“¿Cuánto cobrará Roxana Miranda por hacer aseo en mi casa?”: El historial de clasismo de Nicolás López
Nicolás López, quien hoy fue denunciado por acoso y abuso sexual, siempre ha estado acostumbrado a la polémica y ha afirmado que es "políticamente incorrecto".
"Nosotros somos políticamente incorrectos en extremo, pero puertas adentro ¿Quién no se ha reído de la vieja coja, pobre, sin dientes, y después se siente mal? El humor es un proceso reflexivo, se basa en cómo uno observa y vive las cosas, y está en el ADN de uno reírse de las cosas terribles", sostuvo el realizador en una entrevista a revista Nos.
Su historial lo avala. En el año 2013 el realizador hizo una broma de mal gusto en contra de la ex candidata presidencial Roxana Miranda del Partido Igualdad, que irrumpió en la escena política con un discurso reivindicaba a los sectores poblacionales.
En medio del debate, López se dio el lujo de publicar en Twitter una pregunta clasista en contra de la dirigenta.
“¿Cuánto cobrará Roxana Miranda por hacer aseo en mi casa?”, señaló el director, quien posteriormente se justificó señalando que sólo fue un chiste "idiota".
La violencia en contra de su madre
Al realizador también le gusta ventilar hechos de su vida que lo hagan parecer como alguien "distinto" al resto, una especie de outsider. Sin embargo, López llegó a tal extremo que incluso reveló una dura discusión con su madre.
En una entrevista con La Tercera en el año 2015, el director de cine contó que se peleó a muerte con su madre porque ésta le llevaba comida al colegio.
"En 1995 me peleé a muerte con mi mamá. Ella siempre me llevaba comida al colegio, pero yo quería ser parte de los cool que comían en el casino. Un día quedamos en que nunca más me llevaría termo. Acto seguido: mientras hacía la fila en el casino con mis compañeros, una auxiliar me dijo frente a todos que mi mamá me estaba esperando con termo a la entrada del colegio", relató.
"Enojado, fui y le pregunté por qué me llevaba el termo y por qué me había mandado a buscar. Ella me dijo que le había dado pena no llevarme comida. Discutimos un rato, hasta que enfurecido tomé el termo, lo abrí y se lo di vuelta en la cara. Le dije que me dejara tranquilo. Fue una cosa horrible", remató.