Manuel Riesco: “Las AFP reciben en cotizaciones 4 veces lo que se necesita para gratuidad universal”
El economista y vicepresidente del Centro de Estudios Nacionales de Desarrollo Alternativo (CENDA), consideró como inmoral y abusivo el actual sistema de pensiones que rige en el país. Dijo que “la educación y el sistema de pensiones en Chile son uno de los grandes abusos que se están cometiendo con la población. Es un abuso y una inmoralidad”, manifestó.
Riesco, quien participó junto a otros investigadores y economistas en el conversatorio “Las AFP: la tensión/crisis de la viga maestra del modelo de desarrollo chileno”, organizado por la U. Academia de Humanismo Cristiano, explica que “mensualmente las AFP reciben en cotizaciones 300 mil millones de pesos, 4 veces lo que se necesita para gratuidad universal. Es más, el Estado paga el 40% de su presupuesto mensual a las AFP”.
Agrega que el excedente se lo ha apropiado la élite y se considera legítimo, ya que se lo permiten si cumplen con algunas condiciones: que organicen la producción social de manera más moderna y avanzada; y destinar una parte de ese excedente al desarrollo de actividades vinculadas a las artes, cultura y ciencia, algo que en Chile, a su juicio, claramente no se cumple.
“Esta elite es profundamente ilegal e inmoral, porque no cumple con ninguna de estas condiciones. No organiza la producción más moderna ni avanzada y saca sus ganancias de la venta de recursos naturales, principalmente de la minería. No son capitalistas, son rentistas, es otra clase social. No destinan recursos a las artes, ni cultura ni ciencia y lo han trasformado en un negocio más y una forma de extraer los salarios de la gente. En esencia, el sistema de AFP es un mecanismo para extraer parte de los salarios y traspasarlos al sector financiero”, sostiene el economista.
A su juicio, se trata de una “inmoralidad muy grande, por eso la transformación debe ser política y muy profunda. Se debe cambiar el carácter de la elite, sacarle la costra rentista que tiene al país ahogado. En un país moderno, como Alemania, por ejemplo, la elite es distinta, porque es moderna, ya que organiza la producción y destina ganancias a las artes y las ciencias, así como a educación gratuita para sus estudiantes y no tocan los salarios de su población”.
Manuel Núñez, politólogo y también investigador de CENDA, explica que “antes de institucionalizarse el sistema, las pensiones eran del 70%, triplicando las actuales pensiones de las mujeres y doblando la de los hombres”. A su juicio, “este plan siniestro siempre estuvo planificado, en 1973 termina el sistema de reparto y se reemplaza por el de AFP. Comienza una campaña contra los trabajadores y sistema de reparto. Desde ese año y hasta 1981 no hay sindicatos, el mensaje era acabar con el paternalismo del Estado, se apuesta por una sociedad de competencia y se elimina la solidaridad social”.
Agrega que “al sistema entran 3 pesos: 1 para consumo, otro para beneficio y el otro peso se lo expropian. El sistema es un fetiche montado por la TV para que el modelo pueda funcionar”.
De hecho, indica que “cuando hablamos de capitalización individual estamos hablando del despojo del 10% de los salarios, de nuestra producción, y esto conlleva a una serie de problemáticas sociales, como que actualmente el 47% de los jubilados se encuentre endeudado”.
Núñez explica que hay países europeos, como Suiza, en donde los trabajadores tienen el derecho a decidir donde invierten su dinero y en Chile eso no ocurre. “Nuestro país es uno de los únicos que, teniendo firmado una serie de convenios internacionales alusivos, no se está cumpliendo”, puntualizó.