Reflexiones de un naturalista en torno a la crisis socio ambiental de Chiloé

Reflexiones de un naturalista en torno a la crisis socio ambiental de Chiloé

Por: Andrés Charrier | 15.05.2016
¿De verdad Ud. cree que las salmoneras no tienen nada que ver con lo que está pasando en Chiloé? Claro está, estamos ante un fenómeno del niño enorme, el niño Godzilla, pero esta marea roja es un monstruo mayor. Estamos frente a la peor crisis socio ambiental de la historia de Chile. De verdad, ¿alguien está dispuesto a eximir de culpa a la industria salmonera? ¿Usted cree que todo lo que está pasando en Chiloé se le puede atribuir al cambio climático?.

¿Se dio cuenta? Hay algo podrido en el mar de Chiloé. No se absolutamente nada sobre ecosistemas marinos, solo que el agua sabe a sal. No más, no menos.

Pero no deja de sorprenderme esta crisis asociada al mar.

Primero, hace un año, 330 ballenas vararon en los fiordos de la Patagonia ¿Alguien se acuerda de este caso? Cientos de carcasas pudriéndose en fiordos sin nombre y que nadie conoce, en el extremo sur de Chile. A nadie le importó. De todas formas ¿quién ha visto alguna vez una ballena? Nadie come ballenas en Chile, así que quizás fue sólo un evento natural más. En el Discovery Channell varan ballenas y delfines todo el tiempo, en las más apartadas playas del mundo ¿Cuántas especies vararon en las costas de la Patagonia? ¿fueron 3 especies, o más?

Pero ojo, fueron al menos 330 ballenas. Es el varamiento más grande de cetáceos del que se tiene registro en el hemisferio sur. ¿Usted sabe si algún científico fue a investigar lo que ocurrió? ¿Leyó informes científicos en algún lugar? Probablemente no y quizás nunca sepamos lo que ocurrió en esos fiordos con las ballenas, porque a nadie le importó.

Luego vino la varazón de fragata portuguesa (Physalia physalis) en las playas de la V Región en Febrero ¿Recuerda que los veraneantes reclamaban que estaba la playa llena de estas falsas medusas y que nadie se podía meter al agua por culpa de estas cosas urticantes? Quizás se olvidó también o quizás se fue de vacaciones a los lagos del sur y nunca se enteró o quizás usted es de aquellos que no pueden salir de vacaciones.

Tal vez todo esto partió mucho antes, con el virus ISA que afectó a los salmones en 2007 y que obligó a las salmoneras a arrancar con sus corrales hacia aguas más frías, cerca del estrecho de Magallanes. Recuerdo haber visto varios de esos corrales de salmones un poco antes de llegar a la isla Dawson, camino al seno Almirantazgo.

Hace unos meses atrás, en marzo, producto del fenómeno del niño o quien sabe qué desgracia, apareció una microalga que asfixió a la industria salmonera de Chile, la segunda más importante del mundo, matando unos 38.000 salmones, el 10% de la producción salmonera de Chile.

Tal vez todo partió mucho antes con la ley Longueira que ayudo a entregarle la propiedad de los peces de Chile a 7 familias empresariales. Longueira privatizó la pesca, que es mucho más que producción de plata, es cultura. Y creo que por aquí va la cosa.

¿Se acuerda que Longueira fue uno de los implicados en el caso “el raspado de ollas” de Penta? En las negociaciones parlamentarias claves de esa ley, hubo participación encubierta de los gerentes de los principales conglomerados pesqueros industriales. Claro, andaban disfrazados de “asesores” de diversos diputados y senadores. Una vez más los empresarios hicieron las leyes a su pinta. ¿Hay alguien preso, hay algún procesado por esto pregunto yo?

Después vino un piojillo del salmón, que se me ocurre debe ser como una ladilla, pero más grande, que se expandió entre las jaulas sobrepobladas. Para combatir esta y otras afecciones tiraron antibióticos como malos de la cabeza al mar (450.700 kilos de antibióticos el año 2013, casi media tonelada, la cifra más alta para esta industria en todo el mundo, varias veces más de lo que está estipulado por la ley) ¿Usted cree que alguien fiscalizó eso? ¿Se considera delito ambiental? ¿Existe el delito ambiental?

Hace sólo unas semanas atrás en las playas de un pueblito que se llama Queule, cerca de Valdivia, vararon 600 toneladas de peces Se acuerdan, ¿verdad?

