Francia elige nuevo presidente en una primera vuelta incierta

Francia elige nuevo presidente en una primera vuelta incierta

Por: El Desconcierto | 23.04.2017
Este mediodía la participación ya era de un 28,54 por ciento, la misma que en las elecciones de 2012 a la misma hora y los cuatro candidatos principales ya habían votado.

Cerca de 47 millones de franceses y francesas eligen este domingo, en primera vuelta,  quién será el 25º presidente de la República francesa en una jornada llena de incógnitas y aún bajo la consternación  por el atentado perpetrado por Estado Islámico (ISIS por sus siglas en inglés) que el pasado jueves tuvo lugar en los Campos Elíseos en el que murieron un policía y el atacante.

Pese al alto número de indecisos, este mediodía la participación ya era de un 28,54 por ciento, la misma que en las elecciones de 2012 a la misma hora. Los principales candidatos ya votaron: Emmanuel Macron, François Fillon, Marine Le Pen y Jean-Luc Mélenchon. Aunque las elecciones presidenciales son los comicios en los que normalmente obtienen más participación en Francia, cerca del 80 por ciento, la última encuesta de CEVIPOF para Le Monde  de este mes pronosticó una movilización alrededor del 66 por ciento.

Según los sondeos, el Frente Nacional de Le Pen, el partido de ultraderecha, pasará a segunda vuelta. Sin embargo, el líder de las encuestas es el ex ministro de Françoise Hollande, Emmanuel Macron, un completo desconocido para la mayoría de la gente cinco años atrás. Los comicios de 2017 dejan atrás los años de bipartidismo entre la derecha conservadora y el Partido Socialista, eternos rivales en segunda vuelta.

Bajo el efecto de los atentados

El ataque que este jueves tuvo lugar en los Campos Elíseos marcó la recta final de la campaña, provocando que François Fillon, Marine Le Pen y Emmanuel Macron anularan sus actos de cierre electoral previstos para el viernes.

El Ejecutivo movilizó a todas las fuerzas de seguridad del país para garantizar la protección de las y los ciudadanos durante este domingo. El primer ministro, Bernard Cazeneuve, aseguró el viernes que "el gobierno está totalmente movilizado. Nada impedirá el fundamental proceso democrático en nuestro país. Es nuestra misión no ceder ante el miedo, la intimidación y la manipulación, porque eso es lo que quieren nuestros enemigos". Junto con eso explicó que las unidades de elite se mantendrán en alerta para apoyar a los 50.000 policías asignados al servicio de seguridad especial de las elecciones.

La campaña, que hasta el jueves estaba muy centrada en los escándalos judiciales que afectaron a Fillon y Le Pen -ambos sospechosos de malversación de fondos públicos- clausuró con el terrorismo ocupando el primer plano y provocando el intercambio de acusaciones durante la previa a la celebración de la primera vuelta.

La líder del ultraderechista Frente Nacional, Marine Le Pen, pidió al gobierno que expulsara de inmediato a los inmigrantes que los servicios de inteligencia tienen vigilados y que reinstaure los controles en las fronteras, por lo que fue calificada de oportunista y de aprovecharse de la tragedia para sacar rédito político.

Por su parte, el candidato conservador, François Fillon, dijo este viernes que, si gana, renegociará el tratado de Schengen, que establece la libre circulación de personas, bienes y dinero dentro del territorio de la Unión Europea.

En dos años, la sociedad francesa se ha situado en el punto de mira del yihadismo internacional en los países occidentales. Cabe recordar que la primera sacudida que recibieron los franceses fue en enero de 2015 con el atentado de Al-Qaida a la sede del semanario satírico Charlie Hebdo, en el que murieron 12 personas.

En noviembre del mismo año fue la sala Bataclan el objeto de Estado Islámico en el que fallecieron 130 personas. Sólo ocho meses después, en noviembre de 2016, un camión atropelló una multitud que celebraba la fiesta nacional francesa en Niza, y dejó a 84 fallecidos.

Finalmente, en julio del año pasado, Estado Islámico reivindicó un ataque en la parroquia de Saint-Étienne-du-Rouvray en Normandía, en el que murió un cura.