, cuando el país la ha vivido por 21 años (entre 1964 y 1985). Además, me preocupa pensar que las cosas que pasan en Brasil ahora suelen tener reflejos en América Latina en un par de años.
– ¿Teme que Chile pueda sentir una réplica de ese fenómeno?
– Chile pasa por un momento muy delicado. Los polos de dignidad de la sociedad son cuestionados por hechos de corrupción, por equivocaciones institucionales, por atrocidades que son cometidas, y ante eso el gobierno presenta versiones que no se sostienen, y la gente no es tonta, la gente cacha lo que es falso. Hay que ver cómo se va a lidiar con eso, cómo esas tensiones podrían transformarnos como sociedad. Y desde luego la influencia que pueda tener alguien que se presente como un Bolsonaro, un Trump, o los otros fascistas en Italia, en Hungría… parece que ellos son todos amigos.
– Son amigos y comparten el mismo discurso ¿no?. Todos prometen el retorno de sus países a glorias del pasado. Y sobre temas ambientales, para entrar ahora en una cuestión a la cual siempre fuiste sensible, todos tratan el cambio climático como un “engaño promovido por marxistas”.
– Quizás sea lo que más me duele. ¿Qué es lo que va a pasar con los pueblos originarios en Brasil? Lo que va a pasar con la Amazonía, que ya vive una situación dramática, sufriendo con sequías que antes eran inimaginables. El abuso en la utilización de productos químicos y de transgénicos en la agricultura, la contaminación de las aguas, todo es tan terrible y no siempre se da la debida importancia o la debida condena a esos hechos, aunque se trata del futuro de la humanidad.