Entonces, esta gente tiró los salmones muertos, podridos y re podridos, al mar. Según SERNAPESCA y la autoridad marítima, unas 9 mil toneladas (no logro dimensionar cuanto es eso en metros cúbicos) fueron vertidas a 78 millas marinas, unos 120 kilómetros, de la costa ¿A alguien le consta eso? ¿Alguien fiscalizó kilometro por kilómetro esa operación tan compleja? ¿Esa cifra responde a algún estudio hecho por SERNAPESCA o por INFOP? ¿A alguien le importó la comunidad de pescadores de Chiloé en el momento de tirar peces podridos al mar? ¿Desde cuándo el mar de Chiloé es basurero de la industria salmonera? ¿El derecho a contaminar también es parte de la concesión?

No me puedo imaginar esa inmensa cantidad de nutrientes vertidos a un mar que ya está sobre saturado de nutrientes. Si este vertimiento es sólo una cucharada de caca, como dijo alguien por ahí, las salmoneras han estado tirando cucharadas de caca por 30 años en los canales y lagos del sur.

¿De verdad Ud. cree que las salmoneras no tienen nada que ver con lo que esta marea roja? Claro está, estamos ante un fenómeno del niño enorme, el niño Godzilla, pero esta marea roja es un monstruo mayor. Estamos frente a la peor crisis socio ambiental de la historia de Chile. ¿De verdad, alguien está dispuesto a eximir de culpa a la industria salmonera? ¿Usted cree que todo lo que está pasando en Chiloé se le puede atribuir al cambio climático?

¿Por qué cada vez que los científicos no pueden explicar -o no quieren estudiar- algo, se lo adjudican al cambio climático?

Tanto la Tercera como el Mercurio rápidamente salieron a defender la soberanía de los empresarios diciendo que no hay relación entre el vertimiento de las 9 mil toneladas de salmón podrido con la marea roja.

Me pregunto en que estudio científico están basando sus apresuradas conclusiones.  ¿Dónde están los decanos de las Facultades de Biología Marina, los directores de los llamados centros de excelencia que estudian las ciencias del mar? ¿Dónde están los premios nacionales de ciencia, los expertos en algas, donde están los distinguidos y connotados decanos de las carreras de biología marina de las universidades chilenas?

¿Por qué solo veo a un Héctor Kol de la Universidad de Chile, defendiendo a los pescadores, en las mismas barricadas donde deberían estar los científicos, que han profitado durante tantos años con millones de pesos en investigación?

Se podrían haber hecho grandes y modernos hospitales en todas nuestras ciudades, y consultorios en todos los barrios de Chile si se hubieran derivado esos fondos de investigación hacia un bien social, los veo mudos y me apena.

Señores, deben exigir que la ciencia no solo conteste hipótesis y escriba artículos, sino además que conteste problemáticas sociales y ambientales del país. De verdad, eso de que la ciencia es importante para el desarrollo es cierto. Créanselo.

Falta ciencia básica claman algunos y les gustaría poder tener robustos modelos para poder predecir fenómenos como el de la marea roja, los terremotos y las erupciones volcánicas. Pero me parece que lo que falta es inversión en ciencias sociales, para predecir movimientos sociales como estos, para entender la crisis en la isla, para entender el malestar de los chilotes, de los pescadores de Chile, esta crisis socio ambiental es la punta del Iceberg no más. Falta mucho por estudiar

Esto no es sólo producto del florecimiento de un alga, no señores. En palabras del más respetado de los diputados, Gabriel Boric: “esto es producto de un modelo que impulsa el crecimiento económico al precio que sea, sacrificando ecosistemas completos sin medir el impacto social y territorial, y que sólo trae beneficios a los mismos pocos de siempre”.

No estoy solo hablando de los salmones o de los choritos. Estoy hablando de los salares que las mineras están secando en el altiplano, o de los relaves que estás ponen encima de las comunidades y las ponen en riesgo fatal cada vez que hay inundaciones. Estoy hablando de las plantaciones de pinos y eucaliptus, y de esas enormes extensiones de monocultivos que hicieron desaparecer el bosque nativo en la Cordillera de la Costa de la séptima, octava y novena regiones, estoy hablando de los proyectos hidro electricos que inundan el sur de Chile. Nadie ha querido mirar el daño social y territorial que han causado los Angelini y los Matte, pero a los mapuches que resisten a este crimen los persiguen y los encarcelan.

Nuestra economía de libre mercado tiene un costo altísimo. Déjeme preguntarle: ¿Usted después de esto va a seguir comprando salmón en semana santa?

Por favor no me mal interprete, no digo que la marea roja la causaron las 9 mil toneladas de salmón arrojadas ese mar que tranquilo nos baña. El problema es otro

¿Se dieron cuenta? ¡Hay algo podrido en Chile y no son los salmones!