Entre gritos de "Chile se salvó": Piñera asegura que "queremos dejar huellas profundas y no dolorosas cicatrices"
Fue una noche soñada para Sebastián Piñera. El empresario se convirtió en el presidente electo con mayor cantidad de votos desde 1993 y concretará su retorno a La Moneda en medio de una amplia victoria por sobre su contrincante, el senador Alejandro Guillier.
Al subir al escenario, el candidato comenzó el discurso enviando sus condolencias a las familias de la tragedia de la Villa Santa Lucía, en la provincia de Palena. En medio de su discurso, una amplia multitud comenzó a gritar "¡Chile se salvó".
"En esta elección los candidatos nunca fuimos lo importante, fueron ustedes, sus familias y el país. Recibimos este triunfo porque sin a duda fue magnífico, lo recibimos con humildad, pero también con esperanza", enfatizó el presidente electo.
En un discurso marcado por un tono dialogante -muy diferente al de la campaña presidencial- Piñera recalcó que "viva la diferencia, viva el pluralismo de ideas, pero nunca esas diferencias deben convertirnos en enemigos, pero la verdad es que cada vez que los chilenos nos hemos enfrentado y convertido en enemigos hemos consumado nuestras más grandes derrotas".
Piñera aprovechó de extender sus saludos a Alejandro Guillier, asegurando que trabajarán juntos, y se comprometió a "crear muchos y buenos empleos, con buenos salarios y buenas pensiones".
"Queremos dejar huellas profundas y no dolorosas cicatrices y para eso necesitamos unidad", fue uno de los mensajes del presidente electo, quien estuvo acompañado de diversas figuras de la derecha en el escenario, como los ex candidatos Manuel José Ossandón y Felipe Kast, Cecilia Pérez y el senador Francisco Chahuán, entre otros. El parlamentario sostenía una bandera chilena que flameaba desde el escenario.
El empresario agradeció a sus compañeros de coalición por apoyarlo y se despidió en su estilo: "Que Dios bendiga a Chile, que Dios bendiga a los chilenos. Buenas noches, que viva Chile", cerró.