Luis Mesina, dirigente sindical: "Esta reforma no solo consolida el Plan Laboral de la dictadura, es mucho peor”
Luis Mesina tiene más de 30 años en la labor sindical, que le han dotado de una experiencia que le permite detectar las formas que adquieren los ataques contra la clase trabajadora. Desde los 90 viene impulsando una campaña inclaudicable contra las AFP, la que hoy ha dado algunos frutos al romper la idea de que este sistema no se podía modificar. Asimismo en diciembre de 2014, levantó la voz frente a una reforma que según todos los trascendidos –aún no se daba a conocer el proyecto del gobierno-, no avisoraba mejoras para el sector asalariado, advirtiendo que por el contrario, este proyecto ponía en riesgo derechos fundamentales aún no tocados por los empleadores. A poco más de un año, sus temores fueron ratificados. Hoy estamos a punto de que sea aprobada una reforma que pone en entredicho derechos fundamentales conquistados por los trabajadores durante las primera décadas del siglo pasado y contemplados en el primer código laboral surgido el año 1931.
En el marco de la discusión parlamentaria y las movilizaciones de la CUT, conversamos con Luis Mesina para conocer su posición sobre esta Reforma Laboral, surgida sin la participación de los trabajadores.
-Falta poco para que sea aprobada la reforma laboral que viene con una serie de indicaciones visadas por el empresariado. ¿Qué opinión le merece todo este ejercicio que lleva más de una año en discusión, pero donde no se ven reflejados los requerimientos de los trabajadores?
“No se puede esperar un resultado positivo. En especial los sindicalistas no pueden esperar que desde el Estado, desde sus instituciones –mayoritariamente al servicio de los grandes grupos económicos, hemos visto lo que ha pasado con los bancos, con las farmacias, con las AFP, con SQM, con toda la cadena de colusión que existe en las empresas, y son ellos los que hoy dia están legislando en el Congreso–, salga un proyecto que favorezca a los trabajadores. Hay que dejar esta suerte de confianza exagerada que han tenido algunos sindicatos y sindicalistas en creer que el Estado va a resolver los problemas que son de la naturaleza misma del capital. Aquí no se puede esperar una reforma que “equipare la cancha”, como decía la presidenta, sino que lo que se puede esperar es la consolidación de un plan laboral creado en la dictadura que va a consolidar ciertos aspectos que favorecen el proceso de explotación que realizan los empleadores. Nada más”.
-¿Cuáles han sido los factores que posibilitaron el resultado de una reforma como esta?
“El primero, ya lo dije, es el rol que juega la gran mayoría de los congresistas actuales que son financiados por los empresarios. En consecuencia, estos responden a esos intereses y no al de los trabajadores. La gran mayoría de los empresarios chilenos son corruptos y han operado como un cartel, coludiéndose y financiado de manera ilegítima a los partidos políticos y a los políticos. Han corrompido la sociedad.
El segundo factor es el rol que ha jugado la Central Unitaria de Trabajadores (CUT con su grosera falta de independencia entró en un proceso abierto de descomposición al convertirse en correa de transmisión del gobierno. Ya lo venia haciendo desde el gobierno de Piñera, con esos acuerdos entre gallos y media noche, entre bambalinas con el ex presidente de la Confederación de la Producción y el Comercio (CPC). Esa relación, ese maridaje espureo, entre la cúpula de la CUT y el presidente de la CPC, ha sido uno de los gatillantes más importantes que favoreció el escenario para que los empresarios vieran el terreno completamente despejado con la clase política corrupta para consolidar un modelo de desarrollo totalmente opuesto a los trabajadores. Porque si hubiesen visto al frente una organización de los trabajadores conminando a organizarse, llamando a paralización y declarando la huelga general frente a la transgresión de los derechos fundamentales que vienen en esta reforma otro habría sido el escenario. No habría habido tanta garantía para que empresarios con los sectores más descompuesto de la casta política arremetiaran contra los trabajadores y hoy día es tarde, llaman a una paralización que no es más que un “saludo a la bandera”. Por mucho que hoy intenten cambiar su discurso los dirigentes máximos de la CUT, –entre los cuales está mayoritariamente el Partido Comunista y el P.S.–, la historia les va a pasar la cuenta, no podrán deslindar responsabilidad histórica frente a esta gran traición que han cometido a toda la clase trabajadoa chilena”.
