Camilo Castaldi, ex integrante de Los Tetas más conocido como Tea Time, intentó dar un giro en el proceso judicial que enfrenta desde julio del año pasado, cuando lo formalizaron por el delito de lesiones menos graves en el contexto de violencia intrafamiliar contra su ex pareja Valentina Henríquez.

El músico buscaba mostrar su supuesta inocencia en el caso y decidió querellarse por obstrucción a la justicia y violación de morada. La querella fue interpuesta el pasado 5 de abril por sus abogados, en contra de Henríquez, su madre y el conserje del edificio de la calle Catedral donde ambos vivían. El documento suma una serie de antecedentes a la investigación, que según ellos demuestran la inocencia del artista.

Una de las pruebas presentada era un CD que contendría supuestos diálogos de la pareja, donde quedaría de manifiesto una conducta agresiva por parte de la joven y un estrecho vínculo con el conserje, considerado un testigo clave en el caso. Al respecto, en los diálogos descritos por Culto de La Tercera, Henríquez habría comentado sobre él que "él me cuenta todo, por algo somos amigos".

Pese a que los cuatro abogados que defienden a Castaldi también buscaron establecer, a través de esta acción judicial, que era falso que ambos hubieran convivido hasta mediados del año pasado, también señalan que el 2 de junio de 2017, la estudiante habría ingresado al departamento del músico con una tarjeta, lo que constituiría el delito de violación de morada.

Sin embargo, durante el pasado 7 de abril, el Séptimo Juzgado de Garantía de Santiago rechazó lo expuesto por Castaldi y declaró inadmisible la querella.

"Siendo así las cosas, no existe ningún antecedente objetivo en los hechos imputados que permitan sustentar de forma mínima o plausible la existencia del tipo penal de obstrucción a la investigación y violación de morada, desde el momento en que todos los antecedentes fundantes de ambos delitos están directamente relacionados con una investigación en curso, siendo únicamente valoraciones o interpretaciones subjetivas respecto del contexto del delito", indicó el texto.

Además, se agrega que el querellante estaría tratando de "judicializar la actuación de los testigos y de las víctimas, quienes no habrían hecho otra cosa que 'ejercer sus derechos'".

Los representantes del intérprete volvieron a la carga tres días después, con un recurso de reposición contra dicha decisión. Sin embargo, el 17 de mayo, la Corte de Apelaciones dio un portazo a la acción judicial y la declaró nuevamente inadmisible.