Historiadoras y académicas de la Universidad de Chile responden a Gabriel Salazar sobre violencia de género

Historiadoras y académicas de la Universidad de Chile responden a Gabriel Salazar sobre violencia de género

Por: Académicas del Departamento de Ciencias Históricas de la Universidad de Chile | 03.01.2017
Historiadoras y académicas de la Universidad de Chile nos hemos visto en la necesidad de escribir esta declaración para rechazar de la manera más tajante las declaraciones entregadas por Gabriel Salazar. Como profesoras que creemos y apoyamos a nuestras estudiantes,consideramos que no podemos permanecer en silencio frente a estas palabras que son tan dolorosas como ofensivas.

Frente a las recientes publicaciones de prensa que involucran al Departamento de Ciencias Históricas de la Universidad de Chile, las abajo firmantes, historiadoras y académicas del mencionado Departamento, nos sentimos en la obligación de declarar que:

1. Rechazamos enérgicamente las expresiones burlonas, despectivas y violentas del historiador Gabriel Salazar hacia las estudiantes del Programa de Licenciatura en Historia que han sido víctimas de acoso sexual y laboral -ya calificados como tales por investigaciones internas en nuestra institución- sobre los cuales declaró públicamente que las veía “…muy pintiparadas. Dando declaraciones de acá para allá. Yo no las vi destruidas psicológicamente” (El Mostrador), y calificando la movilización de los y las estudiantes que se levantaron contra dichos abusos como “sobrerreacción casi nerviosa”, que se explicaría porque “los alumnos hombres apoyaron a sus compañeras y éstas aprovecharon para lanzar un gran discurso anti-machista por todas partes” (La Segunda).

2. Es una vergüenza que uno de nuestros colegas haya definido el acoso sufrido por las estudiantes como una “estupidez” cometida por los profesores involucrados, que no calificaría como “crimen”, porque las estudiantes no habrían sido violadas por dichos profesores y, por lo tanto, destituirlos de sus cargos habría sido una sanción exagerada y que habría segado –en su opinión—las “brillantes carreras” de los académicos involucrados. El acoso sexual y laboral son prácticas actualmente calificadas como graves en la normativa universitaria, que nos rige como funcionarios públicos en nuestra calidad de académicos de la Universidad de Chile, categoría a la cual el profesor Salazar pertenece.

3. Es grave también que un historiador contemporáneo demuestre tal nivel de ignorancia respecto de la violencia contra las mujeres como problema histórico. Los movimientos de mujeres y el feminismo (palabra que el historiador se niega a utilizar para insistir en sus dichos), desde el siglo XIX y hasta hoy, instalaron la desigualdad y la discriminación de género como problemas en la lucha política y en la teoría. La acusación de exageradas, “nerviosas” o –faltaba más- histéricas, también es histórica, pues el término fue utilizado en el espacio inquisitorial y luego en el psicoanalítico para devaluar el verbo femenino y las actuaciones de las mujeres en el poder. El campo de la historiografía no es ajeno a esta lógica de poder y eso se expresa en la descalificación de temas, en la jerarquía de opresiones –donde las de la mujer ocupan el lugar más irrelevante- y en las prácticas pedagógicas. El episodio que origina esta declaración es un ejemplo entre muchos que no son públicos y que, por más indignación que nos produzcan, no nos sorprenden.

4. Reiteramos el apoyo a nuestras estudiantes, reconocemos su valor, su entereza y su lucha y les agradecemos todo lo que hemos aprendido durante estos meses en los que ellas se han llevado las acusaciones más injustas y la carga más pesada.

Los y las llamamos a pronunciarse también frente a estos problemas, porque el silencio frente a los abusos sólo deriva en una estabilidad institucional hipócrita y falsa. Nunca más calladas. Nunca más solas.

Firman:

Alejandra Araya Espinoza
Ariadna Biotti Silva
Azun Candina Polomer
Celia Cussen Langdeau
Carla Díaz Durán
 Isabel Jara Hinojosa
Macarena Orellana Caperochipi
Alejandra Vega Palma
Claudia Zapata Silva