Nuevas denuncias de abuso sexual acusan al obispo de Punta Arenas de encubrimiento
Este jueves llegaron hasta Osorno los enviados especiales del Papa Francisco, el obispo de Malta, Charles Scicluna y el sacerdote Jordi Bertomeu, quienes están encargados de las misiones investigar situaciones de abuso sexual al interior de la Iglesia y de liderar los procesos de reparación.
Tras la salida del controvertido obispo de Osorno, Juan Barros, las denuncias ahora apuntarían a uno de los líderes de la congregación salesiana: el obispo de Punta Arenas, Bernardo Bastres, quien aparece como uno de los nombres cuestionados por su presunta participación como encubridor de abusos, según publica El Mostrador este viernes.
Existen relatos que apuntan al sacerdote de 63 años –nombrado por el papa Benedicto XVI y ligado a la cultura de Don Bosco desde sus estudios en el Colegio Salesianos de Alameda– como responsable de los enroques y protección a sacerdotes acusados de abusos, y de que ello se convirtiera en una forma habitual de actuar al interior de la congregación.
Los relatos además aseguran que, a pesar de que eran conocidas las denuncias contra el sacerdote Rimsky Rojas –también salesiano y quien se suicidó en 2011 luego de que la justicia iniciara investigaciones en su contra–, igual decidía dejarlo a cargo de jóvenes, como cuando lo dejó a cargo de una institución del Sename en Puerto Montt.
Entre ellas se encuentra Margoth González, cuyo único hijo, Ricardo Harex, desapareció la madrugada del 19 de octubre de 2001 en Punta Arenas, y existen versiones que –aunque no han podido ser probadas aún por la magistrada a cargo– apuntan a que Bastres fue el último en estar con él, y que lo habría interceptado de camino a una gasolinera una vez terminada la fiesta a la que había ido.
Por esos años era común que los carabineros de la zona, cuando se encontraban con alumnos del Liceo Salesiano San José mareados por el alcohol, se los llevaran no a sus padres sino que al sacerdote Rimsky Rojas, quien a comienzos de marzo de 2011 se suicidó luego de que se iniciaran investigaciones por numerosas acusaciones de abuso sexual en su contra.
"Yo quiero que, con la venida de monseñor Scicluna, todos los que saben donde está mi hijo hablen por fin y digan todo lo que saben", señaló la mujer.
A ella se suma el caso del abogado Marcelo Vargas, quien en octubre de 2010 interpuso una demanda en contra de Rojas por los abusos cometidos cuando él era estudiante y el sacerdote ejercía de subdirector del Instituto Salesiano de Valdivia entre 1985 y 1987.
En la denuncia, detalló: "Al principio se produjeron en su oficina, luego en la residencia de los sacerdotes. Yo iba porque él nos cortaba el pelo, íbamos solos, nos citaba de a uno. En ese dormitorio estuve solo, nunca hubo otra persona. También hubo episodios en el baño, biblioteca, al interior de la capilla, al interior del vehículo que conducía, un furgón. Me sacaba de clases para que me fuera con él, Esto era todas las semanas. Cuando falleció mi madre los abusos se intensificaron, trasladándose al interior y exterior de mi domicilio".
Del mismo modo, también apuntó a la responsabilidad del obispo de Punta Arenas: "Yo creo que hubo ánimo de ocultar. Cuando Bastres asumió el año 2000 pudo tomar cartas en el asunto, pero no lo hizo y trasladaron a Rojas a Punta Arenas".
También hay otro ex seminarista identificado como J.A, quien en una carta enviada al obispo de Malta relató que "desde mediados del 2005 y hasta mediados del 2006, fui abusado sexualmente por el director de la comunidad, el sacerdote Tomás Aguayo".
"A pesar de su condición de obispo, no movilizó ninguna investigación", agregó.