No Más AFP, no más Nueva Mayoría
Luego de las magníficas marchas del día de ayer, y de las que vendrán, veremos cómo los políticos chantas, con perdón del pleonasmo, van a correr a redactar proyectos de ley que se propongan reformar las AFP, harán encendidos discursos en el mismo sentido y se asumirán como disponibles para las reformas que sean necesarias en el sistema de pensiones, todo lo cual que no pasará de ser un saludo para la galería en las cuales aún hay giles, mentiras edulcoradas, falacias y trampas.
Hasta antes de ayer no habían dicho esta boca es mía. Al contrario, muchos de esos empingorotados ministros habrán sido y muy pronto serán bien pagados miembros de los directorios de las AFP, no más queden cesantes.
Por eso no resulta extraño que el senador Navarro fuera expulsado a punta de improperios de la marcha porque la gente no aceptó ese acto inmundo de aprovechamiento de lo que no le pertenece. Y el supuesto díscolo senador debió morder el polvo de su bien ganada derrota.
Algo parecido le sucedió en Iquique a un grupo de militantes comunistas que fueron rechazados por la gente en la marcha. Nada como para sentirse orgullosos por cuanto entre la gente no había ni monos ni ultras ni encapuchados.
Parece que el horno no está para bollos.
Es que en este caso, como en todo lo que valga la pena, no se puede estar con Dios y con el diablo, con el gobierno y con sus víctimas, con los explotados y con los explotadores.
Una premisa básica de la política, cuando es decente, es elegir un lugar: o se es yunque o martillo, pero intentar ser ambos según como vaya el viento es una anomalía de la razón y una traición a los principios.
Habría que hacer notar un hecho relevante: tratándose de un tema profundamente sentido por los trabajadores, la CUT y sus importantes dirigentes no aparecieron por ningún lado.
Las macizas manifestaciones convocadas por quienes hace mucho tiempo vienen planteando que el sistema de AFP ya se vislumbra como una catástrofe social de impensadas repercusiones, han logrado preocupar al sistema.
Y, al igual que lo hicieron con las exigencias del movimiento estudiantil desde las movilizaciones del 2011, el sistema ya estará buscando paliativos, analgésicos y pelotitas de trapo para intentar engatusar a la gente indignada con el propósito de ganar tiempo.
A partir de ahora comenzará la carrera de los políticos por quien aparece más a la vanguardia para modificar el sistema de pensiones. Si hasta el presidente de la asociación de AFP reconoce, hidalgo, que el sistema necesita cambios.
Sin embargo la presidenta ya ha anunciado que este sistema no tendrá cambios en este gobierno. Declaración que, como se puede ver, está del todo demás. Porque no lo habrá ni en este gobierno ni en el que le seguirá.
La responsabilidad de la Nueva Mayoría en la mantención y perfeccionamiento del sistema de pensiones que no hace otra cosa que condenar a la gente a una vejez en medio de apremios y dificultades, es ineludible.
Y cobra mayor simbolismo el que centenares de miles de personas marchen en las calles exigiendo el fin de un sistema criminal y que por ahí cerca, militantes de los partidos de la Nueva Mayoría intenten convencerse entre ellos de una faramalla constitucional que la saben falsa en origen y destino.