- Durante este período surgieron coordinaciones sindicales al margen de la CUT, que buscaban contrarrestar y presentar la voz de los trabajadores en la discusión de la Reforma Laboral y aún así no hubo resultado. ¿Por qué, si existe un descrédito de la CUT frente a los trabajadores no surge una posición más fuerte capaz de enfrentarse a estos avances del empresariado?
“Hay muchas iniciativas y muy loables en ese sentido, está el CIUS, hay una coordinación que se hizo en la Zona Sur, entiendo que abarca desde Rancagua a Puerto Montt, está la Agrupación por una Mejor Reforma Laboral, todas ellas son iniciativas que intentan dar cuenta de un descontento general de la sociedad que se traduce un descontento con todas las instituciones del Estado. Estas son diversas manifestaciones con grados de avance diferentes y desiguales, pero que intentan converger en una nueva alternativa. Hoy día la cosas están confusas y el movimiento sindical ha sido incapaz de dotarse de una dirección distinta. El ataque desmedido y sistemático de la clase patronal contra los trabajadores ha hecho que sea mucho más difícil porque el sindicalismo ha tenido que pasar a una fase mucho más defensiva. Dar pasos en la organización no ha sido fácil y creo que hoy día estamos conminados a hacerlo. Es por eso que han surgido estos grupos y creo que en el corto plazo se van a hacer mayores esfuerzos por intentar avanzar hacia la unidad y despojarnos de esta dirección burocrática que traiciona los intereses de los trabajadores y que además, produce otro daño más grande, que es generar en la ciudadanía, en los trabajadores, una antipatía, una animanversión al mundo sindical por parte del ciudadano común y corriente, al ver tanta corrupción tanta inmoralidad. Ese es el daño más grave. La CUT está haciendo pagar a todos los sindicatos del país el precio de su falta de compromiso con lo trabajadores, su colaboración de clase con el empresariado. En especial del Partido Comunista, que ha convertido la política de autonomía y de independencia del movimiento sindical que sustentó Recabarren y Clotario, en una práctica de conciliación de clases, en un escenario adverso, porque ni siquiera hemos tenido granjerías, muy por el contrario, todo ha sido pérdida para el mundo del trabajo durante estos años”.
-Existe otra organización y/o instancia de los trabajadores para defender sus derechos que no sea el sindicato
“El sindicato es el organismo natural donde los trabajadores se pueden cobijar para hacer frente a la arremetida empresarial. No son los partidos políticos hoy día, lo que no quiere decir que los trabajadores no necesitemos instrumentos políticos para librar batallas mucho más de fondo, pero los organismos naturales son los sindicatos, porque allí concurren personas con el mismo interés que es defender el empleo, el salario, defender las condiciones de trabajo, y en eso el sindicato no ha perdido ningún sentido desde que nació hace más de 150 años, porque el capitalismo, a diferencia de lo que algunos sostienen, ha incrementado con mayor rigor su hegemonía sobre el mundo del trabajo, pero lo ha hecho sobre la base de arrancar derechos fundamentales, convirtiendo a una parte importante de la población en fuerza de trabajo que vive en condiciones inhumanas y por lo tanto el desafío de fortalecer los sindicatos en mucho mayor”.
-¿Cómo pasar en los sindicatos de las demandas básicas a demandas mayores que aquejan a toda la población como las AFP, la Salud…?
“Depende de varios factores, creo que hay elementos que concitan mayor adhesión de la gente, como la lucha por una nuevo sistema previsional, ahí está el Coordinador NOmásAFP, la lucha por la Salud, etc., son temas que unifican. El sindicalismo que intente dotarse de una nueva dirección tiene que tomar estos temas como parte de su estrategia, porque es la única forma que los trabajadores den el salto, no sólo de organización, sino que en voluntad y disposición a luchar. Mientras los trabajadores no luchen nada nos será regalado por parte del Estado.
Proximamente nos van a llamar a votar por los mismos de siempre, entonces se consolida una estructura política que perpetúa en el poder a los mismos que se han ensañado en legislar en contra de los intereses de la gran mayoría de la ciudadanía y lo hacen sirviendo los intereses espúreos que le han financiado sus campañas políticas de manera grosera, el caso de Longueria, Orpis, Fulvio Rossi y tantos otros, entonces la única forma de que este descontento general que existe en la población chilena se convierta en acción concreta es justamente que los trabajadores y sus sindicatos logren levantar una plataforma que considere estos puntos que son de unidad y que la gente definitivamente rompa con este llamado que hacen los políticos engañando con el voto”.
