Más allá de los JJ.OO. de Invierno: 3 ejemplos en los que el deporte contribuyó a superar conflictos diplomáticos

Más allá de los JJ.OO. de Invierno: 3 ejemplos en los que el deporte contribuyó a superar conflictos diplomáticos

Por: El Desconcierto | 15.02.2018
Las relaciones entre Estados Unidos y Cuba o el apartheid en Sudáfrica son ejemplos de casos en los que el deporte ha contribuido a mejorar las relaciones entre países o razas.

Corea de Norte y del Sur desfilaron unidas en la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos (JJ.OO.) de Invierno de Pyeongchang en una imagen histórica: la delegación deportiva de un estado en conflicto participaba en los JJ.OO. que organizó el estado con el que mantiene la confrontación.

El presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, vio en el macroevento deportivo un elemento para comprometerse de manera proactiva con Corea del Norte y convencer a Kim Jong-un para iniciar las negociaciones sobre su programa de misiles nucleares y balísticos. "Muchos consideraron que era utópico vivir unos Juegos Olímpicos en paz, con la participación de Corea del Norte y del equipo único de las dos Coreas", afirmó Moon Jae-in al inicio del evento en un acto en el Comité Olímpico Internacional.

Esta no fue la primera ocasión en la que los deportistas coreanos desfilaron juntos. Lo hicieron también en el 2000 en Sydney, el 2004 en Atenas y en 2006 en Torino. Sin embargo, el valor es que esta vez lo hicieron visibilizando al Norte.

Es conocido y se ha escrito mucho sobre el poder del deporte para iniciar procesos diplomáticos. Una estrategia que ya se ocupaba durante la antigüedad, cuando las guerras se detenían para permitir a los atletas de los territorios en conflicto viajar hasta Olimpia (Grecia), donde empezó la tradición de los JJ.OO, considerada zona neutral. Cuando se retomó la tradición de los Juegos, a finales del siglo XIX, el deporte se politizó y se decidió que los deportistas no participarían a título individual, sino en delegaciones que representaran sus países. Desde entonces, distintas citas deportivas sirvieron para fomentar la paz y ayudar en la resolución de conflictos entre países.

1. Estados Unidos v/s Cuba (béisbol)

En 1999, por primera vez desde el triunfo de la Revolución Cubana de 1959, un equipo profesional de béisbol estadounidense, los Baltimore Orioles, jugó en territorio cubano un partido amistoso contra la selección local, con un resultado de 2-3. Fidel Castro asistió al partido acompañado del presidente de la liga estadounidense, Bud Selig, y Peter Angelos, propietario de los Orioles. Angelos aceptó llevar su equipo a Cuba cuando se lo pidió Bill Clinton, ya ex presidente de EEUU, en un intento de aprovechar la gran pasión de los cubanos para reabrir las relaciones entre dos estados enfrentados desde 1959.

2. Turquia v/s Armenia (fútbol)

En septiembre de 2008, el entonces presidente turco Abdullah Gül aceptó la invitación del presidente armenio Serj Sargsian para presenciar en vivo en el estadio Hrazdan d’Erevan un partido de eliminatorias del Mundial de Sudáfrica 2010. Gül se convirtió en el primer dirigente de Turquía que visitó Armenia, dos estados que hasta entonces no mantenían ningún tipo de relación diplomática. Su conflicto tiene que ver con la falta de reconocimiento de Turquía del genocidio de más de un millón de armenios perpetrado al final del período de dominio del Imperio Otomano (1915-1917), antes del nacimiento del estado de Armenia. El partido terminó 2-0 a favor de Turquía.

3. Apartheid sudafricano (rugby)

Cuando en 1994 Nelson Mandela llega a la Presidencia de Sudáfrica optó por la diplomacia del rugby, entre otras medidas, para favorecer la reconciliación entre blancos y negros, y superar así el conflicto racial que había acechado el país. En 1995 el país africano organizó el Mundial pero la comunidad negra dio la espalda al evento. Mandela visitó el equipo, con un solo jugador negro, y pidió su apoyo al capitán François Pienaar para ayudar a cerrar las profundas divisiones raciales. La imagen de Mandela con la polera de la selección abrazado a Pienaar, sumada al triunfo de la final contra Nueva Zelanda, permitió avanzar y cerrar heridas.