El fin de semana se encendieron las alarmas. El gobierno de Sebastián Piñera decidió otorgarle el indulto presidencial a René Cardemil por "razones humanitarias", beneficio que no alcanzó a disfrutar ya que falleció en abril pasado en el Hospital Militar.

Cardemil acribilló a seis personas por la espalda en el túnel Lo Prado en 1973, incluida a una mujer con seis meses de embarazo.

Y más allá de no disfrutar del beneficio, el mundo de los derechos humanos observó cómo, por primera vez desde el regreso de la democracia, un presidente indultó a un agente de la dictadura.

Raúl Meza, abogado de los condenados de Punta Peuco no demoró en anunciar que pedirá el indulto a otros tres presos condenados por violación a los derechos humanos en dictadura. Uno de ellos es el coronel Sergio Arredondo, mano derecha de Sergio Arellana Stark en la Caravana de la Muerte.

Aredondo está condenado a 60 años de prisión por su participación en la "Caravana" en las ciudades de Antofagasta y Copiapó y su responsabilidad por el asesinato de ocho personas en Quillota.

En septiembre de 1973, ocupaba el cargo de director de la Academia de Guerra del Ejército, el mismo lugar donde Manuel Contreras instaló el primero cuartel secreto de la DINA. El coronel reclutó a nombres como Pedro Espinoza, Marcelo Moren Brito y Fernández Larios para la Caravana de la Muerte.