Militantes DC y empresarios en picada contra la reforma laboral
Cuando la reforma laboral de Michelle Bachelet está pronta a comenzar su tercer trámite en la comisión mixta, un grupo de militantes DC y gremios empresariales despedazan el proyecto alertando sobre el impacto negativo que tendrá en el crecimiento económico de Chile.
No satisfechos con la dura carta que publicaron en enero exigiendo un "cambio de rumbo" del gobierno, el mismo grupo de miembros históricos y ex ministros de la Democracia Cristiana firmaron una nueva misiva.
La reforma "lleva las atribuciones sindicales a tal nivel que existe un serio riesgo de desalentar la inversión y afectar la capacidad de competir de la empresas, particularmente las pymes", afirman los decé.
Entre los ocho puntos que resumen los principales cuestionamientos al proyecto, los firmantes -entre los que se encuentran el ex superintendente de la SVS Álvaro Clarke y los ex ministros Mariana Aylwin, Hugo Lavados y Eduardo Aninat- plantean que efectivamente la reforma fortalece el derecho de los trabajadores, pero que "lleva las atribuciones sindicales a tal nivel que existe un serio riesgo de desalentar la inversión y afectar la capacidad de competir de la empresas, particularmente las pymes", según consigna emol.cl.
Uno de los puntos más polémicos para la DC ha sido la discusión de si permitir o no el reemplazo en huelga. En la carta hacen un llamado a recordar las manifestaciones que llevaron a cabo el año pasado los trabajadores del Registro Civil y la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC).
Al respecto, afirman que son un "claro ejemplo de cómo un grupo pequeño de trabajadores puede afectar a todo un país" y que "el propio Gobierno tuvo que recurrir a reemplazos externos para intentar subsanar una situación de altísimo costo social". Por todo lo anterior, concluyen que "el Gobierno no aprendió de su propia experiencia".
Como argumento para permitir el reemplazo exponen que, a excepción de México, todos los países de la OCDE cuentan con reemplazo interno en caso de huelga. También critican que "la exclusividad del sindicato para extender los beneficios de la negociación colectiva al resto de los trabajadores termina con la libertad sindical en la práctica, lo que es un factor clave de competencia y mejores prácticas sindicales".
El de la sindicalización no es el único punto que atacan. Advierten que, de aprobarse el proyecto tal cual está, afectará al crecimiento económico de Chile, la creación de empleos y la capacidad de aumentar los sueldos. Por eso hacen un llamado a "actuar con prudencia y cuidado", ya que "las malas reformas terminan teniendo un costo muy alto".
La visión de los decé se suma a las críticas de gremios empresariales como la Sofofa, la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA), la Cámara Chilena de la Construcción y la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC).
Hermann Von Mühlenbrock, presidente de la Sofofa, acusó que “pese a todas las recomendaciones técnicas, y luego del debate legislativo, este proyecto ha terminado siendo peor al original”. Afirma que el diseño de la reforma “se basa en un prejuicio hacia la realidad de los trabajadores del mundo privado y desconoce la relación que hoy existe entre ellos y sus empleadores, estando fuertemente influenciado por la posición ideologizada de la CUT, organismo que representa principalmente a trabajadores del sector público”, según consigna La Tercera.
“Es una reforma que está mal planteada por lo extrema. Era necesario legislar pero no irse de un extremo a otro en el péndulo, porque simplemente lo que se hizo es volver las cosas a 100 años atrás y no poner la mirada en el siglo XXI”, añade Patricio Crespo, líder la SNA.
También fueron Alberto Salas, de la CPC, y Jorge Mas, de la Cámara Chilena de la Construcción, quienes cuestiocuestionaron la iniciativa. Según Mas, la reforma laboral ha tenido “dos grandes debilidades: se basa en un diagnóstico errado y no considera su impacto en el crecimiento económico”.