La Comuna meme: Un análisis del triunfo de Cathy Barriga en Maipú
La siguiente columna fue escrita en un contexto de rabiosa estupefacción. Estaba pensada como una carta abierta a los maipucinos tras la pasada elección municipal. Hoy la repaso con la cabeza algo más fría y creo que esconde sensaciones e ideas extrapolables más allá de Maipú. Creo que refleja la opinión de muchos a quienes no nos huele bien el que Chile se esté convirtiendo un país tan de izquierda en las redes sociales pero tan de derecha en las urnas. Algo pasa, acá damos unas vueltas al respecto, lanzamos algunas propuestas y divagamos…
Ya está, a partir del 06 de diciembre, dentro de prácticamente un mes y por un período de 4 años la próxima máxima autoridad municipal en Maipú será Cathy Barriga, la Robotina. La situación nos ha significado a los maipucinos pasar a convertirnos en algo así como los habitantes de “La comuna Meme”, muchos aun debemos soportar la misma situación que se vive tras la indigna derrota del equipo de tus amores: Un constante bullyng en la oficina, en reuniones con los amigos, en la universidad… Ningún problema en todo caso con que nuestra futura alcaldesa haya sido un personaje de TV, con que haya bailado en Mekano o con que haya hecho el ridículo desde la farándula. El problema con ella no es ese, el problema con ella es que ha sido, es y presumiblemente será una persona de derecha, de la expresión más medieval y conservadora de la derecha, aunque haya postulado como independiente ella es de la UDI, su familia es de la UDI y representa todos los valores que la UDI defiende. El partido de las boletas truchas más financiado por PENTA y SQM, el partido que se cree popular y simplemente pretende extender hasta el infinito un sistema desigual, injusto, ignorante y penoso. Un partido para el cual la cultura es precisamente ver contenidos como el Mekano, farándula, ir al mall, maltratar animales en el rodeo y ver al Kike Morandé con sus chistes llenos de estereotipos y poca ropa, un producto de consumo que ojalá no te haga pensar, ni criticar, ni disentir y que por el contrario apunte solamente a perpetuar cerebros podridos y obedientes. Una visión del mundo que ve clientes y consumidores, no ciudadanos ni vecinos. El sector que sustentó y levantó la candidatura de nuestra alcaldesa electa es uno en el que los valores se mantienen estancados en el pasado: No hay aborto, no hay matrimonio homosexual, no hay libertades individuales, se gobierna desde premisas añejas y la familia está compuesta por un papá proveedor y machista, una mamá preocupada de lo doméstico y ojalá muchos hijos que serán educados para perpetuar esta mirada del mundo. Hoy la forma de todo aquello se maquilla y adapta, pero el fondo siempre será el mismo.
Entiendo que estemos decepcionados de la política y los políticos porque la contraparte a esta visión conservadora ligada a la derecha tampoco lo ha hecho mejor; la izquierda duopólica casi en pleno tampoco tuvo reparos en estirar la mano y cerrar los ojos cuando el yerno de Pinochet abría la billetera, tampoco ha tenido inconvenientes en repartirse cargos públicos sin asco haciendo prevalecer compadrazgos y pitutos por sobre una real vocación de servicio social. A la izquierda y a la derecha de hoy, a la política duopólica de hoy, las mueve más una visión latifundista, sectaria, egoísta y mesiánica. Lo terrible es que precisamente este contexto propicia el surgimiento de figuras ajenas al mundo político - como la propia Barriga - asumiendo cargos de administración importantes, pero el votarlos es profundizar el problema, tornarlo aún más gris.
Por favor no nos equivoquemos, simplemente esperar a ver qué hace un personaje como nuestra próxima alcaldesa porque se trata de una cara fresca y familiar es un error gigante. Primero porque esto no se trata de un reality, si el alcalde lo está haciendo mal no lo vas a eliminar con un mensaje de texto, cambiando de canal o apagando la tele. Segundo porque si realmente te interesa lo que pase con tu comuna debiste haber leído las propuestas programáticas de cada uno de los 6 candidatos… Si estás esperando “ver qué pasa” es porque no lo leíste, es más podríamos apostar a que la estrategia acá fue que la menor cantidad de maipucinos lo conociéramos, así es mejor, quedarnos con una sonrisa simpática, la posibilidad de que lo hiciera bien y ninguna idea potente, los tontos caen con eso. A Cathy Barriga, a Vittori (ojo con este, le queda un mes en la alcaldía aún y está calladito, además pretende ser Diputado), a Campusano, a la derecha y a la izquierda duopólica les digo esto: NO LOS NECESITAMOS, ya todos lo sabemos, pero y, ¿qué está haciendo cada uno de nosotros al respecto?... Restarse (incluso desde la indiferencia) o indignarse (entendiendo la importancia de los procesos democráticos, pero ya perdiendo esperanza en ellos) son pasos lógicos, presumiría que en esto está el 72 % de maipucinos quienes no votaron, pero no solucionan nada.
Vecinos, amigos, compas, maipucinos, cabros: Lo único que nos queda hoy es articular movimientos ciudadanos, trabajar de manera colectiva y desde nuestros entornos más próximos tanto territoriales como ideológicos, proponer formas de organización barrial, buscar soluciones a las problemáticas cotidianas desde un trabajo comunitario, humano. Debemos construir espacios de diálogo y discusión vinculantes, representativos, legitimados por los vecinos, no necesitamos instancias levantadas e intervenidas por el mismo municipio ni por la orgánica estatal (como ocurre con el COSOC por ejemplo, donde valga la aclaración sí hay dirigentes que hacen una labor desde la vocación y legítimo interés social), la idea de un concejo municipal paralelo en el que se convoque una vez al mes a los candidatos no electos es tremenda, serviría incluso como filtro para determinar qué candidato estaba porque realmente esperaba trabajar por Maipú durante 4 años de quienes estaban postulando simplemente por ocupar un puesto de poder y remunerado. Nos queda rescatar y revalorizar nuestra historia y cultura local, nuestros hitos, nuestras luchas, el patrimonio gigante de nuestra comuna como cuna de la independencia por ejemplo, resignificándola y quitando la carga marcial, militar y bélica que hoy la cubre, sería una nueva independencia incluso y nuevamente desde Maipú, esta vez no del yugo monárquico español, sino que de los políticos chupasangre que esperaban repartirse el botín tranquilitos. Nos queda hacer fuertes las organizaciones que hoy existen, tender redes entre ellas, potenciarlas, fomentar el que surjan muchas más, hacer que golpeen la mesa. Queda organizarnos y construir nuevos modelos de administración comunal entre todos, hacer política de verdad, sin egoísmos ni calculando qué puedo perder y ganar “yo”, hay que sacar el “yo” de aquí, ahora debe ser el nosotros, pero uno amplio, uno que trascienda partidos y visiones particulares e incluya a todos los maipucinos. Quedarse esperando a ver qué pasa no es opción, tampoco riéndonos de los miles de memes que surgieron, surgen y surgirán en torno a la nueva alcaldesa, menos aún encerrarnos en nuestras vidas ni cerrar los ojos (y estirar la mano esperando que algo caiga) mientras los buitres acechan la comuna…