Boitano-Ramm y la doble discriminación indígena: subvertir el poder liberal colonial
A propósito de la inevitable persistencia del llamado “conflicto mapuche”- cero cambio de la política inútil y banal basada en retretas policiales, pseudo consultas y anuncios burócraticos-, las doctoras Angela Boitano (filosofía) y Alejandra Ramm (sociología) sistematizan investigaciones para comprender las razones de fondo en el incólume modelo de ocupación y doble discriminación (minorización) que no reconoce al otro como sujeto de restitución de poder al insistir en políticas tradicionales, sin acción positiva, lo que se agudiza en el caso de las mujeres indígenas.
El texto agudo e ilustrado “Rupturas e identidades. Cuestionando a la Nación y a la Academia desde la etnia y el género (Ril 2015)”, coeditado por las investigadores con textos propios y de Carolina Huenchullán, Sigrid Huenchuñir, Ximena Levil y Claudio Millacura.
Las autoras nos recuerdan la cerrazón chilena a la tendencia mundial al reconocimiento que en lo intelectual ha tenido en el filósofo de la interculturalidad, Charles Taylor- socialista, cristiano y por Quebec- a un promotor desde los 1970s, como las voces mapuches (los Marimán, entre otros) y los chilenos (Bengoa, José Aylwin) y la lucha activa y ascendente de los pueblos/naciones indígenas desde el 1992.
Ximen Levil, Singrid Huenchuñir y Claudio Millacura reconocen el proceso creciente de politización y reconocimiento, la compleja puesta en acción de la re-significación desde una identidad que ha lideado con el desprecio, la violencia, la dispersión y el rescate, donde comienza a cuajar u sujeto histórico que debe descolonizar sus propios relatos (Carolina Huenchullán. Alejandra Ramm hace una radiografía al paternalismo y folklorización de las élites y la ausencia de pensamiento crítico y rescate articulado de lo indígena en las universidades chilenas, donde al igual que los asuntos de género, ocupan un cursillo y no programas complejos como decenas de países de democracias avanzadas. Angela Boitano concluye con sus tesis sobre evitar la minorización en propio lenguaje, pero a su vez evitar una mitificación purista del sujeto indígena, reconociendo su diversidad actual y sus realidad situada:”deconstruir un error pero no ejecutar una mentira”.
Las investigadoras aportan esta dimensión sustantiva de la minorización en el Observatorio de las Desigualdades de la UDP, reconociendo que la demanda mapuche, en particular, “tensiona el supuesto de la neutralidad valórica del liberalismo. Desde esa perspectiva el interculturalismo se propone como una perspectiva cuya propuesta se enraíza en una crítica al sujeto intencional de la tradición occidental e intenta un rescate del habla subalternizada que es mejor comprendida en función no de las intenciones de una conciencia sino en cómo esta se inscribe socialmente”. La mirada implica una subversión del orden enraizado en la ocupación violenta de la Colonia que las repúblicas oligárquicas proyectaron en su nacionalismo homogenizador y violento del siglo XIX, el pseudo liberalismo del orden de los caudillos militares y civiles. Estados duros que se proyectaron con su secuela de pólvora y usurpación en el siglo XX, sin devolver poder a los que habitan los territorios.
Por tanto, la denuncia y el rescate es parte de un proyecto de nuevo Estado y nueva economía política para Abyala (Amerindia): “La interculturalidad –y su marco teórico más coherente: el proyecto decolonial– propone el reto no solo de reconocer las diferencias y permitir la coexistencia de diversas minorías, sino que asume como elemento central lo ineludible de abordar un diálogo desde las perspectivas existenciales e históricas de los dialogantes. Asimismo formula una propuesta de ciudadanía intercultural desde la cual se conciben las demandas de grupos étnicos y/ o autonomistas como factores de democratización de toda la sociedad pues instalan una discusión en torno a lo político, la política y lo democrático en las sociedades nacionales en que se gestan”.
Nada de estas reflexiones se escuchan. Ha quedado archivado el proyecto de empoderar a los mapuches en una región plurinacional con representación garantizada, otro nombre (Walmapu), lengua propia y pluralismo legal. Dicha propuesta de José Marimán contó respaldó unánimemente la Comisión para la Descentralización el 2014. Los “poderes” siguen anunciando nuevos patrullajes, la enésima consulta y nuevas instituciones nacionales-asistenciales. Los ocupadores coloniales siguen en su pacificación violenta; nada de amnistía, diálogo político, devolución de poder y reconocimiento diferenciado.