-¿Por qué cree que el chileno, que cada día ve nuevos casos de corrupción y de expropiación de derechos no se moviliza?
“Creo que cada vez hay más conciencia de los trabajadores y la ciudadanía que este es un sistema inmoral y que los partidos políticos tradicionales usufructan y engañan permanentemente, y lo que está faltando es que esa bronca acumulada se convierta en acción concreta. Ahora, el punto que gatille eso es relativo, ya los estudiantes lo demostraron el 2011, saliendo a las calles masivamente. Este año también el 8 de marzo hubo una marcha multitudinaria donde se reivindicaban todos los puntos que la gente necesita y esa marcha tenía representación de distintos colectivos políticos donde no estaba presente ninguna de las instituciones que están presente hoy en el Congreso, y esa es una expresión concreta. Falta un poco más, pero dadas las condiciones, la gente se va a decidir a apoyar y a defender sus derechos”.
-Volviendo a la Reforma Laboral, una vez aprobada esta reforma ¿qué va a pasar con los trabajadores?
“Quedamos en una mayor indefensión producto que se le entrega una herramienta tremendamente potente al empresariado que son los “pactos de adaptabilidad”, que en el marco de una negociación por empresa -porque los “pactos de adaptabilidad” solamente se entenderían cuando hay negociación ramal, cuando hay sindicatos potentes-, lo más probable es que el empresariado en varias áreas intente aplastar derechos esenciales, como las jornadas de trabajo por ejemplo, convertir la jornada de trabajo en pool (acumulación) de horas de trabajo que las van a distribuir indiscriminadadamente pasando por encima de los descanso y de los derechos fundamentales y esenciales de las personas, los que fueron conquistado hace mucho tiempo. La “criminalización de la huelga” que volvió a reintalarse por parte de algunos senadores de la DC, es la expresión más concreta de que se quiere arrinconar a los sindicatos a un sindicalismo practicamente decorativo, de acompañamiento de las políticas del empresariado. Los trabajadores van a sentir el peso de esto en las próximas negociaciones colectivas, cuando los empresarios pretendan arrancar derechos esenciales que ya se habían ganado hace muchos años y eso es preocupante, eso va a demandar por parte del sindicalismo consecuente un mayor protagonismo para revertir esto, sobre la base de la movilización. No hay ninguna posibilidad de revertir esto si no es sobre la base de la unidad y la movilización de los trabajadores”.
-Crees posible que haya unidad entre los sectores que estan por fuera de la CUT y los que están dentro disconformes.
“Creo que la unidad va a llegar como consecuencia de que va a ser imposible defenderse individualmente, además, el intento de la burocracia sindical por tratar de justificar sus conductas ya no tiene crédito en la gente.
Dentro de la propia CUT los sindicatos ya no le creen a la dirección, y menos le van a seguir creyendo cuando conozcan en carne propia la aplicación de este modelo de Reforma Laboral que esta Central defendió a muerte antes, durante y después, y recién ahora, que está prácticamente aprobada vienen a hacer gala de una supuesta molestia, pero en definitiva ellos aprobaron desde un comienzo el proyecto que contenía los “servicio mínimos”, los “pactos de adaptabilidad”, la “huelga pacífica”. Esta es una política concebida por la presidencia de la CUT con los ministros del trabajo y con los máximos empresarios de este país. La historia tendrá que pasarles la cuenta a este tipo de personajes que han hecho un daño irreparable al movimiento obrero. Lo han hecho retroceder, no solo a los momentos de la dictadura de Pinochet, sino que hay derechos fundamentales que arrancan por los años 20, es decir, nos hacer volver a la etapa de Recabarren, como la jornada laboral, que se consiguió en los años 20 producto de la lucha de trabajadores liderados por Luis Emilio Recabarren cuando lograron diversas leyes protectoras, y esta dirigenta, que paradojalmente también es del Partido Comunista, la ha puesto en interdicción. No es solamente que consolide el Plan Laboral de la dictadura, es mucho peor”.