Allende, Evo

Allende, Evo

Por: Andrés Ajens | 05.03.2016
Unos versos sobre Evo Morales y la coyuntura política en Bolivia.

ALLENDE, EVO, aquende

el ekeko de Alasitas, señor

de las varas, allende

el indio, el falso como el ver-

dadero al decir de Silvia Rivera,

nadie hablará aquí por ti, falso

o vero; overo, Evo,

jamás lo habrás sido, antes

minero, pastor, cocalero,

dizque presidente. Pero

cada vez que el indio entra

en escena, el trucho

como el genuino, la metafísica

andina aletea. La “metafísica

andina” no fuera giro de Jesús

ni de Silvia ni del Vice sino

de Denis Arnold trenzando aguayos

con Juan de Dios Yapita (1998), tal orden

andino de las cosas que Denis, ley-

endo sin leer a Jacques el Destripador,

como Silvia, reitera: metafísica

del indio, del auténtico

como del inauténtico, todo el pro-

grama del primo Heidegger antes

de la clausura, de la deconstrucción

su prefieres, del susodicho “logo-

centrismo andino” (Arnold; 2005)

alias chachawarmi. ¿Vamos

a traducir eso por patria madre?

¿Qué fuera, pero, patria, y sobre todo

“patria madre”, hoy, en Bolivia? ¿A-

bigarrados entreveros morosos

o nomás dominaciones?, ¿camba-

colla insuperables jerarquías o

inconmensurables interferencias?;

la DEA jamás habrá entendido nada

de nada de eso (la CIA acaso algo

en Ñancahuazú, con pre-venda-

val verde en la quebrada) entre

Shinahota, Okinawa y Fortuna,

Gabriela y Ernesto Fidel, Morón,

de los Robles y El loco de Borda

apenas rozado, aquí, desbordado.

 

* * *

Como Garrincha de vuelta al Chapare,

como el Che de vuelta de La Higuera,

como chapaco, uru murato y aun mataco,

como  Mbói Bebe y Hans Staden, qué

manera de comer, kunumi letrado iletrado,

puro grafonófago nomás, abigarrado.

 

* * *

(Uy, Emma, ¡cómo NO quemar El Alto!)