En nombre de Dios, Brasil y el golpe del 64: Los argumentos del Congreso en el impeachment a Dilma Rousseff
Finalmente, con 367 votos a favor -25 más de los dos tercios necesarios-, la Cámara de Diputados de Brasil aprobó el inicio del impeachment o juicio político contra la presidenta Dilma Rousseff. Ahora el proceso pasa al Senado, que por mayoría simple debería ratificar la decisión pues la oposición cuenta con los votos suficientes. Así, la mandataria quedaría 180 días alejada del cargo mientras se realiza el juicio.
La votación fue un espectáculo televisivo. Transmitido para miles de personas en las principales ciudades de Brasil en vivo y en directo por las pantallas de O Globo, los protagonistas inundaron el Parlamento con pancartas -"tchau, querida", la más repetida, en alusión a la conversación telefónica divulgada entre Lula y Dilma- y discursos irrisorios.
A Rousseff se le acusa de ampliar el presupuesto público sin pasar por el Congreso, a través de una serie de decretos de crédito suplementario que ascienden hasta los 27 millones de dólares. Se trata de un "maquillaje fiscal", un préstamo interno entre instituciones del Ejecutivo. El gobierno de Dilma tomó dinero de la Caja Económica Federal para devolverlo una vez aprobado el presupuesto fiscal. Actualmente, no hay causa de corrupción en contra de la líder del PT o acusación de que ella o cercanos se hayan robado el dinero.
Paradójicamente, sucede lo contrario con quienes promueven el impeachment bajo la consigna de no más corrupción. De los 513 legisladores de la Cámara de Diputados, 299 tienen causas judiciales pendientes. La comisión que trabajó en el informe del juicio fue aprobada con 38 votos, 36 de los cuales vienen de parlamentarios procesados por delitos de corrupción.
El líder de la ofensiva contra Dilma es Eduardo Cunha, presidente de la Cámara de Diputados por el ex oficialista Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB). Acusado de recibir 5 millones de dólares de soborno por el caso Petrobras y con 22 causas judiciales en su contra, el gobierno decidió apoyar una sanción ética contra Cunha hace un año. Y el parlamentario prometió venganza.
Los irrisorios argumentos del Parlamento
El 33% de los parlamentarios votaron a favor del impeachment en el nombre de Dios. El 36 % lo hizo en nombre de la familia y el 25% lo hizo "por Brasil".
Pero el circo no se quedó en eso: "Por mi esposa Paula”, “por mi hija que va a nacer y mi sobrina Helena”, “por mi nieto Gabriel”, "por la tía que me cuidó de pequeño", “por mi familia y mi Estado”, "por la familia cuadrangular", "por mi hijo que cumple años" “por la nación evangélica y por la paz de Jerusalén”, “por el aniversario de mi ciudad”, “por la defensa del petróleo”, “por los agricultores”, "por el café", “por los vendedores de seguros de Brasil”.
El diputado Jair Bolsonaro -que hace unos años le dijo a una parlamentaria "no te violo porque no te lo mereces"- y su hijo Eduardo dedicaron su votación a los militares del golpe de Estado de 1964, responsables de desaparición y tortura de miles de brasileños. Entre ellos, la actual presidenta Dilma Rousseff.
Jair Bolsonaro cerró su votación diciendo: "Fueron derrotados el 64 y serán derrotados ahora".
Y tal como lo dice: El impeachment parece más golpe de Estado que otra cosa.