Demonios llega a sala Teatrocinema

Demonios llega a sala Teatrocinema

Por: El Desconcierto | 24.03.2016
La obra Protagonizada por Néstor Cantillana, María Gracia Omegna, Francisca Márquez y Guilherme Sepúlveda, presenta un delirante relato de violencia y autodestrucción.

Un hombre llega a su casa con las cenizas de su madre. Su mujer lo recibe con toda la carga de odio e insatisfacción de sus nueve años de relación. Tocan el timbre, es la vecina del piso de abajo que viene a pedir couscous. Los dueños de casa aprovechan esta intromisión para invitarla, junto a su marido, a una provocadora velada. Lo que promete ser una inofensiva reunión de parejas se transforma en un verdadero infierno. Sexo, alcohol, perversión y humor negro se mezclan en el transcurso de la noche sacando a la luz los demonios que se esconden tras la banalidad de lo cotidiano.

A través de toda su obra el escritor sueco Lars Norén (1944) -uno de los dramaturgos contemporáneos más importantes y radicales de Europa- da cuenta de un espíritu de época cargado de desilusión donde emerge una suerte de canibalismo que parece devorarlo todo, revelando un fondo común de dolor e insatisfacción.

A pesar de su reconocimiento internacional –ha sido comparado con autores como Ibsen y Strindberg- su dramaturgia aún no ha sido difundida en el país. Ante ello, el director Marcos Guzmán (“Fabulación”, “Trabajo sucio”) decidió saldar esa deuda llevando a escena, por primera vez en Chile, la obra “Demonios” (1984) que, gracias al éxito de público y crítica, realiza una tercera temporada en TeatroCinema.

Con las actuaciones de Néstor Cantillana, María Gracia Omegna, Francisca Márquez y Guilherme Sepúlveda“Demonios” se plantea como un drama contemporáneo que pretende revelarnos todo el horror que se esconde detrás de la domesticación de la violencia. “En Demonios las delirantes imágenes en torno al cuerpo, el duelo y la paternidad, constituyen un potente nudo dramatúrgico, un relato que opera como metáfora de una sociedad enferma. La noche es la madre del día y en ella siempre se termina revelando el fondo perverso de apariencias, prejuicios y exclusiones”, afirma Marcos Guzmán.