En esta ocasión vamos a incursionar en temas que no son de nuestra especialidad porque hemos considerado muy feo el insulto dicho el miércoles 31 de enero pasado en sus caras a varios periodistas por el otrora excelente tenista Marcelo Ríos, quien fue considerado por algunos días como el mejor tenista del mundo según la ATP. La invectiva la realizó en una conferencia de prensa convocada por él mismo, dentro de la confrontación latinoamericana de la Copa Davis que tiene Chile con Ecuador.

Este desganado deportista no vive en Chile y fue invitado por Nicolás Massú para que se integrara al equipo de la Copa Davis, pero con su pésimo ejemplo no merece formar parte de ese equipo de ejemplares deportistas. En su diatriba, el hombre se hizo pasar por amigo del futbolista Diego Armando Maradona para repetir los insultos del astro argentino, inexplicablemente sin que los periodistas que fueron a entrevistarlo rechazaran con educación sus groseras expresiones, las que también estaban dirigidas a Pauline Kantor, la nueva ministra del Deporte, pues ella también es periodista.

Ríos, conocido por sus acólitos como “el Chino”, es producto del abusivo sistema neoliberal en curso, en el cual los nuevos ricos como él, sintiéndose superiores, desprecian al resto y su sensible patología se nota, pues se deleita con sus permanentes humillaciones a quienes desean entrevistarlo. Dicen los medios de prensa que la Federación de Tenis de Chile aportará una importante suma de dinero para organizar una exhibición de tenis entre este deslenguado con el norteamericano André Agassi y que para ello se deberá armar un court en la plaza de la Ciudadanía, enfrente por el lado sur del Palacio de La Moneda.

Es más, el jueves 1º de febrero, mientras se desarrollaba el sorteo de Copa Davis, el contumaz Chino las emprendió en contra de una periodista que lo único que intentaba hacer era cumplir con su profesión y como colofón a otro periodista lo mandó a lavarse los dientes porque, según el actor, el anterior “tenía un tufo” insoportable.

Por lo sucintamente relatado se evidencia que él se transformó en la única y “magnífica” estrella mediática de la contienda tenística Chile-Ecuador, lo que sus incondicionales amigotes seguidores aplauden a rabiar. Como su comportamiento, una vez más, se tornó insoportable, queda la pregunta si continuará siendo parte del equipo chileno de la Copa Davis.