Familiar en la escuela símbolo del terremoto en México: "No nos vamos hasta que saquen a la última persona"
La escuela Enrique Rebsamen se volvió un símbolo. Tres pisos transformados en uno. 32 menores y cinco adultos fallecidos, 11 rescatados y más de 30 aún bajo los escombros. Comunicaciones por whatsapp, ayuda ciudadana y campamentos para familiares son las escenas que se viven en la zona sur de Ciudad de México, uno de los barrios más devastados por el sismo 7.1 que afectó al país el martes pasado y que lleva el trágico registro de 238 muertos.
La escuela registra 347 niños: 32 en preescolar, 185 en primaria y 130 en secundaria, más 27 profesores.
Aún no se sabe cuántas de estas personas se encontraban en la escuela al momento del sismo. Un estudiante que logró salir antes del sismo, entrevistado por El País, asegura que sonó la alarma anti sísmica y solo segundos después la escuela comenzó a derrumbarse.
Quienes llegaron al rescate inmediato fueron propios vecinos de la zona, testigos del derrumbe. Después la Armada y el Ejército se sumaron a las labores. A las afueras, la policía organizó una carpa para acoger a los familiares. También apartaron una zona para los cuerpos.
Reina Dávila, empleada en la escuela, es todavía una de las personas desaparecidas bajo los escombros. Su hermano está instalado afuera de la escuela en un colchón improvisado. “No nos vamos a ir hasta que saquen a la última persona”, afirmó.
Tal como la Enrique Rebsamen, otras 200 escuelas en la Ciudad de México han sido dañadas por el terremoto. El presidente, Enrique Peña Nieto, anunció tres días de duelo oficial.