¡No cabía duda! El escenario presidencial debía remecerse para que el Frente Amplio apareciera floreciente en la escena pública nacional y mostrara el potencial que ha guardado y construido silenciosamente durante todo el año recién pasado.

Y sin duda que ha costado ir exponiendo nuestra forma de construcción, ya que dista tanto de lo que estamos acostumbrados. Aquí importan los procesos más que los resultados, importa la ciudadanía más que los dirigentes, importa la participación en torno a preguntas y no el seguimiento desinformado de certezas absolutas.

El Frente Amplio se ha propuesto un desafío histórico: Levantar una alternativa que tenga en el centro la democratización del país, la recuperación de los derechos sociales y la construcción de una nueva forma de hacer política. Para ello se ha entendido que las elecciones de este año son fundamentales y que la construcción de una bancada parlamentaria es el medidor fundamental de su triunfo y avance.

Pero para que aquello se cumpla, existe un prerrequisito: el Frente Amplio debe dejar de pertenecerle a las organizaciones que le han dado vida inicialmente y debe transformarse en un fenómeno ciudadano. Sólo así, no solo los triunfos electorales podrán  tener viabilidad, sino que la proyección en el tiempo de las trasformaciones que buscamos para Chile.

¿Cuál es entonces una de las claves para construir este fenómeno? Estamos convencidos que son las Primarias Presidenciales. Son estas las que deben ganar, no tal o cual candidato, sino que las propias primarias. Deben ser estas las que convoquen más voluntades que las primarias de Chile Vamos y la Nueva Mayoría y que se transformen en el evento esperado por la ciudadanía.

Mucho sobre esto se ha debatido a nivel legal. Creemos que el Frente Amplio no debe perder el impulso de buscar destrabar las limitantes legales para desarrollar este ejercicio democrático con los respaldos que entrega la institucionalidad. No obstante, lo más importante es no renunciar al proceso. Y por ello, las Primarias Ciudadanas se deberán tomar la escena.

Hoy existen dos precandidatos presidenciales para el Frente Amplio, Alberto Mayol y Beatriz Sánchez, y esperamos que se sumen más, ya que cada uno de ellos o ellas no viene a competir con el otro, sino que su tarea central es convocar colectivamente a más y más ciudadanos en miras a que estas, y no otras primarias, sean el  espacio que les pertenezca a las grandes mayorías.

Es un desafío decirlo y esperamos que las palabras no se las lleve el viento. Mediremos estos objetivos a la luz de los hechos en algunos meses, pero estamos convencidos que de este proceso, y de la mano de la construcción participativa y masiva del programa, dependerá que el Frente Amplio se transforme en un actor relevante en todas las regiones de nuestro país.

El escenario está abierto y las cartas son favorable, pero queda un desafío importante: que los que estamos construyendo en este espacio realmente seamos capaces de estar a la altura de la nueva política que convocamos y que los ciudadanos y ciudadanas se tomen la escena.